Director: Rogelio López Blanco      Editora: Dolores Sanahuja      Responsable TI: Vidal Vidal Garcia     
  • Novedades

    Wise Up Ghost, CD de Elvis Costello and The Roots (por Marion Cassabalian)
  • Cine

    Precious, película de Lee Daniels (por Eva Pereiro López)
  • Sugerencias

  • Música

    The Fall, CD de Norah Jones (por Marion Cassabalian)
  • Viajes

  • MundoDigital

    ¿Realmente hay motivos para externalizar la gestión de un website?
  • Temas

    Sobre transgénicos
  • Blog

  • Creación

    Desayuno de tedios con café y azúcar (por Zamir Bechara)
  • Recomendar

    Su nombre Completo
    Direccción de correo del destinatario
Dinu Flamand: <i>En la cuerda de tender</i> (Linteo, 2012)

Dinu Flamand: En la cuerda de tender (Linteo, 2012)

    TÍTULO
En la cuerda de tender

    AUTOR
Dinu Flămând

    EDITORIAL
Ediciones Linteo

    TRADUCCCION
Catalina Iliescu

    OTROS DATOS
ISBN: 978-84-96067-83-7. Ourense, 2012. 144 páginas. 15 €



Dinu Flamand en 2008 (foto de Dedi; fuente: wikipedia)

Dinu Flamand en 2008 (foto de Dedi; fuente: wikipedia)


Creación/Creación
Dinu Flamand: En la cuerda de tender
Por Dinu Flamand, miércoles, 7 de noviembre de 2012
Esta antología, titulada En la cuerda de tender, recoge poemas testimonio de la atmósfera saturada de irrisorio y grotesco que se respiraba bajo el régimen totalitario de Rumanía, o lo que Dinu Flamand llama "la vida ensayo", junto con ecos ulteriores de la misma tristeza metafísica dilatada en años confusos de soledades, de adaptaciones y enajenaciones del yo poético, en los que intuición y reflexión se equilibran mutuamente en una diversificada paleta de registros, temas y procedimientos poéticos.

Selección de poemas de En la cuerda de tender (realizada por Marta López Vilar)



EL MENSAJERO

 

Fin de milenio. Llueve. El cielo sacude su cansancio

hombres tristes siguen viviendo en tristes casas

donde los muros se miran cara a cara como los días

a las noches y las presencias

a las ausencias…

 

ni una señal del más allá ni una emoción

expulsada de los espacios donde el misterio

se estratifica fríamente – tablas

indiferentes, en el patio de la maderera

 

salvo esta distracción del tiempo

tejiéndose mientras se deshilacha

como el atuendo de los muertos – el único capaz

de callar sobre lo que no sabe hablar.

 

Habito la ventana entre lo que sucede y lo que

    no sucede

bajo esta lluvia mojada y seca a la vez

acechando el germinar de las respuestas

a preguntas todavía sin sembrar.

 

Mientras al horizonte, sobre el océano de lo inexpresable

avanza el poema – con un brotar de verbos

al despertar del mundo – serenando aguas sombrías

cautivado por el silbido distraído; mío, tuyo.

 

 

TANGO EN MENTE

 

Coge mi mano

         escóndeme en tu aliento

olvídame

entre las cosas que aplazas y duran en ti

y como un letargo erótico levitan

algún día hablaremos

de piel a piel

entre palabras

olvídame

en ese tiempo que nos queda

que no es mucho

¿quién sabe?

tal vez sea mejor

no evocar la esperanza pues es un falso acercamiento

suspendidos en el silencio arbóreo

nos vaciamos uno en el otro

de una líquida piedad que ni nos cura

ni lacera.

 

En ti florece el misterio

como los mimbres en manojo

por la ribera de un río interior que te acaricia el rostro

y aún queriendo

tus ojos no me pueden ver

al lado oculto de la luna.

Olvídame

para reencontrarme – tal vez – en un pliegue de memoria

de aquellos tiempos cuando nuestras noches

nos agasajaban

con afables incertezas

de tiempo parlanchín

sobrevolado empero por el pavor quebrado

como un pan que ni se ofrece ni se acepta.

 

Nos odiábamos con el amor

forma abrasiva

de la imposibilidad que el uno sea el otro

con soledad

y todo

nada esperábamos

y el tiempo de ramificadas emergencias

en la ventana agitaba sus invisibles gestos.

abrazos espasmódicos nos dábamos con la impotencia

que tiende el brazo y lo esconde a la vez

la desdicha

de uno le soplaba al otro

en las manos frías

tratando de volverlas a la vida

con llamas muertas.

 

Sólo ha quedado entre nosotros la vacilación que anda

sola

por las calles

de noche

y en el terremoto de mi sueño

coge mi mano

escóndeme en tu aliento

olvídame

pues tal vez logre a la muerte conmover

nuestra complicidad.

 

 

LA LLUVIA EN LA MEMORIA DE LA NUBE

 

Dichosa

faz de lo visible que te muestra al mundo

distinta de cómo se suma en mí tu ausencia

aluvionaria – riada

   de ramajes y hojas rotas

      hacia la presa

         río abajo.

 

Me habitas como la lluvia en la memoria de la nube

la lluvia que enjuaga el tiempo…

 

Es obvio, la distancia – dices tú – es una cuenta atrás

y lo que ocurrió aún puede esperar

   yo envejezco violentamente

                             día y noche…

 

 

QUEMADURA

 

Cuando el sufrimiento palpa el desespero

es una herida de impotencia el poema:

                                       chasquea agotado

en agua que templó el puñal

 

corre de aquí allá

tras una aproximada pena

se clava en la ropa de los transeúntes

y gesticula exaltado

pronuncia las palabras mediocres

y las adora y regala –

 

el dolor torpe empieza a aprender

a deletrear su quemadura

en un silencio como hálito de las banquisas

 

solo y solo y solo

hasta que solo se acepta y sabe

que grita en balde

hacia el amor amodorrado en el retrete.

 

En todo este tiempo engordan sin cesar los árboles

con la común indiferencia de los hombres

y el vocerío inaparente de este lapso

circula

         en su interior
                    sin consecuencias

 

y también al rechazarnos los paisajes se abomban

en lomas

        bajo las que yace cautivo

                                            el tiempo mineral

algunas nubes sin dolor

                               se licúan

                                      en la escritura de la luz…

 

 

AÚN NO

 

Silencio

mas no ausencia del verbo

obstinación de vacío que se desborda

susurro

colma sus grandes recipientes que bebe

en silencio

irrumpe desde las entrañas del frío

desde superficies

que el espacio indiferente

hace tintinear danzando –

temblor de fosquedad fuego latente

de ascuas de los bosques desde el génesis.

Un hasta cuándo

del hasta dónde. Aún no tras lo que fue… ¡sí!

Escucha el temblor de mis brazos

largo rato tras acostarme

pues tengo frío

de tanto silencio… de tanta oscuridad untada en mi piel.

 


Nota de la Redacción: agradecemos a Ediciones Linteo la generosidad por permitir la publicación de estos poemas seleccionados del libro Dinu Flamand, En la cuerda de tender (Linteo, 2012), en Ojos de Papel. También queremos expresar nuestro reconocimiento a Marta López Vilar, autora de dicha selección.

  • Suscribirse





    He leido el texto legal


  • Reseñas

    Sobre las ideas, sus espectros y poderes
  • Publicidad

  • Autores