Creación/Creación
Selección de haikus
Por Araceli Palma-Gris, lunes, 6 de febrero de 2006
Araceli Palma-Gris se apropia, como un moderno Prometeo, de la más preclara luz de los dioses poéticos orientales, para verterla sobre la vida y paisajes occidentales. Ni plagia, ni imita a la poesía oriental, baja, luminosa, a la más profunda sima del espíritu occidental valiéndose del mayor logro de los poetas orientales: el haiku, esa fugaz luminaria de minuciosidades deliciosas que, al contrario de los fuegos de artificio, fecunda el interior donde reina el silencio y la contemplación, e incluso la revelación.
A lo largo de toda su trayectoria poética, Araceli Palma-Gris nos muestra
cómo la espiritualidad y el misticismo no sólo son posibles, sino necesarios
para elevar y hacer más sugestiva la vida en nuestro siglo XXI. Ello,
naturalmente, implica un reto para el lector: afinar su sensibilidad para
dejarse llevar por estos haikus a las simas de su propio espíritu, abrirse a la
belleza que viene envuelta en serenidad, contemplación, en
sabiduría.
Es la quebrada
arrebato de
sombras:
torcaz zureo
*
Tiembla la rosa,
al mostrar sus pistilos,
y
desfallece
*
Alba turquesa.
amarillos los chopos:
suelta
la magia.
*
Troncos que arden,
escudilla de sopa:
vejez
tranquila.
*
El monasterio
se vislumbra remoto:
congrega
el gong.
*
En poesía:
el aura se percibe
por su
rescoldo.
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Nota de la
Redacción: agradecemos a Ediciones Carena y a su director, José Membrive, su
gentileza por permitir la publicación de esta selección de kaikus y del texto
que los acompaña.