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    GÉNERO
CINE

    TEMA
Crítica de la película del director Peter Webber, La joven de la perla (por Eva Pereiro López)

    OTROS DATOS
Género: drama.
Guión: Olivia Hetreed (basado en la novela homónima de Tracey Chevalier).
Actores: Colin Firth (Johannes Vermeer), Scarlertt Johansson (Griet), Tom Wilkinson (Van Ruijen).
Fotografía: Eduardo Serra.
Duración: 91 min.
Nacionalidad: Gran Bretaña.
Año de producción: 2003.
Pruductora: Arched Street Limited.

























Magazine/Cine y otras artes
La contemplación de un cuadro
Por Eva Pereiro López, martes, 6 de abril de 2004
Delft, Holanda, 1665. Griet, una joven de 16 años, se ve obligada a entrar como sirvienta en la casa de un famoso pintor, Johannes Vermeer. Ahí, el trabajo duro se verá recompensado por el descubrimiento de un universo ni siquiera antes soñado, en el que colores y luz tomarán significado. El artista, subyugado por su intuición y sensibilidad, se inspirará en ella para algunos de sus más famosos cuadros.
Basada en el bestseller de Tracey Chevalier, esta primera película del británico Peter Webber recrea la Holanda de la época y el mundo intimista y misterioso que rodeó a Vermeer con una armonía y plasticidad viusales indescriptibles. El argumento ligero, es cierto, se pierde para disfrute completo de la vista sin que por ello resulte una traba para el buen desarrollo de la película. Se trata de ofrecer al espectador una imagen sutil del entorno artístico, un poema de éste, de hacer de espejo perfecto de la sensibilidad, de sugerir en la pantalla sin llegar a expresar, tal y como Vermeer concibió su arte. El portugués Eduardo Serra –director de fotografía ya galardonado con varios premios a su trabajo, el último, con esta película, en el festival de San Sebastián 2003-, demuestra una vez más su exquisito talento de encantador de matices convirtiendo el film en una pequeña joya.
Una ambientación impecable destila la carga intensísima de sobrentendidos, sutileza y sensualidad que Vermeer, un convincente Colin Firth, aprisionó con su talento

Sin estar basada en hechos reales –ningún escrito de Vermeer ha llegado a nuestras manos-, esta ficción sobre cómo fue creado el mítico cuadro del pintor, es un homenaje del séptimo arte, a su apasionante sensibilidad luminosa. El juego de colores, matices, reflejos e intensidades que siguen maravillándonos hoy en día en sus recreaciones de interiores y de costumbres típicas de la época, son reproducidas de manera sorprendentemente fiel y conmovedora en secuencias cuya belleza se derrama delicada y libre como el rayo de luz intruso que penetra en una habitación a oscuras. Y es este reflejo puro, el placer auténtico de la película. Una ambientación impecable destila la carga intensísima de sobrentendidos, sutileza y sensualidad que Vermeer, un convincente Colin Firth, aprisionó con su talento.

Scarlett Johansson, que descubrimos hace poco en la última película de Sofía Coppola, Lost in Translation da vida a una dulce Griet convertida en musa. La suavidad de sus rasgos, la inocencia y recato con los que construye su personaje resultan objetos preciosos e indispensables para que la magia y misterio del artista puedan ser transmitidos con tanta fidelidad y de forma tan fluida como eficiente. Griet se dejará guiar por el maestro hasta el final. Pero, ¿a qué precio?

La Joven de la Perla es una delicia para los sentidos, un placer sublime para los ojos, y en ningún caso debe exigírsele más.
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