Juan Antonio González Fuentes
Ya publiqué tiempo atrás en estas mismas páginas unos haikus. Creo que ya explicaba entonces que el haiku es una forma de poesía tradicional japonesa, conformada por sólo tres versos, el primero y el último de cinco sílabas, y el segundo de siete. No puedo haber haikus fuera de la lengua japonesa, estamos de acuerdo, pero la poesía occidental ha adoptado la estructura y el sentido para llevarlo a su terreno, y condensar en un poema muy breve todo un espíritu metafísico y evocador.
De un tiempo a esta parte practico la escritura de haikus como un ejercicio lírico e intelectual, como una gimnasia mental para ejercitar la musculatura del concepto y la música en el poema. A la serie que llevo compuesta la he dado por título general Haikus sin estación, pues no pretenden, como sí lo hacen los canónicos japoneses, encerrar en la estructura musical descrita la naturaleza y las estaciones. Yo sólo pretendo la música y el concepto, la idea... ¿Sólo? Ahí va una selección de los escritos en las últimas semanas.
Ojos cerrados,
relámpago de exilio,
huella insondable
*
Como en un bosque,
hojas entre el silencio,
roce de viento
*
Cantar de polen
y voz ensimismada:
ojo en el papel
*
Lo que veía
me hubiera gustado ser:
trigo maduro
*
Nieve reciente
para dormir el fuego:
árbol e invierno
*
Su centro en torno,
hacia lo alto su piedra,
tu ángel al revés
*
Divaga el viento,
nunca vuela por nadie,
se desconoce
*
Mide el límite
los signos del naufragio,
cosecha espinas
*
Luz que celebra
Eros en lo pequeño,
pétalo en rama
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.