El talento de
Norah Jones reside sin duda en su voz. Es también una
excelente pianista. Estas dos razones explican (entre otras) por qué su primer
disco,
Come Away With Me, un lindo álbum de jazz, intimo y cálido, en el
que ella ponía en valor sus dos principales cualidades, tuvo tanto éxito y la
propulsó a una fama tan repentina como extraordinaria en 2002. Estas dos razones
también explican por qué su cuarto y último disco en estudio,
The Fall,
una mezcla de rock y de baladas casi sin piano, no es tan bueno...
Jones cuenta que
The Fall representa una ruptura en su
vida, una aventura, un desafío al que se lanzó ella misma para ver si era capaz
de hacer otra cosa. Capaz lo es. Sobre todo cuando una se llama
Nora
Jones, gana los
Premios Grammys con solo 22 años y vende 20 millones
de copias de su primer trabajo (¡y es además hija del maestro indio del sitar
Ravi Shankar!). Con esto, poder se puede, pero no significa que se haga
bien.
Norah Jones: "Young Blood" (vídeo colgado en YouTube por
WitteGeit)
Justamente da un poco de rabia..., rabia por ver que
con todos estos puntos a su favor
Jones no haya encontrado su estilo y
vaya de mal en peor. A pesar de que el éxito internacional que recibió la
artista en 2002 resultaba un poco desmesurado, su primer álbum era realmente
bonito y distinto (ya todo un desafió en un panorama musical en el que las
artistas femeninas se parecen y se confunden) y dejaba presagiar un futuro
maravilloso para los fans de esta cara tan bonita.
Sin embargo, su
segundo álbum,
Feels Like Home (2004), no superó al primero, sino que
prosiguió en una senda toda trazada por el éxito, evolucionando ligeramente
hacia el country y el soul, pero sin dejarnos ver ninguna sorpresa. El tercer
álbum iba a ser el que por fin la consagraría como una de las nuevas voces del
jazz, pero
Not Too
Late (2007) no cumplió con las expectativas y
decepcionó una vez más por su sencillez y su falta de relieve. Entonces ¿qué
decir de
The Fall, que toma un rumbo todavía distinto, acercándose
peligrosamente al pop?
Se acabó el jazz, se acabó el piano y se acabó lo
que nos había gustado de
Norah Jones. Menos mal que sigue teniendo esta
voz aterciopelada y ligeramente melancólica que le da su toque de originalidad
(y que nos recuerda que ella es la compositora e intérprete de “
Come
Away With Ne”) y que logró convocar en un mismo álbum al
productor de
Tom
Waits,
Jacquire King, y músicos de la talla del
guitarrista
Marc Ribot (quien tocó con
Elvis
Costello,
Allen
Toussaint y
Tom
Waits, entre muchos otros), los baterías
Joey Waronker y
James Gadson (
Beck y
R.E.M.), el teclista
James Poyser
(
Al Geeen) y el guitarrista
Smokey Hormel (
Joe
Strummer,
Jonnhy Cash), además de numerosos otros artistas, cada uno
participando en dos o tres canciones en el disco.
Norah Jones: "Tell Yer Mama" (vídeo colgado en YouTube
por nahuelala)
El primer tema, “
Chasing
Pirates”, deja clarísimo el cambio de rumbo que tomó la
artista en esta cuarta entrega. Es una canción superficial y sin relieve, en la
que ni siquiera su voz logra convencernos. La primera sensación es de
incredulidad, sigue la decepción: apenas reconocemos que se trata de
Norah Jones. Lamentablemente, el tema siguiente, “
Even
Though”, es del mismo calado y no da muchas ganas de
seguir adelante… Por suerte, la tercera canción, “
Light As A
Feather”, empieza a retener nuestra atención por un sonido
semejante al de un violín, pero que parece hecho en realidad con un teclado (sin
comentarios).Pero la atención decae con los temas siguientes: son tan simples
que carecen de interés. La voz de
Jones, y sus dotes a la guitarra
acústica, no son desagradables, pero el estilo elegido confunde rápidamente su
talento con música de fondo.
Hay que esperar el octavo tema para
escuchar algo con más personalidad. “
You’ve
Ruined Me” deja presagiar una mejoría al final del disco y
así es: el noveno tema, “
Back to
Manhattan”, es lo más próximo a lo que hemos escuchado de
Jones hasta ahora y es sin duda el mejor tema de este disco. También se
vuelve interesante “
Stuck”,
el noveno tema, gracias a la guitarra eléctrica de
Ribot y por qué no
“
December”,
una balada de navidad en la que
Jones retoma el piano. Lamentablemente,
los dos últimos temas, “Tell Yer Mama” y “Man of the Hour”, no dejan una muy
buena impresión y solo logran darnos las ganas de volver a escuchar su primer
álbum…
Norah Jones parece tan atraída por la sencillez que su
trabajo se ha vuelto superficial. Se entiende que con 29 años una tenga ganas de
cambiar, pero lamentablemente el giro que tomó no es el que esperábamos. Solo
nos toca respetar sus decisiones y disfrutar de lo que, por ahora, esta artista
nos regala, desde lo más profundo de su corazón.
Norah Jones: "Man Of The Hour" (vídeo colgado en YouTube
por nessa199000)