Chanel ganó un 20% más el año pasado, y Dior nada más y nada menos que un 35%. Y Francia es la que también gana: en euros, en imagen, en marketing... En el punto álgido de la crisis estas marcas obtenían beneficios inimaginables. Hay nuevos clientes. Los nuevos millonarios asiáticos (chinos, hindúes, coreanos, malayos...), rusos... Y es que el prestigio de lo verdaderamente exclusivo la industria china no lo puede copiar, no puede imitarlo. Las nuevas millonarias quieren que sea Galiano quien les pruebe sus trajes, quien los piense teniéndolas a ella en mente. Eso ni China ni la India, de momento, lo pueden copiar
Juan Antonio González Fuentes
La muerte de Yves Saint Laurent, la despedida de Valentino, la jubilación de Ungaro y Hubert de Givenchy, y la quiebra como firma de Christian Lacroix, han sido leídas por buena parte de la prensa internacional como el definitivo rejonazo de muerte a la alta costura internacional. La reciente y dramática desaparición del joven Alexander McQueen parece otro elemento revelador. Sin embargo, hay datos que trastocan el diagnóstico. El pasado año firmas como Chanel o Dior obtuvieron incrementos de beneficios de un 20 y un 35% respectivamente. En qué quedamos. Pues probablemente en un lugar común que se aplica a toda aquella actividad humana, más o menos elitista, a la que le contemplan siglos de actividad: el teatro, la ópera, las novelas, la poesía, el cuento...
Yo no lo sabía, pero en París tiene su sede un ente llamado así: Chambre Syndicale de la Haute Couture, toda una sección del Ministerio de Industria francés que es el que establece y define qué es eso tan esquivo, simple y a la vez complejo que es la alta costura. Y ¿qué es una firma de alta costura? Pues muy fácil, un diseñador/a que crea prendas de encargo hechas a mano y que está vigilando todo el proceso artesanal que se lleva a cabo en un taller de París (hablamos de Francia, claro) en el que trabajan un mínimo de 20 personas. El diseñador/a modisto/a al que nos referimos, está en la obligación de presentar al menos 25 modelos diferentes dos veces a lo largo del año, en enero y en julio, y llevar a cabo su trabajo probando directamente en el cuerpo de la clienta, o en el de una modelo que sea lo más parecida posible a la clienta.
No tenía ni idea, pero el asunto me parece interesante, sobre todo desde el punto de vista industrial y de cómo en Francia se cuidan estas cosas; cosas made in France que, no lo olvidemos, al cabo del año significan miles de millones de euros de movimiento para un sector industrial del que viven muchísimas familias galas, y es a la vez una puesta en escena, una imagen glamurosa y muy cuidada de todo un país.
Chanel Haute Couture: Otoño-Invierno 2009/2010 (vídeo colgado en YouTube por michelepierro)
Antes de dar comienzo la II Guerra Mundial había censados más de 200 de estos creadores de alta costura. Hoy las estadísticas hablan de tan sólo 11 verdaderos diseñadores de alta costura. No, no hay trampa ni cartón, y para asegurarse de ello, la Chambre Syndicale incluso puede llevar a la cárcel al couturier que use la denominación haute couturier sin el pertinente permiso de la propia Chambre. Hay que proteger la industria, la industria y su leyenda.
Sólo 11 son los haute couturier oficiales, John Galiano en Dior, Karl Lagerfeld en Chanel, Armani en su versión Privé, Jean Paul Gaultier... Los precios del fruto de su invención oscilan entre los 50.000 y los 200.000 euros por prenda. Gaultier confiesa que sólo tiene 16 clientas en todo el mundo (Nicole Kidman, por ejemplo), clientas gracias a las que consigue cubrir gastos. La haute couture no es rentable casi nunca directamente, pero los responsables financieros y creativos de las grandes marcas saben que el esfuerzo les permite desfilar por las alfombras rojas que en el mundo internacional se extienden, y así reforzar sus productos prêt-à-porter y obtener campañas de publicidad casi gratuitas.
Sí, Chanel ganó un 20% más el año pasado, y Dior nada más y nada menos que un 35%. Y Francia es la que también gana: en euros, en imagen, en marketing... En el punto álgido de la crisis estas marcas obtenían beneficios inimaginables. Hay nuevos clientes. Los nuevos millonarios asiáticos (chinos, coreanos, malayos...), rusos, hindúes... Y es que el prestigio de lo verdaderamente exclusivo la industria china no lo puede copiar, no puede imitarlo. Las nuevas millonarias quieren que sea John Galiano quien les pruebe sus trajes, quien los piense teniéndolas a ella en mente. Eso ni China ni la India, de momento, lo pueden copiar.
No saben nada los franceses.
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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:
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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)
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-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)
-LIBRO (septiembre): P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)
-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)
-PELÍCULA (julio): Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)
Más de Stieg Larsson:
-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)
-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.