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miércoles, 24 de febrero de 2010
Andy Warhol tenía razón: John Cobra y Eurovisión
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[7141] Comentarios[0]
Lo patético, chabacano, degradante, deteriorado, insufrible, ridículo…, goza a todas luces del favor del público, quien vota masivamente al primer imbécil grotesco que llame la atención por la gansada ejecutada. Lo hemos dicho mil y una veces. Democracia y arte son autopistas sin necesarios enlaces de comunicación. Un artista serio y esforzado, parece que por serlo, no tiene nada que hacer en las votaciones frente al espantajo irrisorio que menea el culo. Es como si el público sintiera la necesidad de “castigar” el esfuerzo y el trabajo y de “premiar” la extravagancia, al jeta que con osadía y desvergüenza se presta a la bufonada


 

Juan Antonio González Fuentes

Viendo después de comer el programa de televisión Sé lo que hicisteis, me entero de que la primera cadena de nuestra televisión pública española emite un programa en el que cantantes aspirantes a representar a dicha televisión en Eurovisón, cantan sus propuestas y pasan diferentes rondas selectivas según los votos emitidos no sé cómo por el público televidente. Y me entero de que en el programa de ayer, uno de los aspirantes, un tal John Cobra, la emprendió a insultos con el público asistente cuando éste mostró su desagrado ante la impresentable cancioncilla que el susodicho mascullaba mientras le metía mano a la que al parecer es su novia. Y se armó la de San Quintín, seguro que ante el íntimo regocijo de los responsables de la cadena que debían estar frotándose las manos por el escándalo.

El tal Cobra empezó a proferir insultos a diestro y siniestro mientras demandaba respeto para él mismo y su “obra de arte”. La palabra “maricones” fue la más inteligente de las empleadas, y la acompañó por un sinfín de gestos obscenos tocándose los bajos y ofreciendo generosamente su aparato reproductor al público para que éste dispusiera lo que le viniera en gana. Cobra no parece un ser humano muy sofisticado y cultivado que digamos, más bien tiene toda la pinta de un cafre desmelenado y muy contento de serlo y reconocerse como tal. Al parecer, explicaron en Sé lo que hiciste, el cafre llevaba meses intentando hacerse un hueco televisivo mediante la asistencia a programas del corazón en los que daba la nota de alguna manera. El cafre, John Cobra (¿guiño cinéfilo al inteligente cine de Silvester Stallone?, pregunto) por fin lo ha conseguido: la montó bien montada, llamó la atención del respetable y, según cuentan, ya le han ofrecido contratos para entrevistarle en diversos programas del corazón e, imagino, cobrar un buen dinero mientras le dan la oportunidad de consolidarse, al menos durante un tiempecito, como “friki” dentro del variopinto panorama nacional.

Cuentan que el bueno del Cobra ya se ha quedado sin opciones de acudir a Eurovisión, pero me temo muy mucho que el objetivo del Cobra no era ese, y que su verdadero deseo ya está logrado. Ahora no son pocos los que se rasgan las vestiduras, ponen los ojos en blanco, votan a bríos y se muestran incrédulos y preocupados ante tales hechos, ante la proliferación de estos personajazos en busca de pasta gansa y los famosos (qué condena) quince minutos de fama que tanto pregonó Andy Wharhol, la madre que le parió.



La "actuación" de John Cobra en la selección para Eurovisión (vídeo colgado en YouTube por PeLoTaSo)

Todos estos discursitos reprobatorios me parecen injustificados. La televisión lleva décadas alimentando al monstruo, un monstruo que no sabemos a ciencia cierta si algún día devorará al medio, o al menos le dejará malparado de un señor bocado. Lo que sí mueve a reflexión en el caso que ahora nos ocupa y preocupa, es el hecho de que desde que el público decide mediante votación quien representa a RTVE en Eurovisión, la cosa ha ido de mal en peor. Me explicó. Ya no cuenta casi nada la calidad de la música, de la letra, de la interpretación, y los “frikis” apostados o impostados lucen a sus anchas aplaudidos y jaleados por un respetable que, lo ve un ciego, jamás lo ha sido menos que en estos momentos.

Primero fue el insufrible Chikilicuatre, y tras él, la avalancha de imbecilidades democráticamente elegidas se ha adueñado quizá para siempre de los derroteros televisivos: Karmele Marchante haciendo patéticamente el ganso iba en cabeza de las preferencias populares en votos, y el mencionado patán, John Cobra, había pasado hasta ayer, según me dice, distintos descartes.

Lo patético, chabacano, degradante, deteriorado, insufrible, ridículo…, goza a todas luces del favor del público, quien vota masivamente al primer imbécil grotesco que llame la atención por la gansada ejecutada. Lo hemos dicho mil y una veces. Democracia y arte son autopistas sin necesarios enlaces de comunicación. Un artista serio y esforzado, parece que por serlo, no tiene nada que hacer en las votaciones frente al espantajo irrisorio que menea el culo. Es como si el público sintiera la necesidad de “castigar” el esfuerzo y el trabajo y de “premiar” la extravagancia, al jeta que con osadía y desvergüenza se presta a la bufonada. El público encumbra la torpeza, el desaliño, la obscenidad, lo barato, la ignorancia…, le hace gracia, tal vez se vea reflejado y sienta eso de: “¡mira, uno de los nuestros en televisión!, yo también podría estar ahí ahora mismo, con mi pijama de felpa, mis zapatillas rotas, mi falta absoluta de talento, mi analfabetismo funcional, mi pura nada…, y ser aplaudido, grabado para la posteridad horripilante de mi propia retina y encima ganar un dinero”.

Warhol tenía razón, el mundo lleva décadas dándole la razón, John Cobra, a quien yo estoy haciendo aquí el caldo gordo, sólo es un minúscula prueba más del aserto. Vaya mierda señor Warhol, vaya mierda!!!

***

Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.


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    Las relaciones hispano-marroquíes, de Víctor Morales Lezcano (reseña de Rogelio López Blanco)
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