10.12.2012
Álvaro Petit Zarzalejos: Once noches y nueve besos
Creación
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Creación
Quien se adentre en la lectura de Once noches y nueve besos entrará en un túnel que dará paso a un mundo interior construido con sentimientos, experiencias, luz, inspiración, tesoros, ríos, lágrimas, dolores en fermento…, habrá entrado en su mundo interior, en su propia alma, de la mano de un literato apasionado. Como afirma Álvaro Petit Zarzalejos al principio se trata de un vómito “sobre esos utilitarismos, sobre el practicismo exacerbado… que no nos deja respirar, ni amar…” Es el mundo asfixiante de la mediocridad, de la mirada miope que confunde lo material con lo real. Es el mundo que sobrevuela sin aparecer, que empuja a la inmersión, al viaje interior. Una suerte de vena mística que reza “a la deidad que quiera escucharme” subyace en cada fragmento del libro. Una mística en la que caben todas las deidades, humana, laico-creyente, con la diosa amor inoculada en cada uno de sus átomos. Pero no es la luz, sino el túnel, el protagonista; es el camino oscuro que, sin salir de uno mismo sondea por “Allá, en los albores de la eternidad”. Inserta en la colección de poesía, Once noches y nueve besos es, sin embargo, una obra en prosa que indaga en los caminos poéticos
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