No estoy del todo seguro, pero creo que fue
André Breton quien rebautizó a Dalí con el apelativo
Avida dollars, algo así como hambriento de dólares. Al parecer
Salvador Dalí no estaba tan hambriento de vil metal en su juventud, y cuentan que fue a partir de su encuentro con
Gala cuando la pasión por el oro reluciente condicionó sobremanera la forma de ser y actuar del pintor ampurdanés. Desconozco si la influencia de Gala en este sentido fue tal, y tampoco creo que el codiciar oro o dinero sea algo terrible y en sí despreciable, además la historia me suena a bíblica maldición: la hembra avariciosa que termina transformando al artista despreocupado en un fanático comercial de su obra.
Lo que sí parece demostrado es que Dalí no era alguien muy desprendido y generoso con el propio dinero en el día a día. Creo recordar que algo insinúa él mismo al respecto durante la entrevista que grabó con
Soler Serrano para Televisión Española a mediados de los años 1970. En este impagable entrevista asegura que, como Rockefeller, jamás llevaba dinero encima, acostumbrado a que todos le invitasen, o a pagar cuentas y servicios con dibujos improvisados.
Salvador Dalí: entrevista Soler Serrano (vídeo colgado en YouTube)Esto es lo que le pasó con
Edmund Klein, un médico e investigador norteamericano especializado en el tratamiento del cáncer de piel, y a quien Salvador Dalí acudió durante años para someterse a tratamiento de su cáncer. Dalí y el doctor Klein trabaron amistad, y éste lo visitó en consulta durante aproximadamente una década tanto en Nueva York, París o la Costa Brava española.
Las costosas consultas y tratamientos Dalí los pagó siempre con dibujos creados expresamente para el médico. A fin de cuentas eran dos artesanos, o dos artistas, cada uno en su género, que intercambiaban productos y conocimientos. “Para mi amigo, el doctor Klein, un don Quijote genético", esta frase aparece escrita en francés, y encima de la firma del pintor, junto a un dibujo daliniano del año 1973 que representa a un Quijote de tinta china. Otro dibujo, este del año 1978, representa una silueta humana de la que surgen alas, y junto a la firma de Dalí aparece escrito también en el idioma de
Proust “mi ángel, el doctor Klein”.
El doctor Klein falleció hace ahora una década, y es su viuda la que desea vender al mejor postor estos dibujos inéditos del genio surrealista. Los dibujos hacen el número de 15, y han permanecido hasta hace bien poco guardados a cal y canto en una caja fuerte de una entidad bancaria de la ciudad de Búfalo, la segunda ciudad más grande del estado de Nueva York. Del 27 de junio al 9 de agosto de este año 2009 los dibujos serán exhibidos por la Universidad de Búfalo en la Anderson Gallery. Luego serán subastados y con un poco de suerte caerán en posesión de otro
avida dollars. De
avida dollars a
avida dollars y tiro porque me toca: el arte, su mercado y demás cosas.