Pocas horas después de que España celebrara su Día de las Fuerzas Armadas, buques de guerra israelíes atacaban a una flotilla de activistas que se dirigían hacia Gaza para romper el bloqueo al que es sometida. Las últimas informaciones hablan de diez personas muertas y más de treinta heridos: civiles desarmados que sólo reivindicaban el final de una situación miserable para los palestinos apiñados en esa franja asediada, dependientes de la ayuda internacional para sobrevivir
Iván Alonso es historiador y periodista
Pocas horas después de que España celebrara su Día de las Fuerzas Armadas, buques de guerra israelíes atacaban a una flotilla de activistas que se dirigían hacia Gaza para romper el bloqueo al que es sometida. Las últimas informaciones hablan de diez personas muertas y más de treinta heridos: civiles desarmados que sólo reivindicaban el final de una situación miserable para los palestinos apiñados en esa franja asediada, dependientes de la ayuda internacional para sobrevivir. Los internacionalistas embarcados han probado la fuerza y el dolor que las armas modernas son capaces de infligir. La muerte y la carne desgarrada, su único legado.
Mientras, en Badajoz, ayer se desataba la habitual parafernalia de desfiles, banderas y homenajes ante la mirada alborozada de cientos de asistentes. Por fortuna nunca he vivido una guerra, pero intuyo que esos tanques pesados y esos vehículos militares rematados por una metralleta no sirven precisamente para el reparto de caramelos durante la cabalgata de los Reyes Magos. Como siempre, responsables padres de familia aupaban a sus retoños a las máquinas de guerra que producen esa extraña fascinación en los niños de misterio y poder. Los periodistas que cubrían el acto, y sonríen bonachonamente haciendo bromas, recogieron el testimonio de los pequeños sobre si su sueño es pilotar cazas de combate o hacerse militronchos. “Mola”, decía uno de cuatro años, el pelo rizado, al bajar de una tanqueta.
Espero, y rezaría al dios que me indicaran para asegurarme, que ese niño nunca conozca el pavor que da sentir esos instrumentos de dominación en marcha. Ser un niño afgano con un cubo al que un satélite espía ha confundido con un terrorista y ver llover bombas del cielo o, por la noche, cómo un ‘molón’ camión militar se detiene ante la puerta de tu casa en alguna respetable dictadura para llevarse a tu padre camino de una fosa común.
Asqueado por el ‘gudari eguna’ a la española, por esa obscena muestra de la violencia y el derecho a la fuerza, quité el Telediario y en un canal seguí un documental sobre las matanzas nazis de judíos en Ucrania. Las SS, asesinos pudorosos, escondían sus crímenes, pero en una de las raras grabaciones se ve bajar a hombres, mujeres y niños de un camión para ser fusilados sin piedad junto a la fosa que ya lleva sus nombres. No me puedo quitar en toda la noche el recuerdo de unos ojos anónimos mirando su tumba. Un niño como el que hace pocas horas flipaba con los matarifes profesionales sólo que, cruel paradoja, este con un fúsil apuntándole a la nuca. Porque finalmente un arma, una metralleta y la boca de un cañón sólo saben escupir muerte. Lo saben ahora también los solidarios con Gaza, Si los desfiles tuvieran fuego real, otro gallo cantaría. Quizá sea necesario que la gente aprenda por fin cómo funcionan realmente esos artilugios para que entonces llevaran mejor a sus hijos a cualquier otro sitio.
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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Iván Alonso en la revista electrónica Ojos de Papel:
LIBRO: Kenzaburo Oé: Renacimiento (Seix Barral, 2009)
LIBRO (marzo 2010): Roberto Bolaño: El Tercer Reich (Anagrama, 2010)
LIBRO (febrero 2010): José María Mijangos: Soul Man (Lengua de Trapo, 2009)
NOTA: En el
Blog de Iván Alonso se podrán leer los textos clasificados tanto por temas (artes, autores, cine, música, sociedad y periodismo) como cronológicamente.