Título:
Guerra y paz en el siglo XXI
Autor: Eric Hobsbawm
Editorial: Crítica
Lugar y fecha: Barcelona, 2007
Páginas: 179
Precio: 19,95 €
Reseña en
Ojos de Papel.
“La historia se ha acelerado a un ritmo vertiginoso, que amenaza el futuro de la raza humana”, nos dice
Eric Hobsbawm, que no sólo es en estos momentos el historiador más leído en el mundo, sino uno de los pensadores más influyentes de la izquierda. Hobsbawm nos habla en estas páginas de los grandes problemas a que nos enfrentamos: de la guerra, la paz y las posibilidades de un orden mundial, del proyecto imperial de Estados Unidos y de cómo “un grupo de políticos locos pretenden implantar su propia versión de la supremacía mundial”, de los efectos de una globalización que acentúa las disparidades en el mundo, de la crisis del estado-nación, de las inmigraciones, el racismo y la xenofobia, de los peligros que nacen del miedo irracional al terror político o de las dificultades de mantener el orden público en un mundo violento en el que circulan ciento veinticinco millones de rifles de asalto. Problemas analizados por Eric Hobsbawm desde una perspectiva a la vez crítica y esperanzada, que contrasta con la mediocridad del pensamiento único que nos invade.
Eric J. Hobsbawm (1917) es profesor emérito de historia social y económica del Birkbeck College, Universidad de Londres. Entre sus numerosos libros debe destacarse, sobre todo, la serie formada por
La era de la revolución, 1789-1848 (1997, 2003),
La era del capital, 1848-1875 (1998),
La era del imperio, 1875-1914 (1998, 2003) e
Historia del siglo XX (1998, 2004), todos ellos publicados por Crítica. Su última obra publicada es
Entrevista sobre el siglo XXI (Crítica, 2000).
Estas son algunos de los comentaros que ha vertido en su reseña, titulada
El último historiador-profeta, el profesor
Ricardo García Cárcel para el
ABCD las Artes y las Letras (5-4-2007):
La significación de Eric Hobsbawm en la historiografía del siglo XX es bien conocida. Desde su pensamiento marxista nunca esclerotizado, a caballo de su propia larga experiencia vital y personal (nació en Alejandría en 1917), Hobsbawm es el último historiador, ya no diagnosticador, sino pronosticador que nos queda, en un mundo cada vez más huérfano de referencias, que vive sobre las ruinas de los pronósticos de los grandes historiadores-profetas que un día creyeron ser capaces de utilizar la Historia como fuente de lecciones para predecir el futuro y cambiar su rumbo. Hobsbawm es el último superviviente de la singular fagocitosis a través de la que la historia ha devorado a sus historiadores. Cuando ya sólo parece primar la historia narrativa, en la que los sujetos de la historia vuelven a ser los reyes y las élites, Hobsbawm sigue marcando el horizonte de hacia dónde va la historia social, sin duda, porque sabe muy bien de dónde viene la misma. Desde sus primeros libros, Hobsbawm ha perdido militancia épica obrerista y ganado ambición crítica antiimperialista.
(...)
...a través de nueve artículos, escritos entre 2000 y 2006 (...) Hobsbawm aborda los grandes problemas con que tiene que lidiar nuestro siglo XXI: la guerra y la paz, el futuro de los Imperios, las expectativas de los nacionalismos, las perspectivas de las democracias liberales y la incidencia de la violencia y el terrorismo, todos ellos enmarcados en el horizonte de la globalización.
Pasado, presente y futuro se conjugan magistralmente en la obra. Su diagnosis del pasado se deja ver en el estudio comparativo de la trayectoria histórica de los Imperios británico y norteamericano (...) Su crítica a Estados Unidos es muy dura y la guerra de Irak constituye su mayor eje argumental («frivolidad», «estupidez política»). Los análisis del presente los dirige Hobsbawm a fustigar la globalización (crecimiento de desigualdades), a subrayar los cambios experimentados en el concepto de la guerra (ya no es guerra entre Estados; incidencia mayoritaria sobre civiles, fin de la hegemonía de una autoridad global, pérdida por el Estado del monopolio de la violencia, desplazamiento de la guerra propiamente dicha a la violencia armada), a constatar la devaluación de la fuente de legitimidad de los Estados-nación y su incidencia en los nacionalismos y en los cambios experimentados en el concepto de orden público. Respecto al futuro, Hobsbawm no se corta un pelo a la hora de hacer afirmaciones políticamente poco correctas. Me llaman, al respecto, la atención su beligerancia ante lo que él llama «el imperialismo de los derechos humanos» (denuncia el sustrato de hipocresía que lo fundamenta y la trascendencia de sus derivaciones ulteriores) manifestando una neta insatisfacción ante la experiencia de la guerra balcánica.
(...)
...su actitud ante el terrorismo sobre el que critica el apocalipticismo con el que se aborda, ya que, según él «el verdadero peligro del terrorismo no reside en la amenaza real de un anónimo puñado de fanáticos, sino en el miedo irracional que sus actividades provocan». Teme más que el impacto terrorista la administración del miedo que éste genera. En definitiva, el lector se encuentra, en este libro, ante un manojo de lúcidas reflexiones del último historiador-profeta que, sin duda, le producirán un sarpullido de desasosiego crítico respecto al sistema, aparentemente autosatisfecho, que rige nuestras vidas.
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NOTA: Este blog es una suerte de
Escaparate dedicado a los libros y revistas, pero no a la crítica, sino a dar noticia de ellos a través de la información que proporcionan las editoriales, la prensa y las revistas y suplementos culturales.