Título:
El sueño de la nación indomable. Los mitos de la Guerra de la Independencia
Autor: Ricardo García Cárcel
Editorial: Temas de Hoy
Lugar y fecha: Madrid, 2007
Páginas: 415
Precio: 25 €
Pocos episodios de la historia de España han sido tan polémicos como la guerra con
Napoleón y su estela subsiguiente. El nuevo libro del prestigioso historiador
Ricardo García Cárcel revisa la larga relación de mitos construidos por los políticos de la generación de 1808 en torno a esa guerra, conocida popularmente como guerra de la Independencia. En este análisis, el autor no sólo desmenuza los fundamentos irracionales del levantamiento (desde el mito del traidor, personalizado en el pérfido
Godoy, al mito del invasor francés Napoleón, pasando por el mito del príncipe inocente, representado por
Fernando VII), sino que, además, se replantea la lógica en que se ha amparado el levantamiento de 1808 y se aborda la propia guerra y sus mitos, junto a los debates que han generado.
Ricardo García Cárcel es Catedrático de Historia Moderna de la Universidad Autónoma de Barcelona. Su mayor dedicación como investigador se han concretado en el estudio de la Inquisición. Ganador del Premio
Así Fue. Entre sus libros destacan
La cultura del Siglo de Oro: pensamiento, arte y literatura (1996),
La leyenda negra: historia y opinión (1998) y
Felipe V y los españoles: una visión periférica del problema de España (2002).
Antonio Morales Moya, catedrático de Historia Contemporánea, ha reseñado este libro, bajo el título
La verdad de los mitos, para el
ABCD las Artes y las Letras (14-4-2007):
El sueño de la nación indomable,
de Ricardo García Cárcel, historiador que amplía crecientemente sus campos de análisis, constituye una contribución de primer orden al estudio de aquella contienda, primera guerra total que se extendió por todo un país.
(...)
La originalidad de García Cárcel (...) reside, sobre todo, en no haberse limitado a «deconstruir»: «lo que antes eran glorias, ahora son sonrojos». El propósito confesado del libro es, pues, tratar de alcanzar, ordenando el caos de representaciones hechas por los protagonistas -y los historiadores- la realidad que subyace en los mitos, confrontando memorias personales e interpretaciones históricas con la historia verdadera «pura y dura, larga y ancha». El historiador apuesta, por tanto, por la verdad, escudriñando el trasfondo de los relatos tendenciosos, intentando recuperar «el guión histórico objetivo que se esconde tras los papeles que representaron los actores políticos de aquella generación apasionante que fue la de 1808». Apuesta, para el crítico, plenamente válida, desde el momento en que la universalidad de la historia se fundamenta en la existencia de una verdad -correspondencia entre una representación y su objeto- que es una sola, igualmente accesible a los investigadores de todos los orígenes y creencias.
La verdad puede ser conocida e identificada y la ciencia es el procedimiento o conjunto de procedimientos que nos permiten aproximarnos a ella. Tal es la vocación del historiador (Handlin, Blackburn, Bunge). Entre los mitos estudiados en el libro, el mayor espacio se dedica justificadamente a los de «nación» y «revolución». Respecto del primero, y frente al cuestionamiento que los nacionalismos periféricos -y no sólo- vienen haciendo de la propia realidad de España, reducida a una pura «comunidad imaginada» y de una guerra de la Independencia reducida a «algo impostado, artificial al decurso de una guerra simplemente xenófoba o fernandina», García Cárcel sostendrá -como Antonio Elorza- que «es la generalizada asunción de la nación y la soberanía nacional lo que determina la convocatoria de las Cortes», y el término «independencia» se usa desde los comienzos del conflicto. No fue, ciertamente, la única, pero sí hubo una línea de pensamiento liberal que, desde 1808, entendió que correspondía a la nación española «el protagonismo histórico en el cambio de régimen a través de unas Cortes y de una Constitución». Y fueron muchos los que desde 1808 vivieron la guerra con una conciencia nacional de beligerante independencia frente al invasor. En cuanto a la Revolución gaditana, ni balance triunfalista, ni victimismo nostálgico. Fue, en cualquier caso, un mito, útil sí, para su utilización por muy distintas ideologías. Funcional para muchos de los políticos liberales que lo usaron para alcanzar el poder, «optimizar los logros reformistas o justificar el sacrificio de lo deseable en el altar de lo posible».
