Director: Rogelio López Blanco      Editora: Dolores Sanahuja      Responsable TI: Vidal Vidal Garcia     
  • Novedades

    Wise Up Ghost, CD de Elvis Costello and The Roots (por Marion Cassabalian)
  • Cine

    Ciudad de vida y muerte, película de Lu Chuan (por Eva Pereiro López)
  • Sugerencias

  • Música

    Ols Ideas, CD de Leonard Cohen (por Marion Cassabalian)
  • Viajes

  • MundoDigital

    Por qué los contenidos propios de un web son el mayor activo de las empresas en la Red
  • Temas

    La verdadera dimensión de la amenaza terrorista  (reseña de Rogelio López Blanco)
  • Blog

  • Creación

    El abrazo de Fatma, de León Moré (por José Membrive)
  • Recomendar

    Su nombre Completo
    Direccción de correo del destinatario
lunes, 13 de septiembre de 2010
Carmen Alcalde: el amor en tiempos de política
Autor: José Membrive - Lecturas[9065] Comentarios[0]
En su libro “Vete y ama” (Ediciones Carena), Carmen Alcalde expone con discreción y desgarro su trayectoria vital, tan ligada a las instituciones sociales y políticas en donde se coció la transición. Su destino de sombras refleja también la ingratitud de la nueva democracia con muchos de sus protagonistas más comprometidos, especialmente aquellos que no se arrimaron a la buena sombra de un partido político

José Membrive

José Membrive

En su libro Vete y ama (Ediciones Carena), Carmen Alcalde expone su trayectoria intelectual, su maestría literaria y su discreción vital que ha hecho que estas memorias estén pasando de puntillas, a lo que se ha sumado el olvido activo y activado por sus ex compañeros de viaje que ahora ocupan lugares de preponderancia. Nada hay nuevo bajo el sol, pero no creíamos que el esperpento de Valle-Inclán, Luces de bohemia, en el que denuncia el destino de los intelectuales en España, llegara a ser una profecía y menos en Cataluña, una comunidad que tiene a gala tratar bien a quienes tanto han dado por su democracia y por su cultura. El destino de sombras de la obra y de su autora refleja perfectamente la ingratitud de la nueva democracia con muchos de sus protagonistas más comprometidos, especialmente aquellos que no se arrimaron a la buena sombra de un partido político.

Carmen Alcalde i Garriga es una de las mentes más seductoras y libres de Catalunya. Nacida en Girona en 1936, abrió brecha como pionera del periodismo femenino. En la transición desempeñó un papel muy activo en la lucha por la democracia y por la dignificación de la sociedad desde las revistas, Triunfo y Cuadernos para el diálogo. Fundadora de la revista Presencia y directora de Vindicación Feminista. Con el advenimiento de la democracia, Carmen siguió trabajando en los más importantes medios de comunicación de Cataluña, (el periódico, el Avui, el Triangle…) pero poco a poco, suavemente, con sonrisas y gestos de agradecimiento, ha ido siendo apartada la circulación pública. Decididamente no da el perfil de sumisión requerida, esa insumisión que, en su tiempo le otorgó tanto prestigio ante los que, paradójicamente, hoy le cortan los medios de subsistencia por la misma causa.

Carmen Alcalde combatió y combate los abusos del poder, pacíficamente, desarmándolo con su humanidad. En su libro Vete y ama (Ediciones Carena) Carmen Alcalde desnuda a la sociedad de su tiempo con pudor, y honestidad, porque, como no podía ser de otra manera en personas de integridad moral, ella también participa en el desnudo integral. En realidad el libro debería de llamarse “Ama y vete”, porque su método consiste en entregarse en cuerpo y alma a la causa, pero el problema es que el amor es incompatible con la trampa, con la hipocresía, con la soberbia que impregna no tanto las personas como las instituciones, incluidas muchas que en teoría responden a criterios democráticos.



Carmen Alcalde: Vete y ama (Ediciones Carena)

Carmen Alcalde, que perdió a su madre cuando tenía sólo unos meses, tuvo la osadía, ya de niña, de tomarse en serio las palabras amor y justicia. En el colegio de monjitas, siempre con la palabra amor en la boca, temblaron ante la posibilidad de que una niña se tomara en serio el discursito. Carmen trató de expresar lo que hacía hervir su espíritu heterodoxo. Fue el primer desgarro. Más tarde se la vio en el Frente de Juventudes, institución que se ocupaba de insuflar valores en los jóvenes y el amor era el más cacareado en la sección femenina. Alguien debió explicarle a la buena adolescente que cuando decían amor, lo que en realidad querían decir era sumisión. Este inocente equívoco provocó más de un suicidio en su entorno, pero ella se aferró a la fuerza de la palabra escrita. El Opus fue su siguiente escalada. Ofrecía cercanía a Dios y Dios se definía como amor: el chasco fue brutal para alguien que pensaba que el Amor con mayúsculas se concretaba en amores con minúsculas porque los humanos todo lo hacemos con minúscula. Bajo su égida experimentó la brutalidad de la Obra contra la mujer cuando era esta la que trataba de dar cauce a sus sentimientos y no de ocultarlos o encerrarlos en prácticas subterráneas, de esas que suelen salir en los periódicos veinte años después.

In extremis, Carmen, cuando se olió el significado de Amor filtrado por las santas sotanas, pudo liberarse de la hecatombe, gracias, creo, a esa fuerza sobrenatural con la que la integridad protege a sus venerantes. Si el amor humano como trasunto del divino era un fiasco dentro del recinto sagrado, mejor ir directamente al amor de la izquierda comprometida. Entre los comunistas españoles, Carmen encontró la misma comprensión que Fidel Castro dio a los disidentes, particularmente sexuales: marginación, corrección de formas y vejaciones indirectas. La penúltima batalla perdida fue cuando, huyendo pasmada de machismo de la izquierda, tuvo que “lidiar” con el feminismo. Allí fue corneada, porque Carmen no sabe esconderse tras el capote, quiere coger al toro por los cuernos. Donde haya doblez, mentira, hipocresía no puede uno toparse con Carmen, así que, una vez triunfante la democracia por la que ella luchó, comenzó la purga, lenta, sonriente, de buenas maneras, pero irreversible. Carmen no supo de su destino ensombrecido, hasta que, pretendió seguir escribiendo con su insobornable lucidez e independencia. Entonces se fue dando cuenta cómo poco a poco, inexorablemente, los medios de comunicación fueron prescindiendo de sus servicios.. Y es que Carmen Alcalde no tiene remedio, primero se tomó en serio la palabra amor, y después la de democracia.. y así le va.

Carmen Alcalde no se casa con nadie, pero tiene el atractivo irresistible de esas amantes íntegras. A lo largo de la vida declinó todas las ofertas de matrimonio ideológico, todas las subvenciones que los “chulíticos” de turno ofrecen a sus amantes comunicativas para que expandan alabanzas. Al final ha resultado abofeteada, no es la única, pero estas bofetadas, como los palos franquistas, hacen crecer la dignidad de las personas, por más que se les enmudezca.


NOTA: En el blog titulado Besos.com se pueden leer los anteriores artículos de José Membrive, clasificados tanto por temas (vivencias, creación, sociedad, labor editorial, autores) como cronológicamente.


Comentarios









  • Suscribirse





    He leido el texto legal


  • Reseñas

    Eduardo Mendoza: Mauricio o las elecciones primarias
  • Publicidad

  • Autores