Juan Antonio González Fuentes
Mi librera actual se llama
Paz, nombre de lo más adecuado, creo yo, para alguien que anda siempre entre libros. Paz proviene de una familia de libreros, los
Gil. Sus padres fueron libreros y todos, o casi todos sus hermanos, todos los que conozco al menos, lo son también. Los Gil tienen tres librerías y un gran almacén. La última abierta es preciosa, y tiene poco más de un año de vida. Grande, espaciosa, distribuida en dos plantas, con mucha madera por todas partes y unos ventanales hermosos. Desde uno de los sillones que han colocado junto a uno de los ventanales, mientras tomas un café y hojeas cualquiera de los miles de libros distribuidos por las estanterías, puedes contemplar una hermosa estampa de la ciudad de Santander: el azul de la bahía cerca, cerca; el templete decimonónico de música; el palacio de los Pombo; la parte trasera de las edificaciones del Paseo de Pereda.
No hará mucho más de un mes, quizá dos, Paz me dijo que iba de viaje de trabajo a Estambul, donde pasaría un fin de semana, junto a otros libreros españoles, invitada por la editorial
Mondadori. En Estambul conocerían al escritor
Orhan Pamuk, allí charlarían con él, y él les guiaría por la ciudad durante algunas horas. El viaje a Estambul para conocer a Orhan Pamuk y la ciudad, respondía a una campaña publicitaria de la editorial Mondadori, con el fin de promocionar el último libro traducido al español del escritor, precisamente el que lleva por título
Estambul, ciudad y recuerdos.
Paz viajó a la capital de Turquía y regresó fascinada. Ya había estado en ella en alguna otra ocasión, pero claro, mostrada por Pamuk fue otra cosa. Me contó Paz que el escritor se mostró encantador, y muy contento de poder tener un contacto abierto y directo con gente nueva. Pamuk, me confirmó Paz, está amenazado de muerte por los integristas turcos, e incluso hay zonas de la ciudad que él ya no visita por cuestiones de seguridad.
Orhan Pamuk
Pamuk, así, se mostró como un preso en su propia ciudad, un preso privilegiado, eso es cierto, pero preso al fin y al cabo, es decir, alguien desprovisto de algunas importantes libertades, como la de deambular sin riesgo por las calles de la ciudad que habita. Con el escritor viajaron en barco por el Bósforo, y sus comentarios y advertencias rezumaban, al parecer, erudición y entusiasmo.
Poco podía imaginar entonces Paz que estaba siendo ilustrada sobre Turquía y Estambul por el escritor que a los pocos días iba a recibir el
Premio Nobel de Literatura 2006. ¿Poco lo imaginaba? Lo cierto es que los responsables de Mondadori y promotores del viaje algo al respecto dejaron caer a lo largo de la breve estancia en la capital turca, algo insinuaron ya a los libreros españoles durante el periplo promocional de lo último de Pamuk.
También comentaron que el reciente
Príncipe de Asturias de las Letras había recaído en
Paul Auster dado que
Philip Roth, cuando se le insinuó la posibilidad de ser premiado, comentó que no, que no viajaría a España en caso de recibirlo dado su delicado estado de salud.
Una bonita foto de Paz, con Pamuk y dos o tres libreros españoles, cuelga de un tablero de corcho en una de las paredes de la librería Gil en Santander. Yo he comprado con mucho interés el libro del Nobel sobre Estambul, y ardo en deseos de comentarlo con mi amigo
Nicanor Gómez Villegas, el único experto real que conozco y trato sobre la historia de Constantinopla y su área geográfica. Nicanor se doctoró en historia, no hace mucho tiempo, en la Universidad de Cantabria con una tesis sobre
Gregorio de Nazianzo en Constantinopla. Ortodoxia, heterodoxia y régimen teodosiano en una capital cristiana , y también ha colaborado en este
Ojos de Papel que aquí nos acoge. Pamuk sin duda es un buen Nobel, un adecuado Nobel. Las circunstancias personales y políticas del escritor hicieron de él, en principio, un aventajado candidato al premio, y luego, un aplaudido ganador.
La cuestión que quiero dejar aquí planteada es más sencilla. Sólo quiero subrayar cómo una pequeña librera de Santander supo que el escritor con el que hablaba en Estambul, podría ser en breve el Premio Nobel del año 2006: se lo dijo algún ejecutivo de la editorial que edita, y muy bien por cierto, al escritor en cuestión.
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NOTA: En el blog titulado
El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .