Bruno acababa de soñar un sueño que
no era suyo. Se lo dejó en la almohada Martín, alguien a quien tampoco conocía,
uno de esos viajantes de la vida en los que nos hemos convertido todos. Los dos
habían ocupado la misma habitación de hotel: uno, un día antes; el otro, al día
siguiente. “Los sueños tienen algo de desconocido, de incomprensible”, responde
Víctor Charneco, el autor de Devuélveme a
las once menos cuarto (Ediciones Carena, 2012), la novela
con la que se ha ganado la curiosidad de los lectores. “¿Que por qué las once
menos cuarto del título? En mi casa siempre ha habido un reloj parado a esa hora
y siempre me he preguntado sobre lo que eso puede
significar.”
Devuélveme a las once menos
cuarto sigue la estela de un libro de
relatos previo, Duelos, inédito. “Se
trata de historias paralelas sobre temas universales: el amor, el honor, la
muerte… Son historias que giran sobre estos asuntos y que están narradas en su
haz y en su envés”, explica Víctor, periodista de frágil apariencia, de robustas
ensoñaciones, de exquisita facilidad para la prosa. “Duelos me permitió adquirir los
conocimientos necesarios para enfrentarme a mi primera novela. Lo escribí en el
2008, en Nueva York, ciudad en la que estuve viviendo unos meses.”
Víctor Charneco: Devuélveme a las once menos
cuarto (Ediciones Carena, 2012)
A finales de ese mismo año, del 2008,
Víctor Charneco volvería a
soñar despierto y se pondría manos a la obra. Se puso a escribir Devuélveme a las once menos
cuarto, novela que le ha robado dos años y medio,
que da por bien empleados. En este tiempo, ha urdido una historia sin dobleces,
en la que las voces de dos personas se encuentran al azar sin que ninguna de
ellas lo supiera y sin que ninguna de ellas llegara a atisbar el verdadero
alcance de su destino. “Lo más llamativo de todo, lo onírico, es lo que está
menos estudiado. La gran aventura de este siglo es adentrarse en las mentes para
entenderlas”, le hace costado el escritor Fernando Clemot, quien presentó la
novedad literaria en la librería Les Punxes, de Barcelona, el primer acto de una
gira que recorrerá la Península.
“En Devuélveme a las once menos cuarto puede
que haya algo de los autores que más me han influenciado. Desde luego, este
libro bebe mucho de Sobre héroes y
tumbas, la novela que Ernesto
Sábato escribió a mediados del siglo pasado”, confiesa Víctor, sorprendido
por las tramas que como matrículas dobladas se interponen unas con otras en la
narración. “Me gusta contar historias.”
No sólo Ernesto Sábato ha dejado su
impronta en la pluma de este autor: Javier Marías, “único”; Antonio Muñoz Molina,
“imprescindible”…, y los integrantes de la llamada Generación X, el realismo sucio norteamericano, con Richard Ford y J. D. Salinger al frente.
“Me gusta contar historias, como he
dicho, historias relacionadas con el hombre, con sus miedos y sus ambiciones.
Por eso me gusta tanto Nueva York, porque me inspira la grandeza de la ciudad,
con barrios diversos como el Greenwich Village y el Soho, con personas que se
cruzan por la calle y que forman parte de algo
superior.”