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jueves, 8 de noviembre de 2012
Muerte dentro de la muralla santa, de Eva Noroña
Autor: José Membrive - Lecturas[20415] Comentarios[0]
Con “Muerte dentro de la muralla santa”, de Eva Noroña, en realidad no estamos ante una novela policiaca ni de género, a no ser que aceptemos que es sobre el género humano. El policía descubre a los asesinos, pero no sabría discernir entre malos y buenos; víctimas y victimarios se confunden. Cada uno lleva en su corazón un ángel y un demonio

José Membrive

José Membrive

Isabel Etzaitz, que vive en un monasterio en donde van a comenzar unos ejercicios espirituales, entabla una apasionada relación  con un peregrino que ha venido a alojarse. El asfixiante ambiente de monjes y peregrinos en un espacio tan reducido hace que los sentimientos afloren con fuerza inusitada: amores y odios, oraciones y asesinatos, envidias secretas, pasiones destructivas, virtudes y perversiones… dan como resultado un par de asesinatos.

 

El detective Mark Alston intenta reconstruir los hechos pero no al uso ingenioso de tantos policías obsesionados en la caza del “malo”, porque antes que policía es persona y sus investigaciones nos van llevando al centro de la condición humana, algo difícil de explicar desde el plano lógico.

 

Con Muerte dentro de la muralla santa (Edciones Carena, 2012), de Eva Noroña, en realidad no estamos ante una novela policiaca ni de género, a no ser que aceptemos que es sobre el género humano. El policía descubre a los asesinos, pero no sabría discernir entre malos y buenos; víctimas y victimarios se confunden. Cada uno lleva en su corazón un ángel y un demonio.

 

Estamos ante un sagaz texto sobre la dualidad. No hay teorías, no se nombra tan siquiera, pero como lector, y guiado por el insigne Mark Alston, llego a la conclusión de que la sangre que mancha las páginas emana antes que nada del “corazón partío” que diría el cantante, de los personajes que encarnan la novela, y, tal vez de los lectores.

 

Sé que es difícil dar una opinión medianamente objetiva de cualquier obra de arte porque están vivas y son como las personas: pueden resultar atractivas para unos, indiferentes e, incluso, hostiles para otros.

 

Por circunstancias, el grueso de esta obra ha sido leída en una noche, desde la una a las siete, alternándola con breves momentos de sueño, pero, curiosamente, mientras dormía, los personajes seguían, ajenos a mi desatención, con sus diatribas, con sus rezos, con su asfixiante cercanía, retumbando en mi mente.



Eva Noreña: Muerte dentro de la muralla santa (Ediciones Carena, 2012)

 

Ha sido una lectura agridulce porque me ha recordado mis seis años de internado en el seminario. A veces me dolía seguir leyendo. Las imágenes de la novela y las de mi propia adolescencia se superponían: comer, dormir, rezar, pasear, estudiar… todo colectivamente, sin resquicio a la respiración… hasta tal punto que el amor tan cercano puede llegar a aniquilar al amado.

 

Hay lecturas que se gozan y otras que se sufren, pero eso pertenece al capricho del arte, porque en cada momento y, por supuesto, a cada persona, la obra le influye de manera distinta.

 

En la mayoría de ocasiones la fuerza de una obra literaria pasa casi desapercibida en una primera lectura. Ayuda muchísimo el conocimiento directo del autor a la hora de calibrar el alcance artístico de la obra. El privilegio y la responsabilidad del editor es que, al conocer al autor, puede entender la obra con más facilidad y, tal vez podríamos ayudar al lector en la aproximación.

 

En la relación obra-autor uno se encuentra siempre con sorpresas. A veces lees unos versos imponentes y te encuentras con un poeta tímido y desaliñado, en otras te das cuenta de que el autor no ha conseguido inocular todo el brillo de su arte en la obra concreta que te presenta.

 

Conocer a Eva ha resultado todo un acontecimiento. De origen mexicano, de formación multicultural, habitante de una ciudad trifrontereiza como Basilea, posee un espíritu explosivo, en estado puro. La veo encarnada en la protagonista de su propia obra, sometida al tempestuoso oleaje del monasterio, con su delicadeza física, sobreviviendo al naufragio general. “Has nacido para ser amada y odiada en extremo y simultáneamente, como Isabel. Afrontas la vida con tal valentía, pasión y honestidad que todos querrán alzarse sobre las cenizas rebeldes de tu belleza. Pero tal vez no lo conseguirán” –le dije a los pocos minutos de conocerla.

 

Después, cuando me fue desgranando su biografía, supe que no había errado.  No sé si fue inspiración o confraternización. Lo supe desde el momento  en que me transmitió sus sueños, desleídos en hojas de papel, para revivir un mundo común tachonado de amor, de asfixia, de añoranza… un tiempo duro, ido, pero hermoso, afrontado a corazón abierto.


NOTA: En el blog titulado Besos.com se pueden leer los anteriores artículos de José Membrive, clasificados tanto por temas (vivencias, sociedad, labor editorial, autores) como cronológicamente.


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