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jueves, 29 de mayo de 2008
El engaño como motor de investigación en España
Autor: José Membrive - Lecturas[6843] Comentarios[0]
Diversas promesas incumplidas han hecho posible la existencia de una de las mayores gestas en la investigación de nuestro pasado musical

José Membrive

José Membrive


Vivimos una etapa en la que uno de los mayores insultos que puede recibir un político, un intelectual o un ciudadano de a pie es que se empeña en mirar al pasado. Inongo vi-Makomé, autor de la La emigración negroafricana. Tragedia y esperanza (Ediciones Carena) sostiene que lo que diferencia a la cultura africana de la europea es que, mientras el anclaje de nuestras ilusiones está en el futuro, la cultura africana insta a mirar hacia los antepasados y al pensar en la trascendencia nosotros alzamos los ojos hacia el cielo vacío y ellos citan la sólida tierra como lugar de encuentro con los antepasados.

Como afirmación general siempre deja mucho que desear aunque es indicativa. Por ejemplo, los austriacos comienzan el año mirando a su pasado musical que han sabido cultivar decentemente. Y la recompensa es clara: el concierto de valses por parte de la Orquesta Filarmónica de Viena retransmitido a 54 países, con un número aproximado de mil millones de espectadores y, consecuentemente, unos ingresos de varios millones de euros sólo en concepto de derechos retransmisión.

España es uno de los países con mayor variedad y riqueza en tradiciones musicales cuyo olvido nos condena al empobrecimiento mental y al económico.
 
Considero que nadie está preparado para mirar al futuro si sus ojos, su mente y su alma no están alimentados del rico caudal que nos legaron nuestros antepasados. Económicamente puede existir el hombre hecho a sí mismo. Aquel que como Onassis pueda jactarse de haber comenzado de botones para acabar siendo supermillonario. Particularmente no veo ningún motivo para el orgullo en este aspecto. Gustave Flaubert establecía tres requisitos para ser feliz: ser estúpido, ser egoísta y tener buena salud. En mi vida editorial sólo he tenido ocasión de tratar con dos supermillonarios y ambos me han llamado la atención tanto por su genialidad en sus respectivas actividades (ambos artistas) como por su alarmante ruindad mental y su buena salud física. Creo que un supermillonario está incapacitado para mirar en paz a los ojos de un pobre.

Pese a todo, admito la existencia de los hombres hechos a sí mismos en el campo de la economía, pero no en el cultural: el lenguaje es heredado, las bases del pensamiento son heredadas y en nuestra tradición de miles de años sobre la tierra como “homo sapiens” hay un tesoro cultural en el que podemos beber y alimentarnos o al que podemos ignorar y pasar por la vida famélicos de cultura. Afectivamente, si la estupidez puede producir felicidad, la cultura siempre producirá la leve satisfacción de quien va atisbándose a sí mismo. No obstante, tanto la estupidez como el conocimiento tienen sus expresiones culturales: la primera una cultura de evasión y la segunda una cultura de indagación. Sin hacer afirmaciones absolutas, podemos decir que nuestros dirigentes y publicistas propugnando por un lado el desprecio al pasado y por otro la cultura de evasión, ganan por goleada a los pocos artistas e intelectuales que abogan por el conocimiento de nuestras raíces. Sin embargo, sí que existe una conciencia cada vez mayor hacia la importancia de la investigación, siempre que ésta tenga “perspectivas de futuro” y tenga como objeto la mejora biológica o técnica, pero ¿investigar la cultura del pasado? ¿eso para qué?

Pues sí, también en España se investiga sobre nuestro pasado cultural y, por extraño que parezca, la investigación está instigada por algunos políticos con resultados magníficos y coste cero a las arcas públicas.

La Guía comentada de música y baile preflamencos (1750-1808) de Faustino Núñez, publicado por Ediciones Carena, es un ejemplo fantástico de ese tipo de investigación instada por nuestros políticos. Faustino Núñez es uno de los grandes musicólogos, licenciado por la universidad de Viena (1989), con estudios en arte dramático, románicas y etnología, autor junto a José Manuel Gamboa de los mejores libros que se han escrito sobre Paco de Lucía, Camarón, etc.
 
