Juan Antonio González Fuentes
Me encuentro ya medio de vacaciones, aunque la segunda semana de agosto tendré que pasarla como secretario del curso sobre Álvaro Pombo en la UIMP. A la espera del acontecimiento he cogido una mochila, he metido el ordenador portátil en una bolsa, he subido a Miller al coche, y me he arrancado hacia Comillas, a pasar unas horas de asueto en el pequeño jardín de la casa familiar, el mismo jardín desde el que escribo estas líneas a la sombra del porche, viendo cómo los topos hacen fiesta entre las flores de mi señora madre.
Abro el portátil, le enchufo el dispositivo usb y ya está, gracias a la tecnología estoy conectado al mundo mundial mientras algún pájaro canta en una rama cercana y las vacas pastan en la hierba haciendo sonar sin querer los pesados campanos que tienen al cuello.
¡Qué maravilla es internet! Casi en mitad de la nada, disfrutando de un paisaje y un contexto que muy bien podrían reconocer como suyos sin el más mínimo problema los mismísimos Quevedo o Góngora, descansando cómodamente en una tumbona al calor del sol, espantando con la mano al pesado abejorro que revolotea entre las flores, puedo saber en tiempo real qué demonios está ocurriendo en Times Square, contemplar la portada del día de Le Figaro, ver una película aún no estrenada en los cines españoles, escuchar la voz de Karajan dirigiéndose a la Filarmónica de Berlín en un instante de 1972, hablar con mi amigo Julio que trabaja como médico en Australia, contemplar el autógrafo de Kafka, mandarle un archivo a Rogelio López Blanco que suda en Barcelona, o hacer una visita virtual a los Museos Vaticanos. Todo el mundo, al pasado, el presente y casi, casi el futuro, contenidos en la pantalla plana del portátil y en mitad del campo, contemplando los bailes al viento de las margaritas.
La víctima
Como soy un tipo bastante ególatra y pagado de sí mismo, no pierdo la ocasión de teclear mi nombre en el buscador google para ver qué encuentro. Pues sí, sale bastante información. Al menos 25 páginas en las que se cuentan cosas más o menos relacionadas conmigo. Por curiosidad curioseo entre las mismas. Entro en algún sitio, releo por encima, salgo, entro en otro, y así un buen rato. Y de repente algo me llama poderosamente la atención. Entro en la dirección y leo. Levanto la vista de la pantalla y vuelvo a leer incrédulo. Cierro los ojos, los froto con algunos dedo de las manos y vuelvo a leer pensando que no he podido leer lo que he leído. Sí, lo he hecho, he leído lo que he leído. Y de pronto me descubro como torturador y asesino de perros. Sí, como lo leen. Las margaritas del campo se me revelan púas sanguinolentas, las cercanas vacas del cencerro divisiones panzer lanzadas en mi persecución, los pajaritos cantores del campo buitres terribles esperando sacarme los ojos... Descubro que en algunos lugares de internet me describen como un monstruo, me sitúan en lugares en los que jamás he estado, y me achacan actos que jamás he cometido.
Daniel: majadero Sin Fronteras, desde al menos el 5 de julio de 2008 (metaforasdeunkemao.blogspot)
Algunos ejemplos. Hay un blog situado en metaforasdeunkemao.blogspot.com en el que leo lo que sigue, y cito textualmente: “Sin embargo la crueldad contra estos seres superó la imaginación cuando Juan Antonio González Fuentes que se catalogaba de ‘artista contemporáneo’ amarró un perro en la feria de arte de nicaragua para luego dejarlo morir de hambre ante una gran cantidad de personas que no hicieron nada por salvar al animal” (sic, incluidas la ausencia de comas y la minúscula de Nicaragua).
Lo mismo o parecido me encuentro en otra dirección: limamilpo.blogspot.com, donde (Sandra Esther Cortez Martínez) también me sitúan como un psicópata asesino y torturador de perros (mientras, Miller, mi amigo de grandes orejas color canela, contempla asombrado a la sombra del porche el vuelo tonto de una mosca).
Lo dicho hasta aquí, absolutamente real y fácilmente comprobable, me hace recordar que los inventos maravillosos suelen traer consigo también problemas, malos usos y demás idioteces, algunas de verdad molestas e incluso peligrosas. La inabordable cantidad de información que ofrece internet es completamente inútil si no se poseen conocimientos previos, si no se manejan claves, conceptos, ideas, si no se lee con detenimiento y espíritu crítico, si no se acerca uno a ella con responsabilidad y al menos una cierta sabiduría intelectual y alguna experiencia vital.
El caso es que hace ya casi dos años, el 10 del 10 del 2007, publiqué en estos ojosdepapel un post titulado “El arte de Guillermo Vargas: dejar morir de hambre a un perro”. El post, léanlo si quieren, es el que me ha proporcionado hasta ahora el mayor número de lecturas en este blog (57.473 cuando esto escribo), y también el mayor número de comentarios (350). Imagino que una lectura en exceso rápida y poco meditada de dicho post (o una lectura indirecta, ya me entienden), es lo que ha “confundido” a los autores de los textos en los que se me descalifica como torturador de perros. ¡Qué le vamos a hacer!
Lo que quiero subrayar en estas últimas líneas antes de abandonarme al verano del mes de agosto, es una obviedad (discúlpenme): internet encierra maravillas, pero encierra a la vez estulticia, nimiedades, idioteces y a veces, muchas veces, bastante mala leche y ganas de hacer daño, injuriar y desprestigiar. También es un lugar muy dado a los “robos”, o a los plagios. Internet es el paraíso del corta pega, de la utilización digamos que fraudulenta de informaciones y conocimientos ajenos a los que no se cita, a los que no se da las gracias, a los que se esconde (y de esto en ojosdepapel sabemos como para una conferencia de dos o tres días).
En fin, esto es lo que hay, y como casi siempre, los maravilloso tiene otra cara un pelín más oscura. Antes de poner el punto y ¡hasta pronto!, sólo quiero desearles unas plácidas vacaciones a los que las puedan disfrutar, y un talante abierto y jocoso a los que les toque “pringar” a lo largo de este caluroso agosto, tan propicio a las vacaciones hispanas. Léanme mucho (a mi, si tiene un ratito, y a algunos de esos libros a los que invita el tiempo libre(o) sin exigencias, Stieg Larsson, por ejemplo). Disfruten, disculpen y hasta la vuelta. Nos leemos en septiembre!!!
Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:
-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).
-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).
Más de Stieg Larsson:
-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)
-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.