Pero
la situación socio-política cambia. La subida del integrismo convulsiona el país
y la paz amenaza los bellos y tranquilos parajes rurales que rodean el
monasterio. La reconstrucción de Beauvois de la onda expansiva del miedo que
poco a poco va minando a los monjes y a la población local es espeluznante. Tras
el ultimátum del GIA a todos los extranjeros para que éstos abandonen el país,
los miembros de la comunidad, superando divisiones internas, toman la decisión
de quedarse en el monasterio como hasta entonces en vez de volver a Francia, tal
y como los poderes estatales les apremian. No han llegado hasta allí para
renunciar a sus creencias y a su modo de vida. Desde ese momento, la película
narra una lenta e inexorable ascensión al martirio.
Un día, un grupo de
trabajadores croatas es degollado no lejos de ahí. Cuando se les ofrece a los
monjes la ayuda del ejército para reforzar la seguridad del monasterio, ninguno
de estos hombres duda y, conscientes del peligro que corren, deciden no
aceptarla para preservar así a la población local de posibles venganzas de los
terroristas. Poco después, la noche de Navidad, la violencia llama a sus puertas
por primera vez. Pero ésta no será más que el principio. Los terroristas vienen
a buscar al médico porque tienen a un hombre herido de bala. El portavoz de la
congregación se negará no sólo a que el hermano Luc, de edad avanzada, abandone
el lugar con los hombres armados, sino que no les proporcionará medicamentos ya
que éstos, escasos, están destinados a los pueblerinos.
De dioses y
hombres sorprende porque no se adentra en los temas que quizá se hubiese
esperado de ella: en 2003 se formularon dudas sobre la tesis oficial y en 2009
la hipótesis de la implicación del ejército argelino en el secuestro (26 de mayo
de 1996) y posterior asesinato de siete de los nueve monjes fue formulada. No
pretende tampoco tratar el alza del integrismo, ni dar una visión de la
situación post-colonial en Argelia, sino que nos invita a reflexionar sobre el
drama humano de esta comunidad que ya no puede seguir viviendo según sus ideales
como venían haciéndolo hasta el momento.
Galardonada con el Gran Premio
del Jurado en el Festival de Cannes 2010, como un gran drama clásico, la lección
magistral de convivencia social y religiosa que da “De dioses y hombres” no
podrá olvidarse fácilmente.
Tráiler de la película De dioses y hombres, de Xavier
Beauvois (vídeo colgado en YouTube por
estamosrodandocom)