¿Cuál es la motivación que os ha inspirado para dar a conocer esta
muestra? La iniciativa parte de la
Revista
Malabia, una publicación virtual editada
desde Barcelona, Montevideo y La Plata, que está por cumplir 50 números y aquí,
en este libro, agrega una nueva vía de salida, la impresa. El primer proyecto
fue lanzar en formato libro una muestra de autores uruguayos contemporáneos, en
activo, con trayectoria literaria, buena parte de los cuales no son conocidos en
España. El proyecto se planteó a
Ediciones Carena, cuyo
equipo participó en la elaboración del volumen y en la coedición y distribución
del mismo. La principal motivación ha sido publicar autores con voces propias,
que seguramente hallarán lectores interesados dentro y fuera de España.
¿Cómo ha sido tu participación en tal proyecto? Me
invitaron a presentarles libros de autores compatriotas, algunos con textos que
seleccioné directamente y tuvieron aceptación. Pero en general presté una buena
cantidad de ejemplares de mi biblioteca para que fueran considerados por los
responsables. Aparte, me pidieron textos míos e ideas gráficas para la salida
impresa de
Malabia, ya que se inauguraba una colección (Libros de
Malabia) y había que lanzarla con una estética particular. Terminé diseñando la
cubierta y otros gráficos afines, dándole el título al libro y comunicándome con
más de la mitad de los autores finalmente convocados.
¿El título
de Los árboles sin bosque lo encontraste luego de leer el poema de
Juarroz que abre el libro? No. Ese título se me ocurrió
al leer la primera docena de escritores que tenía en mente, y a partir de él se
fue orquestando la estructura y la temática de fondo de la obra. El poema de
Juarroz es un hallazgo de
Federico
Nogara una vez terminado el original. Creo que es un epígrafe
inicial muy adecuado. Como también el cierre cuestionador de
Rodríguez
Padrón en el epílogo. Los lectores encontrarán elementos de reflexión y
debate en el conjunto de páginas, vale decir, la mejor garantía para abordar una
obra que está viva.
¿Cuáles son los temas centrales de los textos
presentados? Los que aparecen en buena parte de la literatura
de cualquier época y lugar: el paso del tiempo y sus señales, la soledad, las
ausencias, el destierro, la identidad y sus espejos, las resistencias, el amor
de fondo, la lucha hacia el conocimiento, la muerte, las raíces, la búsqueda del
bosque.
¿Es el exilio una herida tan grande que no puede ser contada
o puede convertirse en material poético-narrativo, como es el caso?
El exilio tiene múltiples vertientes y es, en sí, una metáfora
existencialista de primer grado: vivir bajo la condición humana es un exilio
permanente, aunque estuviéramos siempre en el mismo sitio geográfico. Creo que
en este libro hay unas cuantas variables muy bien expresadas sobre el tema.
Además, al omitir los editores las típicas citas a pie de página (las que
indican la procedencia y año de cada texto), el libro permite una continuidad de
lectura, una correspondencia temática entre los variados estilos, donde el
carácter polisémico del exilio puede ser, quizás, el principal nexo de toda la
obra.
¿Se puede decir que hay en Uruguay un caldo de cultivo para una
nueva generación de escritores? Cada época trae sus
perspectivas, sus aspectos positivos y negativos. En Uruguay, desde hace
décadas, hay muchísimas tareas pendientes para estimular, apoyar, evaluar y
difundir la literatura nacional. Tareas que, en buena medida, deben iniciarse
desde los propios autores y su relación con la sociedad. Pase lo que pase,
surgirán nuevas voces. No conozco en profundidad qué están haciendo los más
jóvenes, si les interesa verdaderamente la escritura como arte, como oficio que
requiere trabajo y responsabilidad, ya que se trata (en el momento de las
publicaciones) de un aporte a la cultura colectiva, y no de un mero
divertimiento, como tanto insisten algunos con la venia de la industria
comercial detrás.
¿Cómo definirías el grupo en el que se integra esta
veintena de personas, de procedencias y talantes diversos? El
único grupo que se me ocurre ahora es el de escritores uruguayos contemporáneos,
lo que ya está subrayado en la edición. Hay varias generaciones reunidas aquí.
Destacaría que es la primera vez que encuentro en un libro que no sea
diccionario o enciclopedia, y editado fuera de Uruguay, una parte relevante de
mis coetáneos.
Hablabas hace un rato de los calificativos o nombres
globales para tu generación, y que te gustaba uno en especial. ¿Realmente te
identificas con el de “La generación del silencio”? Me gusta,
sí. Creo que responde a lo que históricamente nos ha tocado vivir. La gente
uruguaya nacida entre 1955-1965 éramos niños o adolescentes, personas en
formación educativa y vivencial, cuando se produce el declive político-económico
y luego la dictadura militar (1973) en el país. Nunca tuvimos una nación como la
de la primera parte del siglo XX, a la que tanto sentimos aludir mientras
predominaba lo contrario. Crecimos silenciados y sin recursos políticos y
materiales para edificar una sociedad distinta en aquellos años juveniles.
