Sobre la mujer
“En un pueblo de la isla de Bioko llamado
Rimpo…” Así empieza uno de los primeros cuentos de
Remei Sipi Mayo,
nacida en la aldea de Rebola, en Guinea Ecuatorial, en 1952. Esta mujer radicada
en Barcelona, que ha publicado sus
Cuentos
africanos (Ediciones
Carena, 2008), demuestra
que su color de piel no es más que la superposición de familias tipográficas
(Cambria, Verdana o Harrington), de la tinta negra de las historias y de las
narraciones negras y desconsoladas como negros tatuajes de fuego: “Narrar es una
habilidad especial entre los pueblos de tradición oral. Son los cuentos que me
contaba mi abuela. Somos matrilineales, todo pasa por las mujeres”, moraliza, y
revoca las paredes de su visión del mundo con el yeso de sus evocaciones.
“África es nuestro continente madre, la casa de la niñez del género humano.”
Espigada sin ser alta, cuando se sienta, agavilla los dedos de sus dos
manos en una sola mano, como un puño bien cerrado. Se ablanda a medida que
conjetura, y tras sus primeras frases blindadas para marcar el territorio (“te
espero dentro, que hace frío afuera”), se relaja, y se entabla la conversación,
y de ella se derivan varios posibles inicios de relatos empaquetados en el
recuerdo, que se abren como cuentas corrientes (“En el pueblo de Ribeta, vivía
Sito, que tenía dos hijos…”).
“Yo soy española, porque antes Guinea era
España. Me vine a Cataluña en 1968. Estudié el bachillerato con las dominicas, y
en 1975 dejé la tramontana y me fui a Barcelona, al barrio de Gràcia”, trenza
Remei, sentada en la planta baja del bar Zurich, en plaza de Catalunya, con un
cortado al que le falta, para acompañar, la pipa de tabaco que fumaba su abuela
bubi
Bochaka cada vez que contaba sus soliloquios sobre mujeres. “Siempre
he sido libre y continuaré siendo libre, como mi abuela.”
Sobre
la negritud
Remei forma parte del asociacionismo de Gràcia y de
varias entidades (E’Waiso Ipola, Ca la Dona y Yemanjá). En el 2005, en la plaza
de Rius i Taulet, leyó el pregón de las Fiestas: “El barrio se ha convertido en
los últimos años en un lugar de acogida. Lamentablemente, muchos jóvenes se
tienen que ir de aquí por el aumento del precio de las viviendas”, cargó
entonces contra la especulación inmobiliaria. Algunos reconocen a Sipi como una
activista en pro de los derechos de los inmigrantes: “No sé qué quiere decir la
palabra
integración. Exclusión social, inserción laboral, tener relación
con la sociedad receptora… Se usan mucho estos conceptos, pero muchas veces
están vacíos y faltos de contexto. Existe una sociedad multiétnica, diversa
culturalmente, pero no existe una sociedad
multicultural”.
Lo
cierto es que su actividad profesional ha ido encaminada más a restaurar los
derechos de las mujeres, en el caso de que alguna vez hubieran hecho gala de
ellos (abrir el diario por la sección de Internacional: Asad reprime a la mujer
en Siria, Saleh reprime a la mujer en Yemen, Ahmadineyad reprime a la mujer en
Irán…): “No hay una mujer, hay
mujeres. Cuando nos referimos a las
mujeres inmigrantes, también incluimos, a veces, a las mujeres de aquí, hartas
de que el hombre ‘ayude’… Un hombre mediocre pasa desapercibido; una mujer
mediocre, no”, infiere, cansada de tanto hombre que echa una mano... “Para
superarlo, hemos de formarnos y poner el acento en los derechos humanos y en la
igualdad.”
Sobre la literatura
La producción literaria de Remei Sipi engloba también sus trabajos
académicos. Junto con Cuentos africanos, es autora, entre otras, de las
siguientes obras: a. Inmigración y género. El caso de Guinea Ecuatorial
(Publicaciones Gakoa, 2004), ensayo para dar a conocer la realidad de las
mujeres que vienen de fuera: “Básicamente, ahora lo que se produce es la
reagrupación familiar. Las mujeres inmigrantes de hoy, en España, vienen
precedidas de sus maridos, que son quienes tramitan los papeles”; b. El
secreto del bosque (Editorial Mey, 2009), sobre la historia de un hombre que
construye una casa y que caza monos en el bosque…, y c. Sin título: “Estoy con
la novela sobre mi familia, no sé cuándo la acabaré y no sé qué título tendrá”.
Remei Sipi es una mujer negra que escribe, sujeto ideal para los
estudios de la profesora universitaria Amparo Moreno, que combate el
andropocentrismo desde los tiempos de Aristóteles. Se me ha olvidado
decir que Remei es madre, con lo que ya está dicho todo. Las madres no hacen las
guerras.