A lo largo de este año 2009 celebraremos los doscientos de la muerte de uno de los grandes músicos de la historia,
Franz Joseph Haydn. Lo más destacado y conocido de la obra del músico son sin duda sus sinfonías y, sobre todo, los cuartetos, precursores de los quizá más importantes de todo el repertorio, los de
Beethoven.
Pero para iniciarse en la obra de Haydn, quizá el mejor camino, el más sencillo y ameno, sea comenzar por su música para teclado, para piano. Son partituras estas en apariencia sin sorpresas ni riesgos, muy en el espíritu y la forma de la época, el primer clasicismo vienés, centroeuropeo. Es una música que suena agradable, cómoda, sin exigencias, fácil. Pero ya hemos apuntado la palabra apariencia, pues el genio del genio no puede dejar de revelarse, de hacerse realidad, vida en la pura sangre de los sonidos sabios. Y además el milagro brota sin anunciarse, con una naturalidad sobresaliente en los movimientos lentos, de una belleza absolutamente pasmosa, sobrecogedora.
Ronald Brautigam interpreta Andante con variaciones en fa menor Hob.XVII6 1/2 de F. J. Haydn (vídeo colgado en YouTube por yoshimaninoff)Para conmemorar el aniversario, el sello Diverdi acaba de lanzar al mercado una caja de 15 cds con toda la música para teclado del músico. La hercúlea empresa corre a cargo de
Ronald Brautigam, quien al fortepiano se muestra como un artista inconmensurable.
Estamos ante una integral de primer nivel dentro de la discografía haydniana, y en última estancia ante una de las cajas de discos más interesantes del año, una música que, satisfactoriamente, acompañará al oyente comprador ya para toda la vida, crecerá con él, ofreciéndole cosas distintas en cada etapa de su existencia. Música viva, que respira, que crece y se desarrolla. Música para la vida, para toda la vida. Música grande, y a lo grande.