Juan Antonio González Fuentes
A los que, por ejemplo, pasamos ya de la cuarentena y estudiamos la EGB allá a comienzos de los años 1970, quién iba a decirnos que llegado este año 2008, es decir, el de la conmemoración de los 200 años de la Guerra de la Independencia contra los franceses, ésta iba a pasar con tanta pena y casi vergüenza y con tan poca gloria.
Desde luego todas las instituciones y poderes dependientes directamente del Estado central español han evitado en la medida de lo posible (es decir, en grandísima medida) la conmemoración, y desde luego han huido como si fuera la peste de plantear el recuerdo como un hecho colectivo nacional español, como una gesta de reafirmación nacional española sobre acontecimientos históricos concretos y de carácter en apariencia evidente. Es más, ha habido alguna Vicepresidenta del actual gobierno socialista que en rueda de prensa sólo le faltó lamentarse de la derrota de los franceses y de los consabidos afrancesados.
Si esta ha sido más menos la actitud del Gobierno español y de las instituciones que directamente dependen de él, qué decir del acontecimiento visto, o no visto mejor dicho, por las instituciones autonómicas, en las que sólo se ha recordado la Guerra de la Independencia en lo que atañe a sus respectivas geografías y territorios administrativos. Por ejemplo, como Velarde era cántabro, aquí en Cantabria se homenajeó a Velarde; bueno, a Velarde y a todos los cántabros de algún modo destacados en los acontecimientos de hace dos siglos.
En Galicia, País Vasco, Cataluña y las Baleares sencillamente la Guerra de la Independencia española de 1808 es un acontecimiento histórico ocurrido en otro país hace mucho tiempo, y que ha merecido y merece la misma consideración que puede tener la Guerra de los Bóers o la matanza de Custer a manos de los cheyennes, pongo por caso.
Como a mí me gusta ir contracorriente, y sencillamente me ha parecido triste, patético, ridículo, cobarde, repugnante, idiota... (añádanse los adjetivos que cada cual crea más oportunos), cómo se han conmemorado en España los 200 años de nuestra Guerra de la Independencia, sí voy a recomendar aquí y ahora la lectura de un libro recién aparecido que aporta un documento histórico sobre aquellos sucesos de enorme importancia y trascendencia. Se trata de la edición preparada por Jesús Laínz del discurso o proclama Centinela contra franceses (ediciones Encuentro, Bolsillo, Madrid, 2008), obra maestra de la propaganda bélica española escrita en el Madrid de 1808 por un barcelonés de nombre Antonio Capmany y Montpalau, militar, historiador y lingüista catalán nacido en la ciudad Condal en 1742 y muerto en Cádiz en 1813, donde había colaborado como diputado por Cataluña en la discusión de la primera Constitución española, la de 1812.
Antonio Capmany: Centinela contra los franceses (Encuentro, 2008)
Antonio Capmany y Montpalau, como ya ha quedado dicho, fue militar, filósofo, historiador, economista y político catalán. Estudió Lógica y Humanidades en Barcelona antes de ingresar en el Ejército, concretamente en el Regimiento de Dragones de Mérida. Tras abandonar la milicia, donde fue subteniente de tropas ligeras, habiendo participado en la guerra contra Portugal en 1762, volvió a la vida civil en 1770, dedicándose fundamentalmente al estudio de la historia y de la literatura. Colaborador de Pablo de Olavide en el proyecto ilustrado de traer familias centroeuropeas para repoblar Sierra Morena, en 1770 publicó su gran obra en cuatro volúmenes, Historia del comercio y las artes de la antigua Barcelona. Fue miembro de la Real Academia de la Historia en 1776, siendo nombrado secretario perpetuo en 1790. Se enfrentó en polémica a Jovellanos y Campomanes defendiendo la pervivencia de los gremios.
Durante los gobiernos de Godoy se mantuvo al margen de la actividad oficial, mostrando su recelo hacia las nuevas ideas que venían de Francia, por lo que veía en las viejas tradiciones el mejor medio de combatirlas. En 1808, al comenzar la Guerra de la Independencia, en su trabajo Centinela contra los franceses incitaba a los españoles a una lucha a muerte contra Napoleón, al que consideraba la Anti-España. Se refugió en Cádiz donde dirigió la Gaceta de la Regencia de España e Indias que se publicaba en vez de la Gaceta de Madrid.
Fue elegido diputado por el Principado de Cataluña para las Cortes de Cádiz. Liberal moderado, perteneció a la comisión que debía elaborar el Proyecto de Constitución y, junto con Agustín Argüelles y Jaime Creus, formó parte de una junta especial de inspección para dar el visto bueno a dicho Proyecto, donde se acordó, entre otras disposiciones, el hacer un Diario de Sesiones. También perteneció a la comisión de once diputados, encargada de elaborar el proyecto de libertad de imprenta, que defendió con gran entusiasmo y a la comisión de doce diputados encargada de elaborar el reglamento interior de las Cortes. A él se debió también la iniciativa de que en la plaza principal de todos los pueblos de España se colocara una lápida conmemorando la promulgación de la Constitución. Volvió a ser diputado, suplente, por Cataluña en las Cortes Ordinarias de 1813, pero víctima de una epidemia murió en Cádiz ese mismo año.
Para el catedrático de Historia Moderna de la Autónoma de Barcelona, Ricardo García Cárcel, considerado uno de los máximos especialistas en temas como la Inquisición y el Siglo de Oro español, Centinela contra los franceses es “el texto más exaltador de España que se ha escrito nunca”. Así, esta nueva edición del texto, debida al empeño del escritor Jesús Laínz, acerca a los actuales lectores un documento absolutamente esencial para acercarse y conocer la España de la Guerra de la Independencia, y cómo algunos plantearon la defensa de la nación en momentos tan complejos y difíciles.
El trabajo de Capmany comienza así: “No es éste tiempo de estarse con los brazos cruzados el que puede empuñar la lanza, ni con la lengua pegada al paladar el que puede usar el don de la palabra para instruir y alentar a sus compatriotas. Nuestra preciosísima libertad está amenazada, la patria corre peligro y pide defensores: desde hoy todos somos soldados, los unos con la espada y los otros con la pluma”...
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.