In
the Loop es una atrevida comedia política que desvela sarcásticamente la
incompetencia y mediocridad de la clase política británica, reviviendo el
proceso que llevó a la decisión de la guerra de Irak – aunque esto último no se
mencione explícitamente en ningún momento. Rodada a un ritmo desenfrenado y con
estilo pseudodocumental,
In the Loop, gamberra, divertida y mordaz, es la
ópera prima del director Armando Iannucci, influyente guionista, conocido en
televisión en el Reino Unido por sus comedias y shows satíricos como, por
ejemplo, la comedia política
The Thick of It.
Ver actuar a Peter
Capaldi en el rol de Malcolm Tucker – inspirado en Alastair Campbell asesor de
Tony Blair entre 1997 y 2003 - desplegando todo su arte maquiavélico en una
verborrea tan brillante e inventiva como excesiva y malsonante, es uno de los
mayores placeres del film – merece la pena verla en versión original. En
una carrera contrareloj, Malcolm intentará controlar la onda expansiva tras las
imprudentes palabras de Simon, que los estadounidenses aprovecharán para
manipular en su favor y forzar así una decisión que los británicos no podrán más
que respaldar para evitar la humillación. Todo vale en los entresijos del poder,
incluso con la cúpula militar del Pentágono, encabezada por el general Miller
(James Gandolfini –
Los Soprano--, un peso pesado de la comedia), en
contra de la invasión.
El film transcurre entre Londres y Washington DC,
con informes fácilmente manipulables y manipulados, comités para la guerra
disfrazados de planificación para el futuro y zancadillas entre secretarios
estadounidenses enemigos mortales pertenecientes a las primeras escalas del
poder, como Karen Clark (Mimi Kennedy) y Linton Barwick (David Rasche),
(per)seguidos día y noche por jóvenes asesores sin experiencia, que intentan
hacer carrera y deshacer de paso la de sus colegas, con pocos escrúpulos pero
carne de cañón, al fin y al cabo.
La improvisación, habitual en
Iannucci, es un torbellino impecable que recalca, en terrenos tan pantanosos,
que no hay posibilidad de desdecirse sea lo que sea lo que ello implique –
incluso cuando se trata de un asunto tan serio. La rapidez insana y mareante de
“
In the loop” da qué pensar acerca de cómo se toman decisiones tan
importantes que parecen desencadenadas por guerras internas de poder. Pero tras
la farsa, Armando Iannucci desvela una imagen de un gobierno británico
tremendamente débil, que acostumbra a respaldar, por razones históricas,
cualquier posición estadounidense, y que, en aquella ocasión, se dejó
imperdonablemente embaucar en una invasión ilegítima.
A ritmo de tres
gags por frase pronunciada,
In the loop merece sin duda más de una
visualización, aunque sólo sea para disfrutar de la lengua afilada que esgrime
Malcolm Tucker diciendo, por ejemplo, lo de “
Whether it has happened or not
is irrelevant – it is true!”.