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Steve Jacobs

Steve Jacobs

    GÉNERO
Cine

    TEMA
Crítica de la película Desgracia, del director Steve Jacobs (por Eva Pereir López)

    OTROS DATOS
Países: Australia y Sudáfrica. Año: 2008. Duración: 120 minutos. Género: Drama. Reparto: John Malkovich (David Lurie), Jessica Haines (Lucy Lurie), Eriq Ebouaney (Petrus), Fiona Press (Bev Shaw), Antoinette Engel (Melanie Isaacs). Guión: Anna-Maria Monticelli; basado en la novela de J.M. Coetzee. Producción: Anna-Maria Monticelli, Emile Sherman y Steve Jacobs. Música: Antony Partos y Graeme Koehne. Fotografía: Steve Arnold. Montaje: Alexandre de Franceschi

    PREMIOS
Premio de la Crítica en el Festival de Toronto, 2008
























Magazine/Cine y otras artes
Desgracia, película de Steve Jacobs
Por Eva Pereiro López, martes, 1 de septiembre de 2009
Basada en la novela homónima de J. M. Coetzee (Premio Nobel de literatura en 2003), premiada con el Man Booker Prize en 1999, Disgrace –que no Desgracia, ver nota a pie de página-- narra la caída de David Lurie, profesor de Poesía Romántica en la universidad de Ciudad del Cabo, en la Sudáfrica postapartheid.


Lurie (John Malkovich) es un cincuentón divorciado, intelectualmente arrogante, de gusto refinado y caprichoso, que da rienda suelta a sus pulsiones sexuales sin atenerse a normas morales, llegando a aprovecharse de su posición académica para conseguir su objetivo. Ese deseo incorregible e irrefrenable provocará su desgracia cuando su último capricho, Melanie (Antoinette Engel), le denuncia en la universidad. Sin la más mínima intención de defender su conducta, que admite sin arrepentimiento, acepta su expulsión. Pero su caída no ha hecho más que empezar.

Después de lo sucedido, Lurie decide ir a visitar a su hija Lucy (Jessica Haines) a la que raramente da noticias. Lucy vive en un remoto lugar rodeada de unos parajes tan bellos como salvajes. Su pareja, Helen, ha vuelto a la ciudad, pero ella sigue con su vida, vendiendo lo que produce su huerto en un mercado de una población cercana. Los tiempos están cambiando y ahora comparte sus tierras con Petrus (Eriq Ebouaney), un hombre negro que ha pasado de ser simple trabajador a copropietario. En su aislamiento y vida sencilla se percibe un alejamiento voluntario de los valores morales de su padre.

David Lurie llega con la idea de pasar una temporada con ella y escribir una ópera de cámara que Byron, su maestro, comenzó exiliado en Italia en el siglo XIX, condenado al ostracismo por su escandalosa relación con su hermanastra. También aceptará ayudar a Bev Shaw (Fiona Press), amiga de Lucy, en la clínica veterinaria del pueblo, ocupándose de cuidar a los perros abandonados hasta que haya que sacrificarlos. Un día que Petrus está ausente y al volver de un paseo, tres jóvenes de color les atacan. Las heridas de Lurie curan con el tiempo, las de Lucy, sin embargo, no.

La complejidad social de la Sudafrica postapartheid da ritmo a esta historia de una crudeza emocional de precisión quirúrgica. Tanto Steve Jacobs, el director, como la guionista y productora Anna-Maria Monticelli han hecho una adaptación de la novela de Coetzee irreprochable que merece toda nuestra atención. Disgrace es sangrante, y las analogías con una raza negra humillada que hará pagar de una manera u otra el precio por los abusos continuados sufridos, se suceden.

El tormento de Lucy llevará a David a dar el paso de la culpa al arrepentimiento. Acabará aceptando la decisión que toma acerca del curioso acuerdo con Petrus, algo desde su punto de vista totalmente intolerable, pero que parece ser la única posibilidad para ella, mujer soltera y blanca, de poder permanecer y sobrevivir en la que considera su tierra. Desposeída de todo, como un perro.

Disgrace es una condición que continúa, una analogía sobre la historia del país pero también acerca de la vida no resuelta de sus personajes, cuyos problemas y posibilidades permanecen abiertos en esta historia inacabada. John Malkovich y Jessica Haines bordan un trabajo irreprochable, intenso, difícil y complejo que transmite íntegramente la tensión emocional de la obra de principio a fin. Sobrecogidos por la aspereza y el desconcierto que provoca, Disgrace no podrá ser olvidada fácilmente y es sin duda merecedora del Premio de la Crítica en el Festival de Toronto 2008.

NOTA: “Disgrace” en inglés indica pérdida de reputación como consecuencia de un acto deshonroso o bien una persona o cosa vergonzosa o inaceptable.
 



Tráiler doblado al español de la película Desgracia, del director Steve Jacobs (vídeo colgado en YouTube por GolemDistribución)
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