Juan Antonio González Fuentes
Ya lo he leído comentado en algún otro lugar, y tan solo quiero subrayarlo: repasar las carteleras cinematográficas de los medios de comunicación es algo así como no salir nunca de un círculo infernal, un círculo de pesadilla en el que los mismos títulos con distintos números romanos o arábigos detrás se repiten y se repiten hasta la confusión generalizada. Spiderman, Pesadilla en Elm Street, La Pantera Rosa, Harry Potter, James Bond, Rocky, Rambo, El señor de los anillos, Transporter, Resident Evil, Lara Croft, Star Trek, Hellraiser, Los 4 fantásticos…, y así mil, cien mil ejemplos más que ilustran lo dicho y en los que se logra lo que casi no cabe en cabeza humana: cada secuela es peor, bastante peor.
Una de las prolíficas sagas no mencionadas más arriba es la de X-Men. Desconozco ahora mismo cuántas películas se han hecho con las aventuras y desventuras de estos superhéroes, lo que sí podría asegurar es que son al menos tres, y que ya ha dado secuelas como este indigesto Lobezno? que aquí traemos a colación.
En estos tiempos en los que el talento de los guionistas de la industria del cine americana parece haberse tomado unas vacaciones que duran ya varias décadas sabáticas, los cómics de la editorial Marvel se han convertido en fuente inagotable para extraer historias que llevar a la gran pantalla. Es el caso de este Lobezno firmado por Gavin Hood con una duración de hora y media larga.
Tráiler en español de la película Lobezno (vídeo colgado en YouTube por lahiguera.net)
Lobezno es uno de los héroes mutantes que pertenece a los X-Men (contado así ya sonroja), grupo creado por la factoría Marvel que ha inspirado ya varias películas. Pues bien, en esta entrega hollywoodiense se nos cuenta quién es en realidad y de dónde viene el mencionado Lobezno (madre mía), licántropo con patillas encarnado por el sueño erótico de muchas mujeres de universo entero, la estrella Hugh Jackman, que aquí el pobre bastante hace con no partirse de risa de sí mismo mientras pone cara de malo malote dispuesto a enfadarse y dejarse llevar como lobito humano con garras del mismo acero inoxidable que las antiguas Magefesa. Y qué patillas, qué pelo encrespado de jabalí en celo le han colocado al amigo Jackman, quien debería pasar tres años de retiro espiritual antes de salir más de su casa.
Pues sí, Lobezno nos cuenta como la vida conduce a un licántropo de gimnasio caro a convertirse en superhéroe, con un melodramático trauma por medio para hacer de Lobezno un ser en el fondo melancólicamente incomprendido, tiernamente sufriente porque el mundo, como a Jeannette, le ha hecho así.
Claro que estas dosis de psicologismo de la señorita Pepis tampoco ocupan mucho espacio en la cinta, porque Lobezno lo que busca es entretener, y hacerlo mediante el ya habitual despliegue de “ritmo trepidante”, usease que diría Gila: planos de medio segundo de duración, cámara con el baile de sambito, ruido elevado a la enésima potencia, bofetadas hasta en el carné de identidad, violencia hasta sorbiendo la taza de cola cao y nada más, pues toda esta parafernalia de virtuosismo de velocidades para nada no sirven eso, para nada. Los personajes son igual de simples al comienzo y al final, todo lo que viven hace menos mella en ellos que un alfiler en la carrocería acorazada de un tanque alemán.
Lobezno es previsible, aburrida, idiota, larga, pesada, insufrible, cargante, maquinal…, parece concebida por un adolescente mañoso pero no muy espabilado, y con una experiencia vital propia de un niño de cinco años que no ha ido nunca ni a la guardería. Lobezno rebuzna, no puede decirse más con menos.
Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:
-LIBRO: Philip Roth, Indignación (Mondadori, 2009)
-CINE: Kevin Macdonald, La sombra del poder (2009)
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.