Juan Antonio González Fuentes
El padre del escritor
Abdelfattah Kilito tenía un enorme respeto por los libros, aunque jamás había leído ninguno. Se sabía de memoria el
Corán, y con eso le bastaba. El
Corán era el único libro que leía, y tardaba en hacerlo más o menos un mes. En cuanto acababa volvía a empezar. Aplicaba las enseñanzas del Libro a todo, y para ocasión, para cada suceso, bueno o malo, tenía en la memoria el versículo adecuado, el versículo que hacía encajar todas las piezas del mundo en la realidad y posibilitaba comprenderla, asimilarla.
Abdelfattah Kilito:
El caballo de Nietzsche (Losada)
Abdelfattah Kilito siempre quiso ser escritor, desde muy niño. Pero antes de lanzarse a la aventura fue lector, un lector empedernido, un lector que se preguntaba constantemente qué clásicos debía frecuentar e imitar para alcanzar la gloria en el oficio de las letras, qué caminos debía seguir para lograr el sueño de metamorfosearse en escritor, y en uno de algún éxito en el mundo. El niño que fue Abdelfattah Kilito se cuestionaba todas esas cosas, y lo hacía mientras habitaba en la antigua medina de una antigua ciudad marroquí, y le daba vueltas y vueltas a las cosas mientras dudaba también entre ser escritor en árabe clásico, en el árabe moderno que hablaba todos los días, o en el idioma extranjero (francés) de la metrópoli europea que le separaba de su contexto familiar y cultural, pero que le podía acercar al anhelado éxito y reconocimiento como escritor.
Todas estas cosas, y muchas más, son las que narra Abdelfattah Kilito en el primero de sus libros que se ha traducido al español,
El caballo de Nietzsche (Editorial Losada). Hoy, en nuestros días, Abdelfattah Kilito (Rabat, 1945) es profesor de Letras en la Universidad de su ciudad natal, después de haberlo sido en Harvard, la Sorbona de París y en el Collège de France. Abdelfattah Kilito es un escritor conocido y reconocido, que ejerce su oficio en árabe y en francés, y que en este caballo nietzscheano que aquí recomendamos recuerda con ternura infinita su infancia de niño abandonado a la literatura, de promesa de escritor al que su madre le auguraba un final como el de
Nietzsche: un pobre loco que paseaba por las calles abrazado sollozante al cuello de un caballo. De momento Abdelfattah Kilito nos ha regalado esta hermosa lectura, estas páginas que hablan de pasión, amor y un caballo que jamás abandona a los que se han extraviado en el latido de las palabras.
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NOTA: En el blog titulado
El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.