George Valentin (Jean Dujardin) es un galán elegante de bigote fino y pelo
brillante a base de gomina, un héroe del cine mudo al que el público adora,
cuyas fans forman multitudes a su paso dispuestas a arrancarle un beso o un
autógrafo. Pero con la llegada del sonido empieza el ocaso de la estrella.
Incapaz de adaptarse a tiempos nuevos, Valentin se hunde mientras Peppy Miller
(Bérénice Bejo), una joven extra con la que se cruzó en una ocasión, da los
primeros pasos hacia el estrellato. Esta caída y ascensión entrelazadas
constituyen la trama del melodrama, una historia de amor muy sencilla, cuya
forma se ajusta perfectamente al cine de la época para el cual las imágenes y la
banda sonora lo eran todo.
El orgullo, la fama y la vanidad del héroe,
su empeño en no querer ni intentar adaptarse al cambio tecnológico desembocan en
una crisis existencial que comienza el día del crash bursátil de 1929 - ¿una
coincidencia? Olvidado de un día para otro, arruinado por su empeño de realizar
sus propias películas una vez que los estudios para los que trabaja deciden
cambiar de rumbo, Valentin no tiene donde caerse muerto. Mientras tanto, Peppy
Miller va convirtiéndose en la nueva sensación de Hollywood, aupada por el
empujón que el protagonista le había brindado.
The Artist no es
una película memorable sino un entretenimiento de altura. De factura impecable –
sin efectos especiales ni 3D -, el relato enternecedor está escrito con
elegancia y se desarrolla a ritmo de una banda sonora maravillosa (firmada por
Ludovic Bource), motor de la narración, y en conjunción con imágenes de una
belleza estética sobresaliente. Una historia ya contada, es cierto, pero que no
importa que se vuelva a contar porque nos hace salir de la sala con una sonrisa
a pesar de que la previsibilidad produzca alguna que otra sensación de altibajos
en el ritmo. Tiene, además, una escena grandiosa e inteligente en la que los
sonidos se cuelan como pesadilla del actor sin voz, sentando definitivamente lo
ineludible.
Dujardin está impresionantemente magnético (Premio al Mejor
Actor en Cannes 2011), un Clark Gable contemporáneo, y Bejo, absolutamente
charmante. Los acompañan unos secundarios de lujo: John Goodman en el rol
de Al Zimmer, el magnate de los estudios Kinegraph que abandona a su mejor baza
para sumergirse de cabeza en una nueva tecnología que intuye revolucionará la
industria, y James Cromwell, Cliford, el chófer fiel al que nuestro héroe acaba
despidiendo tras un año sin poder pagarle.
En definitiva, una película
gozosa para los amantes del cine clásico – abstenerse los adictos a los efectos
especiales y las ficciones trepidantes.
Tráiler de The Artist, película del director Michel
Hazanavicious (vídeo colgado en YouTube por
VISOTRAILERS)