Pasado el tiempo, nuestra propia relación con el silencio fue cobrando
diferentes relieves. Supimos que las palabras no alcanzan para llegar a las
esencias, que toda supuesta verdad tiene distintos ángulos y aristas, que el
silencio ya estaba hace siglos, en el fondo, condicionándonos, indicando su
gobierno en la tierra y en el cielo. Hoy, en plena etapa audiovisual, cuando
jamás hubo tanto aparatito encendido ni tantas vías para la comunicación, el
silencio se está riendo de nosotros, cruzado de brazos, al final de la sala
donde pasan esta película tan sonora y colorida.
¡Vaya panorama!
Sí. Y en “alta
indefinición”.
Volviendo al
libro: ¿qué características prevalecieron de cada uno de los miembros? Lo digo
porque si bien afirmaste que la mayoría no son conocidos en España, Peri Rossi,
por ejemplo, es la autora uruguaya más leída fuera de su país
Se dan estos contrastes, efectivamente. También existen textos
escritos con cincuenta años de diferencia y, sin embargo, pueden convivir con
los más nuevos. Los editores apostaron por el nivel literario y la trayectoria
de cada autor, más que por la difusión masiva o las peculiaridades de sus obras.
De todos modos, y según conversamos al principio del proyecto, se ha tratado de
producir un título para ser leído por personas de distintos países y culturas.
Este primer volumen de
Los árboles..” (hay más autores y textos para
pensar en, por lo menos, otro libro) quiere extender la literatura uruguaya
contemporánea dentro y fuera de fronteras. Partiendo de una edición realizada y
distribuida en España, los escritores con obra publicada aquí (
Peri Rossi,
Courtoisie, Berenguer, Nogara, etc.) serán, naturalmente, las primeras
referencias para el acercamiento del lector español medio.
¿Internet ha contribuido a que se conocieran otros compatriotas
tuyos sin necesidad de tener obra impresa en España? Te lo pregunto sabiendo que
en tu propio caso, con más de treinta años de radicación en España y títulos
publicados aquí, la red informática ha llevado textos tuyos a todo el planeta.
(Invitamos a los usuarios de Google a teclear simplemente tu nombre de pila;
verán dónde aparece tu
web oficial). ¿Subestimas las posibilidades de las actuales tecnologías como
fuentes de auténtica literatura? Si así fuera, si
subestimara la red, yo sería un desagradecido sin remedio. Pero debo aclarar que
valoro las tecnologías como herramientas, como vehículos para facilitar el
acceso a información y a otras numerosas aplicaciones. Lo que transporte esa red
es un asunto distinto. Ocurre lo mismo con la televisión, la radio o incluso la
vieja y querida imprenta. Un camión de basura no tiene ninguna culpa de
trasladar basura, máxime si fue creado para ese fin. Todo está en las manos y
cerebros, en la ética de quienes manejan las herramientas y para qué objetivos
las usan. Fíjate que
Los árboles sin bosque nace de la iniciativa de una
revista digital, con miles de lectores y una filosofía laboral puramente
destinada a una literatura seria. A través de
Malabia y de otras revistas
virtuales se han llegado a conocer escritores sin libros publicados aquí. Por
otra parte, en internet hay espacios dedicados a autores inéditos. Es importante
entonces, y también muy grato, que podamos contar con los actuales recursos de
comunicación. Por cierto, está construyéndose un blog sobre el libro, así que
solamente puedo ponderar estos recursos siempre que traten de brindarle calidad
al receptor.
¿La literatura, en verdad, es capaz de cambiar al mundo,
o al menos de moldearlo un poco? La literatura está hecha por
personas y puede cambiar a las personas, autores y/o lectores. Es una fuente
cultural muy valiosa, aunque debe interactuar con otras plataformas. Si todo
confluye positivamente en los canales educativos, la nueva sociedad puede
cambiar de manera decisiva. Y con ella el mundo. Pero sin educación adecuada a
cada época, el futuro no es, en ningún sentido, asunto nuestro, queda en manos
del viento.
¿Este libro podría catalogarse como una llamada al
sosiego, una acción introspectiva del “país al sur del sur” contra la
globalización productora de textos homogéneos? No creo que
sea precisamente una llamada al sosiego, más bien es una llamada a la
conciencia. Que es lo que pretende toda literatura de largo aliento. A través de
estas páginas el lector llegará a las últimas décadas de ese “país al sur del
sur”. Encontrará diferencias, pero también no pocos enfoques en común.
¿Qué tiene Uruguay que es una caldera de lectores?
Una vieja tradición de respeto por los libros, una tradición que
ha resistido más allá del deterioro económico, la globalización que citabas, las
crisis de toda índole, las lejanías y la incertidumbre. Estos
árboles sin
bosque no han dejado de ir en busca de
otro bosque. Lo
encontrarán.