Juan Antonio González Fuentes
Herbert R Lottman es un investigador y escritor neoyorkino (1927) que desde el año 1956 vive en París trabajando como corresponsal de importantes medios periodísticos y culturales norteamericanos.
Lottman, quien parece decididamente enamorado de la cultura y la historia francesas de los últimos dos siglos, ha dedicado buena parte de su tiempo y su indudable talento o bien a destripar la vida y milagros de distintos protagonistas de ese tiempo, o bien a hacer lo propio con periodos o acontecimientos más concretos de aquellos años. Así ha escrito importantes biografías de
Flaubert, Colette, Petain, Julio Verne, Albert Camus o la
familia Rothschild, y a él también se deben títulos como
La Rive Gauche, la élite intelectual y política en Francia entre 1935 y 1950;
La caída de París: 14 de junio de 1940; o
La depuración. Todos estos libros, traducidos ya al español y editados casi en exclusiva en la editorial barcelonesa
Tusquets, son hoy indispensables para quien desee aproximarse con algún acierto a la historia cultural francesa y europea del XIX y XX.
Autorretrato de Man Ray (1931)
El libro del que ahora hablamos,
El París de Man Ray (Tusquets, 2003), incide directamente en el área de interés intelectual de su autor, y como él mismo comenta en el prólogo, la idea de escribirlo surgió al poco de su llegada a París, allá a finales de los años cincuenta del pasado siglo. Más concretamente Lottman confiesa que siempre quiso escribir sobre la vida cultural, artística y política de una zona muy determinada de París, aunque su perímetro urbano fuera complejo de delimitar. Me refiero al barrio de Montparnasse y a toda la margen izquierda del Sena, es decir, a la legendaria
Rive Gauche.
La obra de Lottman sobre la margen izquierda del río parisino está centrada en aspectos políticos, pero mientras trabajaba en ella apuntaba datos y pensaba también sobre otros aspectos relacionados entre sí y con la zona concreta señalada. Algunos de aquellos círculos hacían referencia por ejemplo al grupo
Dadá (jóvenes escritore,s poetas y pintores encabezados por
Tristan Tzara que como grupo habían nacido en Suiza durante la Primera Guerra Mundial), al grupo surrealista (
Bretón, Buñuel, Dalí...), al grupo de epígonos del
Surrealismo, al grupo de artistas emigrados de Rusia o la Europa oriental (
Chagall, Klising, Brancusi, Soutine...), al grupo de oriundos de países cercanos a Francia (
Picasso, Miro...), al grupo de artistas franceses (
Matisse, Braque, Derain...), al grupo de angloamericanos que conocieron París durante la Gran Guerra y se quedaron o regresason para disfrutar de la vida sacándole el mejor provecho posible a sus dólares o libras (
Hemingway, Pound, Joyce...), al grupo de aristócratas que iban de “excusión” hasta Montparnasse en busca de artistas en los que invertir y a los que apadrinar.
Retrato de Luis Buñuel
Muchos fueron los círculos que dibujó Lottman sobre el plano de Montparnasse, pero muchos más fueron los nombres que escribió en su interior. ¿Qué nombre, qué personaje era el que podía ejercer el papel de conexión segura entre la mayor parte de los apuntados? Lottman encontró esa figura en un compatriota: el fotógrafo, pintor, cineasta y escritor
Man Ray (1890-1977), cuya figura, trabajo y vicisitudes personales son utilizadas por nuestro autor como hilo conductor de una narración cuyo objetivo es ofrecer al lector un fresco luminoso de la vida artística y cultural del barrio de Montparnasse en su época más legendaria y conocida.
En este sentido conviene avisar a quien se acerque a estas páginas buscando una biografía al uso de Man Ray que desista en seguida del intento. No, estas páginas no son una biografía del artista americano que sirve de corre a de transmisión para contar esta historia, a pesar de que él es el protagonista nominativo y de que en ellas sí se ofrece suficiente información sobre su vida y obra como para quedar muy satisfecho al respecto. Pero no, estas páginas de Lottman son, insisto, un personal trazado descriptivo y muy sentido de las calles de Montparnasse y de los muchos artistas que en ellas vivieron y crearon a lo largo de los años veinte, treinta, cuarenta y cincuenta del siglo XX.
El París de Man Ray o
Man Ray’s Montparnasse, que así dice el título original, está lejos de ser un libro de investigación, un tratado científico que aporta nueva y reveladora documentación o distintos enfoques sobre los asuntos tratados. Este libro, escrito con un cariño que supura por todos sus poros, sin serlo, es como una entretenida novela en la que el narrador cuenta con sumo placer las curiosas peripecias de un extravagante grupo de amigos y conocidos que deambulan por un escenario muy querido también por quien escribe la historia. Una encantadora “novela” protagonizada por un barrio y sus artistas, esto es, en resumidas cuentas, lo que ha escrito Lottman en el que creo es su último trabajo hasta la fecha.
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NOTA: En el blog titulado
El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música...)