Juan Antonio González Fuentes
Al término del pasado siglo, en el trascurso de sus dos últimas décadas, se habló mucho del final de la Historia ante el aparente triunfo absoluto del sistema liberal democrático y capitalista y la debacle inapelable de todo lo que había supuesto el socialismo real.
Se habló entonces de un Nuevo Orden internacional, un New Order en el que los EEUU de América quedaban en el panorama internacional como la única superpotencia, como el único árbitro con capacidad para intervenir en los graves conflictos del mundo. Se supuso también que el sistema económico, social y político vencedor de la Guerra Fría iría imponiéndose poco a poco en todas las grandes áreas geográficas del mundo, y que en consecuencia, llegaría un momento histórico en el que la inmensa mayoría de los países del mundo tendrían el mismo sistema político y económico, es decir, habríamos llegado realmente al fin de la Historia considerada ésta en términos marxistas: hipótesis, tesis, antítesis...
Juan Antonio González Fuentes: Atlas de perplejidad (Icaria, Barcelona, 2007)
Por aquellos años era yo un veinteañero estudiante de Historia y con ínfulas de escritor y poeta. Un jovencito de raíz y mentalidad burguesa, que había cultivado sus primera educación sentimental ajeno por completo al final del franquismo, etapa que había pasado, digámoslo así, a la sombra de las muchachas en flor bajo un toldo colorido y comiendo helados de tutti fruti en la Primera playa del Sardinero santanderino.
Y reflexionando sobre los acontecimientos históricos que envolvían entonces mis circunstancias personales, es decir, cuando pensaba en las sucesivas capas de circunstancias que cubrían mis propias y más elementales circunstancias, entendí la Historia, así, con mayúscula, como un gran escenario en el que se representa una obra inacabable y en la que intervienes durante una fracción de segundo y lo haces sin guión y sin frase alguna, siendo un color indistinguible de la masa incontable de figurantes que pisan el escenario en un sólo y único suspiro.
Entonces, veinteañero ahogado en las procelosas corrientes de una historia que hablaba de un Nuevo Orden que no se veían por ninguna parte en la cotidianeidad de la pequeña ciudad de la periferia española, periferia a su vez del centro del mundo si éste existe en algún lugar, escribí y publiqué este irónico poema en prosa que es a la vez un microrrelato y un tratado en dos retazos de escepticismo filosófico, en un libro titulado La última seguridad (Universidad de Cantabria), y que está integrado ahora en mi libro Atlas de perplejidad (Icaria, Barcelona, 2004).
NEW ORDER
Primavera. El sol de la tarde sin prisas exploraba, discreto en certidumbres y sueño. La conversación trataba del fin de la Historia y de todos aquellos sus pesares. Mientras se discutía bajo la mirada de las musas juguetonas, ella sorbía su té sin voluntad de ausencia; era toda una dama. Y he de confesarlo, cuando implorando algunas bondades, la certeza de su pie desnudo descubrí junto a mí, quedó en eso incierto el futuro, y la historia y su dialéctica, grises nubes de ciudad sin importancia.
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.