(...)
Ricardo García Cárcel concluye su libro afirmando que aquel sueño de la «nación indomable» que compartieron conservadores y liberales de la generación de 1808, sigue estando presente dos siglos después: «Hoy, es el sueño de una nación española, abierta e integradora, fundamentada en un patriotismo no sólo constitucional sino también cultural común, sin inhibiciones, ni lastres ideológicos, libre de los complejos generados por el nacionalismo franquista, asentada en un Estado tan democrático como fuerte (...), consciente, en definitiva, de sus raíces históricas plurales e ilusionada en un proyecto común, sin reducciones sectarias». Un sueño viable, aunque, como demuestra la historia, y la propia realidad actual, nada es fácil.
También el catedrático de Historia Moderna
Luis Ribot ha abordado la crítica de este libro para
El Cultural (19-4-2007), junto a otras dos obras más centradas en el mismo tema de la Guerra de la Independencia (
J. M. Cuenca Toribio,
La Guerra de la Independencia Encuentro. Madrid, 2006. 416 páginas, 25 euros y
Ronald Fraser,
La maldita guerra de España, Barcelona, Crítica, 2006. 932 páginas, 49 euros), por lo que recomendamos encarecidamente que los lectores acudan a la fuente original a través del link:
Ricardo García Cárcel nos presenta un completísimo estudio en el que aúna dos de sus más destacadas capacidades: la historia cultural y la historiografía. Al igual que en obras anteriores su preocupación principal es conectar el pasado con el presente. El gran nexo de unión entre ambos momentos son los mitos, o “construcciones distorsionadas de la realidad, fruto de manipulaciones políticas y de instrumentalizaciones del más diverso signo”, que constituyen el eje articulador de su estudio sobre la Guerra de la Independencia, un periodo fértil en la aparición de muchos de los que han poblado la cultura histórico-política de la España contemporánea. La historia está llena de ellos, y mucho más las historias nacionales que se construyen a partir del XIX al servicio de los intereses políticos de cada estado. Pero los mitos también cambian y se revisan de acuerdo con otros intereses y utilizaciones políticas de la historia. Pensemos en la corriente que, desde los nacionalismos periféricos actuales, defiende la invención de la Guerra de la Independencia como guerra nacional.
Identificar los mitos acuñados durante la Guerra de la Independencia y analizar su evolución posterior es el objetivo de García Cárcel. Sus dos principales instrumentos para ello son el conocimiento exhaustivo de la bibliografía y el manejo minucioso de las numerosísimas relaciones y memorias de testigos (...). Lo primero, naturalmente, es analizar la formación de los diversos mitos: el traidor Godoy, el 2 de mayo, el monstruo Napoleón, el príncipe mártir y el rey Deseado, la ineficacia del ejército regular y la importancia de las guerrillas, la nación indomable, el salvador Wellington, los afrancesados como representación de la “anti-España”, la revolución liberal en las Cortes de Cádiz y otra serie de ellos. La mejor vía para hacerlo es la de tratar de establecer la verdad de los hechos de la forma más objetiva posible. En esta tarea son dignos de destacar los magníficos retratos y caracterizaciones de buen número de los protagonistas de aquella historia, y entre ellos los muchos que la contaron o trataron de justificar sus respectivas posturas.
Creo, en definitiva, que nos hallamos ante un libro excepcional, no sólo por su calidad sino también por la trascendencia histórica y política de las cuestiones que trata, que supone un original y acertado acercamiento historiográfico a la Guerra de la Independencia y que cuenta además con el atractivo del buen estilo literario de su autor, que hace fácil y agradable su lectura.
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NOTA: Este blog es una suerte de
Escaparate dedicado a los libros y revistas, pero no a la crítica, sino a dar noticia de ellos a través de la información que proporcionan las editoriales, la prensa y las revistas y suplementos culturales.