Escribo estas líneas la mañana del jueves 16 de octubre, pero el lector tendrá acceso a ellas a partir del próximo día 22. Esta tarde, a eso de las siete, cogeré el tren que me dejará a medianoche en la estación madrileña de Chamartín, y la mañana del viernes 17 volaré con Iberia hacia Buenos Aires, capital de la República Argentina. Lo que significa que hasta finales de este mes no les daré más la tabarra con nuevos escritos.
Jamás he cruzado el charco, y las doce horas de vuelo la verdad es que me imponen bastante. No sé si podré dormir algo durante el trayecto, e imagino que cuando llegué al hotel que tenemos reservado en el barrio de Palermo caeré redondo en la primera cama con la que me tope.
Me hace una enorme ilusión este viaje, y lo cierto es que voy con muchas y buenas expectativas. Tenemos la intención de visitar todos y cada uno de los lugares más señalados de la gran ciudad, quiero rebuscar en alguna de las famosas librerías bonaerenses, pasear kilómetros y kilómetros, hacer algunas compras, acudir a algún espectáculo en el Teatro Colón, quizá embarcarnos rumbo a Montevideo... En resumidas cuentas, sacarle todo el jugo posible al viaje.
Es significativo el desconocimiento general que tenemos los españoles de la vida en Hispanoamérica, de la historia de sus países, de sus culturas, de sus geografías... Cuando sacamos los billetes para Buenos Aires y confirmamos por tanto la visita reflexioné sobre mis ideas entorno al país y su historia y la conclusión fue más bien triste y paupérrima, triste en mi debe se entiende.
Quitando cinco o seis tópicos extendidos como tales por todo el planeta (carne, tango, fútbol,
Perón, Dictaduras militares, gauchos, Malvinas...), y tres o cuatro apuntes más casi vergonzosamente obvios, lo cierto es que mis conocimientos sobre el país y sus habitantes eran tan sólo de catálogo turístico de los baratos.
Para intentar paliar en alguna medida la situación, leía el libro guía sobre Buenos Aires y Argentina que compramos inmediatamente, buceé en internet buscando y atesorando información, y compré la biografía de
Borges de Edwin Williamson, publicada en España por Seix Barral.
Edwin Williamson: Borges. Una biografía (Seix Barral, 2007)Williamson es profesor titular de la Cátedra Rey Alfonso XIII de Estudios Hispánicos de la Universidad de Oxford, y es un especialista en la obra de
Cervantes y en la historia y la literatura hispanoamericanas. No he terminado ni mucho menos la copiosa biografía (seiscientas páginas largas), pero lo que llevo leído sencillamente me ha apasionado.
En este sentido me han parecido impagables del primera decenas de páginas en las que el autor realiza un espléndido resumen de la historia de Argentina tras su independencia hasta la entrada del siglo XX, un periodo de tiempo en el que Buenos Aires se desarrolla hasta convertirse en una metrópoli cosmopolita de rango internacional. A través de las vicisitudes de la familia Borges narradas por Williamson, he logrado hacerme una idea aproximada de la importancia de los gauchos (o montoneros) y de los criollos en los primeros tiempos de la historia independiente argentina, de los enfrentamientos civiles entre unitarios y federales, de lo decisivo de la conquista del desierto, de los procesos masivos de inmigración protagonizados por españoles, italianos, judíos, armenios, turcos, árabes..., del nacimiento de los grandes barrios bonaerenses, etc, etc...
Hasta ahora me he quedado en los primeros años ginebrinos del genial escritor argentino. Es decir, tan sólo he llegado hasta la adolescencia y primera juventud de Borges. Espero que esta tarde en el tren pueda avanzar bastante en la lectura, y que las horas de vuelo hacia Argentina también me ayuden en el empeño. Ya me veo paseando por el barrio de Palermo con la biografía de
Borges en la mano, y buscando los lugares que él habitó en ese Palermo de su infancia.
El crítico
Harold Bloom ha escrito sobre esta biografía que es “asombrosamente intensa y original, lleva al lector mucho más allá de lo que se conocía de la obra del maestro argentino y su compleja relación con la vida”.
Vargas Llosa, por su parte, ha dicho que es “una biografía amena y rigurosa, realizada por uno de los mejores críticos de literatura latinoamericana”. Amena lo es y mucho, intensa también, y su rigor, juzgando desde mi experiencia de lector, es incuestionable. ¿Es la mejor biografía de Borges hasta la fecha? Algunos dicen que sí, pero ese tipo de preguntas muy pocas veces tienen respuestas cerradas y concluyentes. Lo que sí puedo asegurar es que es un libro de lectura apasionante.
Caminaré estos días por Buenos Aires con el Borges de Williamson en la mano buscando en sus páginas alguna guía. De momento ya me ha proporcionado la felicidad de iniciar confiado este viaje. ¡¡¡Hasta la vuelta!!!