Factografía es un término que empezaron a utilizar los artistas de la extinta Unión Soviética. Cuando lo hicieron inauguraron algo más que uno de los muchos neologismos tan típicos de la época. Con esta palabra se referían a una nueva fórmula, vinculada a la vanguardia de la izquierda, con la que intentaban hacer del arte una herramienta capaz de transformar nada más y nada menos que las conciencias. El objetivo era lograrlo a través de un uso estratégico y revolucionario de la prensa, el fotomontaje, el cine y las exposiciones, y con ello estaban descubriendo el poder inédito de los medios para contar historias ficticias como si fueran “reales”. Aquella empresa realizaba la pretensión del
déspota Stalin: los artistas debían ser los “ingenieros del alma”. Las consecuencias de aquellas prácticas han configurado nuestra manera de ver el mundo, nuestra relación con él..., nos hacen sospechar además de la historia. La herencia de la factografía en el arte y la política confirma que no se trata sólo de una categoría estética capaz de explicar el devenir del arte en el siglo XX, sino que nos muestra también cómo construimos nuestros relatos mediáticos en la actualidad, cómo se puede “inventar” la historia a través de inventar muchas historias.
Todo este fenómeno se analiza en un libro fascinante que el pasado año, 2010, publicó la editorial madrileña Abada. El título es
Factografía. Vanguardia y comunicación de masas, y su autor es
Víctor del Río, un joven profesor a quien tuvo el inmenso placer de conocer a finales del año 2009, en un ciclo de conferencias sobre
ultraísmo y vanguardia en la
Fundación Botín.
Víctor del Río: Factografía. Vanguardia y comunicación de masas (Abada, 2010)
Víctor del Río es profesor de Teorías Artísticas de la Modernidad y Teoría del Arte Contemporáneo en la Universidad de Salamanca. Forma parte del equipo docente del Máster de Estudios Avanzados en Filosofía que comparten las universidades de Salamanca, Valladolid, León y Burgos. Además del libro aludido más arriba, es autor de
Fotografía objeto. La superación de la estética del documento (Universidad de Salamanca, 2008), y editor de varias obras colectivas. Forma parte del comité asesor del MUSAC desde el año 2009 y del consejo de redacción de la revista
Brumaria. Crítico de arte en el suplemento cultural de el diario
El Mundo, es colaborador habitual de varias revistas especializadas en las que se ha desarrollado su labor ensayística en el terreno de la estética y la teoría de las artes. Además de las conferencias que ha venido impartiendo en diversos foros, dirige el curso internacional “Conciencia histórica y arte contemporáneo” que anualmente se celebra en la Universidad de Salamanca. Ha sido Jefe de Colección y Exposiciones del Museo Patio Herreriano en Valladolid, y, anteriormente, Jefe de Investigación y Educación en la misma institución.
Estamos ante un libro quizá imprescindible para aproximarnos al entendimiento de muchas realidades de nuestra contemporaneidad.