Magazine/Música
La potencia de la juventud
Por Marion Cassabalian, martes, 5 de septiembre de 2006
Con sólo 25 años y 4 años en la escena internacional, Muse ya ha sacado su cuarto disco. Imparable trayectoria de este trío británico, que a base de combinar la fuerza propia de su juventud, técnica y originalidad han conseguido provocar el huracán en el que se han convertido en estos pocos años.
Acostumbrados a sonidos apocalípticos y agitaciones revolucionarias, los cada más numerosos seguidores de Muse no quedarán defraudados, ya que Black Holes and Revelations, su último y cuarto disco, brinda una continuidad en la lírica de las canciones, que lleva al más puro estilo del grupo, que tanto lo identifica.
Este grupo de Teignmouth, Inglaterra, está formado por Dominic Howard a la batería, Chris Wolstenholme en el bajo y Matt Bellamy en la voz, guitarra, teclado e incontestable líder y representante carismático de esta banda.
La potencia (por no decir la ira) con la que cada uno de ellos toca su instrumento sorprende de parte de un trío (parece que hay más músicos en el escenario –o en el estudio-). Su sonido a la vez fuerte y cristalino por la melodiosa voz de Bellamy, dio a luz a una de las bandas de rock más original y potente de los últimos años. Esta fuerza sorprende ya que no pega con la juventud y las caras de niños buenos de sus tres protagonistas.
Black holes and revelations (2006) mantiene señas de identidad con el tercer disco de la banda, donde vuelve a combinar pop y potentes guitarras, arropadas por la increíble voz de Bellamy y sus letras que tratan de sus (infinitos) miedos y del compromiso social. Este nuevo trabajo es una radical mezcla de estilos, desde el jazz melódico en un extremo, hasta llegar al polo más opuesto con un rocksalvaje basado en el groove, influenciado por Prince
Si en el primer trabajo sorprendieron por su versatilidad con la que pasaban del groove a reciclar en clave de rock el "Feeling good" de Nina Simone, los restantes discos no dejaron impasible al mercado, que se dejo hipnotizar por la frescura y el ingenio de Muse. Así, en su carrera encontramos Showbiz, su primer álbum publicado en 1999; Origen of Simmetry (2001), un disco impresionante por la fuerza que transmite; y la inquietante obra cumbre de Absolution (la más valorada por los fans) que vio la luz en 2003.
Por su parte, Black holes and revelations (2006) mantiene señas de identidad con el tercer disco de la banda, donde vuelve a combinar pop y potentes guitarras, arropadas por la increíble voz de Bellamy y sus letras que tratan de sus (infinitos) miedos y del compromiso social. Este nuevo trabajo es una radical mezcla de estilos, desde el jazz melódico en un extremo, hasta llegar al polo más opuesto con un rocksalvaje basado en el groove, influenciado por Prince (según los músicos de la banda). La apertura musical y la originalidad de este trío se ha hecho aún más drástica con este disco. Incluso la voz de Bellamy ha crecido musicalmente: logra trasmitir una emoción mayor, lo que le permite dramatizar aún más sus letras cada vez más paranoicas que culminan en esta obra hablando de la teoría de que la Tierra será un día tragada por un gigantesco agujero negro o de la teoría del caos.
Mientras las letras apocalípticas de Bellamy gozan de un fondo sonoro fuerte, potente y casi agresivo, su voz aguda y melódica y su teclado acompañan sus teorías sobre la crisis existencial por la que atraviesan los hombres.
Todo este nuevo orden dentro de la música de Muse se gestó en Nueva York, que es donde el grupo ha aprendido a madurar
Sin embargo, algunos seguidores de Muse se han quejado del nuevo giro en la música de sus ídolos, llegando a comparar la tercera canción “Supermassive black hole” con un tema de Britney Spears o criticando las extravagancias que ofrece el segundo tema, "Starlight"... Es cierto que este cuarto trabajo de la banda británica es mucho más melódico (con trompetas incluidas), y lo que es peor para sus fans, con muchos tintes electrónicos (y no eléctricos).
Todo este nuevo orden dentro de la música de Muse se gestó en Nueva York, que es donde el grupo ha aprendido a madurar, afirmando que esta experiencia les ha servido para ver las cosas de diferente manera y conseguir llegar a un trabajo en el que por fin se dan a conocer como es debido y por el que han aprendido que la vida puede irse al traste en poco tiempo.
Estas declaraciones dejan presagiar novedades en la música de Muse, cuya madurez alcanzó ya niveles altísimos en el mundo del rock. Una vez más, los fans de esta peculiar banda no conseguirán el sueño hasta que salga su próximo trabajo. Me uno a ellos, ya que cada una de sus entregas musicales justifica la espera.