Escribe
Germán Sainz en
Formaciones,
Ideas y reflexiones desde la derecha que “La reciente entrega
del Premio Nobel de Literatura al peruano Vargas Llosa ha generado más de una
polémica a nivel del círculo de los intelectuales y la academia. Pero por sobre
todo se ha visto notoriamente el rechazo unánime de la intelectualidad de
izquierdas respecto a un “inmerecido galardón” para alguien que no pertenece al
grupo de los “elegidos” del mundo cultural de la hegemonía. No es sin embargo el
interés de quien escribe, recaer sobre este episodio en particular sino el haber
constatado que LA IZQUIERDA (y las mayúsculas hacen al eje vertebral del
asunto), intenta por todos los medios mantener el halo de pureza en torno a su
propia esencia cuando de invocar su nombre se trata. Hemos señalado en más de
una ocasión que la conquista cultural de la izquierda tiene uno de sus núcleos
duros en la conquista previa del lenguaje, sin el cual no puede lograrse una
imposición posterior de los principios filosóficos y valóricos que la definen.
Pues la batalla lingüística ha marcado nuevamente la agenda en el caso que nos
compete”.
La verdad que razonamientos de esta índole resultan
esperpénticos y rozan la irracionalidad. Es verdad que fueron muchos los que en
nombre de la izquierda se alzaron contra el premio concedido a
Vargas
Llosa, pero también los hubo quienes se alegraron sinceramente por el
galardón, por su significado y por la justicia del mismo. Lo que ocurre es que
quienes así se han expresado no pretenden monopolizar ninguna escuela de
pensamiento ni se atribuyen la propiedad de la razón ni de la verdad revelada.
En la otra acera encontramos sandeces semejantes a las de
Germán
Sainz.
Jimmy Joamer Querales, en
Aporrea
apuntó que “Hoy el mundo de la derecha se regocija con la tan anhelada noticia
de que su más culto exponente y difusor de mentiras mediáticas de España para
Latinoamérica ha sido laureado con el Premio Nobel de Literatura, así es, Vargas
Llosa logra su cima ultraderechista y por su “excelente” forma de escribir sus
sádicas pasiones de una manera chip ha ganado el ya no tan prestigioso premio
que según mi óptica desde que se lo dieron a Obama para acá debería tener el
nombre del Jefe de la Propaganda nazi Joseph Goebbels, sí, ese nombre le queda
soñado como diría Nolia”.
Para destruir al contrario no hacen
falta más alforjas que la voluntad de hacerlo y aquí se alistan,
lamentablemente, una gran cantidad de
voluntarios
Desde
Gramma,
el periódico oficial cubano, en un artículo titulado “Nobel de la literatura,
Antinobel de la ética”, se señaló que “La Academia Sueca no sorprendió a nadie
al conceder… el Premio Nobel de Literatura 2010 al escritor ¿peruano, español?
Mario Vargas Llosa. Desde hace años su nombre sonaba en las cábalas, y el lobby
en torno a su candidatura crecía. Nadie duda de sus aportes innovadores a la
literatura universal desde las letras hispanoamericanas, desde sus textos
iniciales,
Los cachorros y
La ciudad y los perros, hasta los más
recientes. Pero lo que ha construido con la escritura lo ha ido destruyendo con
su catadura moral, los desplantes neoliberales, la negación de sus orígenes y la
obsecuencia ante los dictados del imperio. No hay causa indigna en esta parte
del mundo que M.V.Ll. deje de apoyar y aplaudir. Si los pueblos votaran en
Estocolmo, lo habrían hecho por el Antinobel”.
Para desacreditar más al
premiado se recuerda que en 2009 el Nobel de la paz fue a
Barack Obama y
que en 2010 se le concedió al “disidente” chino
Liu Xiaobo. Éste fue el
camino seguido por
Tomás Borge, ex comandante sandinista y actual
embajador de Nicaragua en Perú, que manifestó: “Vargas se merece el premio Nobel
con creces. Desde hace tiempo le debieron dar este premio por su calidad
literaria, pero creo que desde el punto de vista ideológico, si hay algún premio
que darle sería el de Chespirito (cómico mexicano), por sus concepciones
atrasadas”.
Por estos derroteros también incursionó el presidente
boliviano,
Evo Morales, quien no sólo criticó la parcialidad del jurado y
su sesgo pro imperialista, sino también que había llegado a la conclusión de que
a él jamás le darían el Nobel de la Paz, un premio que nunca “va ser para
movimientos sociales o personalidades anticapitalistas y antiimperialistas” y
que está convencido de que “
a esta altura son muy sospechosas estas
premiaciones”. Es más, manifestó tener información de que las Madres de
la Plaza de Mayo estaban muy bien colocadas para ser elegidas, dada su condición
de “grandes defensoras de los derechos humanos”. Pese a ello, insiste
Morales, tampoco fueron elegidas. Olvida el presidente boliviano, que en
1980, en plena dictadura militar argentina, el Nobel de la paz fue a manos de
Adolfo Pérez Esquivel, un significado defensor de los derechos humanos.
Podría seguir buscando testimonios a diestra y siniestra, ya que el
territorio de la sinrazón es vasto y extenso. Sin embargo, sería un viaje de
escasa trayectoria dada la inanidad de los testimonios, todos cíclicos y
repetitivos. Unos y otros buscan descalificar al de enfrente, no discutir con
él. Uno puede coincidir con Vargas Llosa en muchas cuestiones y disentir en
tantas otras. Pero todo es posible en el mundo de las ideas y los argumentos.
Para destruir al contrario no hacen falta más alforjas que la voluntad de
hacerlo y aquí se alistan, lamentablemente, una gran cantidad de
voluntarios.