01.02.2011
Frasier, o el tiempo de la televisión
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Cine y otras artes
Frasier pertenece a una camada de productos pensados para la otra pantalla que, salvando las reposiciones, jamás compartió rancho con el actual, creciente (y controvertido) modelo, es decir, el del espectador que frente al portátil y en soledad (auto)administra su dosis de capítulos. Frasier Crane fue héroe de un tiempo cuyos pobladores, cautivos de los arbitrarios designios de un programador, disponían sus quehaceres de modo que, en el horario señalado, a menudo al final de la jornada, nada interrumpiese la inyección diaria de la serie. Como quizás también sucede con el fútbol, la fiebre entrañable del capítulo se consumía en grupo, o la conversión del televisor y su ficción en foco de identidad social, familiar, ceremonia periodizada, dotada de una calidez que el solipsismo del internauta destierra sintomáticamente (por Carlos Abascal Peiró)
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04.01.2011
Mad Men, relecturas desde la nostalgia
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Cine y otras artes
Mad Men (Mathew Weiner, AMC, 2007) apunta más allá del virtuosismo estético y, mediante la solvente arquitectura dramática de sus tramas, efectúa una inmersión (post)nostálgica que dispara reflexiones contemporáneas para, al tiempo, reivindicar una nueva televisión norteamericana de calidad. Ocio inteligente en la era trash (por Carlos Abascal Peiró)
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01.12.2010
Pioneros en mangas de camisa. Celuloide colectivo (2010), de Óscar Martín. Reflexiones
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Cine y otras artes
Óscar Martín rescata el cine anarquista durante la Guerra Cívil con Celuloide Colectivo (2010). Apoyándose en una serie de testimonios que incluye, entre otros, a Roman Gubern, Basilio Martín Patino o Ken Loach, ilumina una producción fílmica que se adelanta formalmente a su tiempo. Ensayos postmodernos (por Carlos Abascal Peiró)
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01.11.2010
Tragedia 2.0: La red social (The Social Network, 2010), película de David Fincher
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Cine y otras artes
La industria norteamericana del ocio puede enorgullecerse de amparar -bajo la superficie, eso sí, del escombro más infecto- a una retahíla de nombres instalados a conciencia en la legitimidad de aquello que ese tipo tan reivindicable que fue Walter Benjamin vino a llamar la figura del narrador. Y, para desazón de algunos, David Fincher se gana con creces tal apelativo, el de narrador; el de, a fin de cuentas, hijo de su tiempo: la era Google, la era Facebook, el tiempo de La red social, The Social Network, 2010 (por Carlos Abascal Peiró)
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