Anna Khitrova (Naomi Watts), es comadrona en un hospital del norte de la ciudad. Una noche llega a éste una adolescente embarazada, drogadicta y moribunda. La chica fallece en el más completo anonimato dejando como única posesión un diario escrito en ruso y el bebé que los médicos logran salvar. Anna, de padre ruso ya fallecido, está decidida a recabar el rastro de la joven en busca de su familia. Para ello hará traducir el misterioso diario desvelando secretos muy peligrosos.
Después de Negocios ocultos (Stephen Frears, 2002), el guionista Steve Knight, vuelve a sumergirse en el submundo de la inmigración, aunque esta vez del Este, en un Londres igual de turbio, desconocido y violento como el que retrató con su primer guión.
David Cronenberg dirige este intenso Promesas del Este, claramente enraizado en las bases del cine negro, que bordan indiscutiblemente un espectacular Viggo Mortensen, mucho más que un simple matón-guardaespaldas, y un Vincent Cassel sin escrúpulos, perdido por sus excesos y el gusto por la violencia.
Promesas del Este se desarrolla en un ambiente inhóspito, frío y húmedo, de ciudad genérica, deshumanizada, que el espectador no logra ubicar, ahondando así en la sensación de desconcierto y pavor. La intriga no decrece de principio a fin sino que mantiene un ritmo sostenido que sorprende con saltos inesperados y un desenlace acertado que deja la trama abierta y la presciencia de una segunda espiral de lucha de poder y violencia.
Knight exprime el secretismo de las mafias, su jerarquía sin contestación, la asimilación de sus lacayos, la religiosidad fanática profesada, y el temor al que gobierna impunemente de forma justa, creíble. Cronenberg no falla en dar al guión una imagen efectista de su lectura.
David Cronenberg: Promesas del Este (tráiler en español recogido de www.quedetrailers.com)