DÍA DE REYES sobre las mesas,
sobre las
alfombras;
anoche, nuestros hogares
estaban llenos de zapatos.
anoche
en la línea* de gaza
por las calles, sobre las aceras
había zapatos
y los reyes mágicos
pasaron de largo.
estaban sucios.
con polvo de sangre,
salpicados de miedo.
los zapatos
también.
* por ligera, por
flaca, por fina, por tenue, delicada, consumida EL
MUDO tenía muchas cosas que contar.
porque había pasado mucho.
cuatro años en un vertedero;
bueno, era un campo de concentración,
pero claro, la basura
yace
en otros lares;
doce de prisión
por pintar monigotes
en una revista libertaria; pero claro,
si no
estuviste nunca en una
es muy difícil de
explicar.
el resto de
días
que iban pasando
hasta
milnovecientosetentaycinco.
estaba vigilado, coaccionado;
y después de la muerte del
caudillo –el de por la puta gracia de dios–
más o menos, lo que hacía
era sobrevivir.
todo esto
no se lo podía contar
a su nieto
–sangre de
su sangre– revolucionario,
rebelde
porque estaba
hasta los güebos
de las batallitas del abuelo.
por eso
el yayo
tras meter la tijera
a la lengua
escupió
sangre.
RUNRÚN si había una noche fría
–como
las de antes–
la señora siempreluto
los acurrucaba junto a sus tetas
luego, les sentaba a cada uno sobre
sus rodillas
y con esa vocecilla
que tienen las antiguas,
las de antes,
–porque así eran las abuelas de
antes–
con voz de antes
empezaba a hablarles de aquellos niños
que
no tenían padres con los bolsillos repletos de monedas
de aquellos niños
que jugaban con el aro de metal de un barril de tocino
y hablaba
de que a aquellos niños
les sonaban las tripas y que el juego
obedecía a la imaginación
y que los niños crecieron y que ya no
había suposicio-
nes
ni juegos para olvidarse de comer
y que aun así
había que seguir en pie…
…y que ya era hora de dormir
porque no
había más que contar.
la abuela tenía
miedo a trastornarles el sueño
y cuando
tenía la certeza de que estaban dormiditos,
ensimismada,
y con un runrún
y con esa vocecilla que tienen las antiguas,
las de antes,
–porque así eran las abuelas de antes–
con voz de antes. seguía:
uno
al pie de la cuneta
otros
a la orilla de la playa
muchos más
en la soledad de un descampado
y tantos otros
por las
tapias traseras de los cementerios
la historia es como sigue…
sólo doblaron las rodillas
en los últimos espasmos de la nuca
al
posterior disparo.
uno
al pie de la cuneta
otros
a la orilla
de la playa
muchos más
en la soledad de un descampado
y tantos otros
por las tapias traseras de los cementerios.
CUARTO DE
E.G.B
para David González, POETA
nos despiojaban
cuando lo que teníamos
eran pulgas –malas pulgas–
aquellos tíos
tan listos
desconocían por completo
que nuestra sangre era azul
puesto que éramos príncipes,
miserables, pero príncipes
y lo
peor de todo,
aquellos tíos tan listos
tampoco sabían
que entre
parásitos
siempre
hubo
clases.
HEMATOMAS DE DOMINGO Y
COMIDA FRÍA
presentaba secuelas:
una cojera
seis o siete puntos de
sutura
que le hacían
un gesto de cicatriz como un
intento de
sonrisa.
dijo que seguía dormitando
en una pesadilla,
que
creía que soñaba…
me casé muy enamorada
se atrevió a escribir en su
diario.
el horror
tiene esa puta necesidad.
de mostrarse
tal como es.
Nota de la Redacción: agradecemos a
Bartleby
Editores en la persona de su director,
Pepo
Paz, la gentileza por permitir la publicación de esta
selección de poemas del libro de
Gsús
Bonilla,
Ovejas
esquiladas, que temblaban de frío (Bartleby
Poesía, 2010), en
Ojos de
Papel.