Magazine/Cine y otras artes
Mucho ruido y pocas nueces
Por Marion Cassabalian, martes, 6 de abril de 2004
Gerard Depardieu, Isabelle Adjiani, Virginie Ledoyen y más nombres que solían rimar con talento, encabezan el reparto de esta película sobre una historia de amor en la época de la resistencia en Francia. Acostumbrados a más arte en el cine francés, Bon voyage es una película muy decepcionante, sobre todo por el pésimo trabajo de las dos principales actrices.
Menos mal que Gerard Depardieu sigue siendo el mismo actor talentoso de siempre porque los demás actores de Bon Voyage no logran levantar un guíon ya bastante complicado y aburrido. La idea de juntar a periodistas, políticos y famosos de la época en dos hoteles de Burdeos en pleno junio del 1940 hubiera podido dar a luz una película con suspense y humor, pero Bon Voyage se queda en la superfie.
La protagonista principal, Viviane (Isabel Adjani), es una actriz parisina muy famosa que se ve involucrada en un crimen y está decidida a usar todos sus encantos, y contactos, para salvarse. La llegada de los alemanes a París da comienzo a un éxodo hacia Burdeos, donde todos nuestros protagonistas huyen, y sus problemas con ellos. Viviane volverá locos a sus amigos y conocidos para intentar protegerse. De alli, nacerá una historia de amor poco creíble e inesperada con el otro protagonista principal, Frederic (Grégori Derangère), que servirá de unión con la otra trama de la película: mientras que la alta sociedad se preocupa por su comodidad, un gran profesor de ciencias acompañado de una fiel estudiante (Virginie Ledoyen) intentan escapar de los nazis con productos que serían de un gran peligro en manos del enemigo.
Aunque reúne a algunos de los más famoso actores franceses, Bon Voyage es una gran desilusión
Resulta muy difícil «entrar» en la película por la actuación forzada y hasta desagradable de las dos principales actrices. Isabel Adjani es simplemente mala, y Virginie Ledoyen, sin ninguna expresión ni caracter. El personaje de ambas es exagerado, tanto en el guíon como en escena. Adjani juega a la actriz fatal a quien nadie puede resistirse, pero no logra convencer (aunque encanto, tiene), sino más bien irritar al público que seguramente la hubiera dejado abandonada en París desde el comienzo de esta aventura. Ledoyen es la caricatura de la estudiante tímida pero enamorada de su viejo profesor, dispuesta a todo para salvarlo y cambiar el rumbo de la historia.
Menos mal que Bon Voyage tiene lugar en una de las ciudades más bonitas del país galo, pero también histórica por el papel que desempeño en la resistencia en contra de los alemanes. Burdeos fue el corazón del país en estas horas tan decisivas para Francia, que acabó tomando la mala decisión. Algunas escenas de reuniones entre altos cargos del Gobierno dan una buena idea del caos y del miedo en el que estaba hundida toda la sociedad francesa, pero son también un testimonio más del egoismo y del poco valor de muchos hombres políticos en los momentos más cruciales y difíciles. Muchos no renunciaron a vender su país y su gente para sus propios intereses. Por otra parte, esta película rinde un discreto homenaje a los hombres y mujeres que tomaron el otro bando y entraron en la Resistencia, apostando por la defensa su patria. El vestuario, el trabajo de fotografía y de iluminación hace que la película sea más agradable, porque devuelve a Burdeos sus encantos de antaño.
Aunque reúne a algunos de los más famoso actores franceses, Bon Voyage es una gran desilusión. Si además tenemos en cuenta que es una de las favoritas de los Césars (equivalente a los Goyas), la preocupación se extiende al cine francés en su totalidad... Muchos nombres, pero poco resultado. Vamos, mucho ruido, pero pocas nueces.