Tras la muerte de Goffman el 20 de noviembre de 1982 se intentó dar a la
imprenta la traducción, pero surgieron problemas de derechos de autor con los
herederos del brillante sociólogo y Alianza Editorial –que en esos años había
cambiado de dueño un par de veces- prefirió desentenderse. La insistencia de un
grupo de personas lideradas por José Luis Rodríguez ha conseguido, ya en siglo
XXI, que el Centro de Investigaciones Sociológicas (la editorial con el fondo
más potente en libros de sociología y ciencia política existente en España), se
hiciese cargo de la edición tras una última revisión de la misma.
El
lector en español no puede sino felicitarse ante una obra clave para entender el
pensamiento de Goffman que viene precedida por un texto del traductor y otra de
Rom Harré, profesor Emérito de la Universidad de Oxford y Distinguido de
Georgetown. A ambas presentaciones se añade una nota bibliográfica de Blanca
Lozano, profesora de la Universidad Complutense en torno a la obra de y sobre
Goffman en la que se echa de menos un libro tan instructivo y de provecho como
La sociología de Erving Goffman debido a Jean Nizet y Natalie Rigaux (Ed.
Melusina, 2006).
Esta obra se apoya en el cine para
mostrar el modo en que la experiencia cotidiana se organiza a base de
“encuadres” que en definitiva no son otra cosa que construcciones de la realidad
que se articulan entre sí y que adquieren sentido al relacionarse unas con
otras
Para entrar en Frame Analysis –el traductor ha preferido
mantener el título en inglés ante la difícil polisemia del término “frame” y ha
decidido el subtítulo que figura al comienzo, pese a que el original reza de
este modo: An Essay on the Organization of the Experience-, conviene
señalar el lugar que ocupa en la obra de Goffman. Como es bien sabido toda su
obra gira en torno al análisis de las interacciones interpersonales. Ya en su
tesis, defendida en 1953 tras un excelente trabajo de campo realizado en una de
las islas Shetland entre 1949 y 1951, afirmaba que su objetivo era estudiar cómo
se produce la interacción en nuestra sociedad dado que ésta no es sino un tipo
de orden social. Algunos meses antes de su muerte en 1982, mientras preparaba su
discurso como presidente electo de la American Sociological Association (ASA),
su gran preocupación era conseguir que sus colegas de la ASA aceptasen como
analíticamente correcta la “interacción cara a cara” y en definitiva lo que
venía denominando como el “orden de la interacción”.
En 1956 publica
La presentación de la persona en la vida cotidiana, donde desarrolla la
metáfora teatral como útil para entender el funcionamiento de la sociedad. Sin
embargo, la primera gran publicación que da fama y dinero a Goffman es
Asylums, publicada en 1961. La traducción española aparece en 1970 en la
editorial argentina Amorrortu, sello en el que se editará buena parte de su
obra, traducida como Internados, un libro basado en su trabajo como
observador participante en el gigantesco hospital psiquiátrico de Washington,
Saint Elizabeth’s. Dicho libro tuvo una considerable influencia en la reforma
psiquiátrica norteamericana y europea al mostrar cómo el hospital psiquiátrico
destruye la identidad de los internados. De esa época es su obra sobre la
discapacidad: Estigma. En 1967 ve la luz Ritual de interacción, un
texto en el que examina los rituales de la vida cotidiana para entender los
encuentros cara a cara. Siguiendo el mismo hilo reflexivo publica en 1971
Relaciones en público.
Al aparecer Frame Analysis en 1974, Goffman tiene cincuenta y dos
años. Ha publicado mucho, lo aquí reseñado son sólo los hitos básicos, y está en
plena madurez. Se trata de su obra más extensa y ambiciosa. Ha trabajado en ella
durante una década. Más allá de la metáfora teatral se apoya en el cine para
mostrar el modo en que la experiencia cotidiana se organiza a base de
“encuadres” que en definitiva no son otra cosa que construcciones de la realidad
que se articulan entre sí y que adquieren sentido al relacionarse unas con
otras.
Esta obra no se apoya en la
observación participante de su autor o de otros sociólogos. Goffman toma sus
informaciones de recortes de prensa –páginas de consejos sentimentales-, de la
crónica de sucesos y de la ficción literaria
Frame Analysis es la obra más compacta y unitaria de
un Goffman muy aficionado a organizar sus libros pegando unos artículos con
otros. Por otro lado esta obra no se apoya en la observación participante de su
autor o de otros sociólogos. Goffman toma sus informaciones de recortes de
prensa –páginas de consejos sentimentales-, de la crónica de sucesos y de la
ficción literaria. La noción de frame –marco- la toma de Bateson pero en
realidad le da un significado distinto. Los marcos ya no son un tipo de
convención establecido entre individuos que se comunican. Ahora se vuelven
independientes de las intenciones individuales, se articulan entre sí y se
pueden engranar y clasificar. De este modo Goffman se aleja del relativismo
cuasi absoluto tan típico del interaccionismo simbólico.
Dos son las
afirmaciones básicas que se plantean en Frame Analysis. En primer lugar,
que toda “experiencia”, “toda actividad social” puede contemplarse desde varios
“encuadres” que, como ya hemos señalado, se relacionan entre sí, se remiten unos
a otros y se utilizan como “modelos” unos respecto de otros. En segundo término,
Goffman afirma que esta organización de la experiencia a partir de una
multiplicidad de marcos se relaciona con las percepciones de las personas
implicadas en cada una de las situaciones producidas. El análisis de los marcos
de la interacción social llevado a cabo por Goffman en este volumen es
extremadamente prolijo y no cabe ahora un análisis detallado. Lo que sí puede
afirmarse a modo de resumen es que la metáfora cinematográfica afirma que la
existencia misma de los marcos es lo que permite elaborar a los actuantes en una
determinada escena social una definición común de la realidad. Bien entendido
que cualquier tipo de continuidad es frágil y está sometida a la posibilidad de
que se produzcan perturbaciones o rupturas del marco.
El gran mérito de
esta obra reside no sólo en la profundidad y finura con la que Goffman analiza
las interacciones que se producen en la vida social. Su enorme acierto está en
el equilibrio con el que se plantea la relación entre la totalidad social y la
capacidad de los individuos para crear sus propios marcos de referencia. Este
difícil equilibrio mantiene la actualidad de una obra que se ha convertido en un
clásico que hoy puede ayudar a entender el mundo tanto a un sociólogo como a un
taxista de cualquier ciudad.