Faustino Núnez: Guía comentada de música y baile preflamencos (1750-1808) (Ediciones Carena, 2008)
 
Faustino Núnez: Guía comentada de música y baile preflamencos (1750-1808) (Ediciones Carena, 2008)

Rara avis” entre nuestros flamencos, lo mismo se arranca por bulerías, que pasa cuatro años como ratón de biblioteca. Pues bien, Faustino, al ver que nuestros teóricos del flamenco, se sumergían en la legendaria especulación del origen oriental de los gitanos y de allí saltaban acrobáticamente al siglo XIX, después de constatar la entrada en el siglo xv de los gitanos en la península, se hizo una pregunta elemental ¿por qué no consultar los documentos que dormían tranquilamente en los sueños de sus cajas sin que en doscientos años nadie hubiera osado despertarlos de su letargo? La respuesta es sencilla: porque había cientos y cientos de cajas a lo largo de galerías oscuras que contenían miles y miles de documentos: consultarlos conllevaría unos cuatro años y estructurar la información, al menos unos dos más. Seis años de trabajo para escribir un libro de investigación no son rentables para ningún escritor cuando en el mismo tiempo puede escribir seis libros más poéticos especulando, de nuevo, sobre el paso o no de los gitanos por Egipto o sobre si el flamenco es más payo que gitano.

Faustino consultó al político de turno y éste no sólo lo animó a investigar sobre las tres mil obras en las que él estaba interesado, sino que le conminó a que hiciera un catálogo de todo el repertorio guardado en la Biblioteca del Conde Duque, de Madrid, en total cinco mil seiscientas obras. Catálogo que elaboró y catálogo que duerme en el limbo de los nonatos, porque el político de turno, presa tal vez de una amnesia, tal vez de un lógico remordimiento de conciencia. Por qué gastar el dinero en asuntos tan banales como la investigación sobre nuestra música, pudiendo gastarlo en temas mucho más modernos como el de la seguridad en China (¿y si descubrían un fallo en sus sistemas de inteligencia y pudiéramos invadirlos y hacerles tragar nuestros productos?). Total que tenemos un catálogo de las cinco mil seiscientas obras sin que a las arcas del Estado les cueste ni tan sólo el dinero de publicarlo.
 
No obstante, Faustino estaba contento con su investigación: había extraído dieciséis mil citas, dieciséis mil elementos que iluminaron muchísimos aspectos de la oscuridad total que hasta entonces se había cernido sobre una época clave para nuestra cultura musical: la segunda mitad del siglo XVIII, música que erigiría la leyenda que alimentó al romanticismo e hizo de España un país admiradísimo.

A oídos de una política ilustrada llegó la noticia de la magna investigación llevada por Faustino y ella lo instó a organizarla. Es claro que supondría dos años más de trabajo, pero la ilustre política, escandalizada de que tales datos pudieran quedar en el anonimato y, dada la pasión hispánica por la investigación cultural, garantizó la financiación de la obra.

No es fácil encontrar una editorial dispuesta a trabajar en la edición de un libro que acumula dieciséis mil citas, eso sí, sabiamente estructuradas, con más mil trescientas cincuenta y ocho notas a pie de página (lo sé porque yo mismo he tenido que poner cada una de ellas en su sitio) y 828 páginas. Pero esta objeción le pareció una excusa a la eximia política. Naturalmente ella, mediante la institución que presidía, se encargaría de incentivar la publicación de tal obra comprando una parte considerable de la edición.

En fin, el final es tan previsible como cualquier manifestación de cualquier político. Hay que comprender que hoy ocupa un puesto y mañana otro mejor, porque la misión de los políticos es la de mejorar la situación económica del país y la mayoría comienzan por sus propias economías y algunos consiguen extenderla a las de sus amigos, cosa que no está mal, porque si todos tuviéramos por amigo a algún político de estos, la crisis económica duraría menos que las esperanzas en la victoria eurovisiva del chiqui chiqui.

En fin, contaré el final: ella ya no está donde estaba, ella se olvidó de sus promesas o tal vez no. Tal vez a esta hora ella esté convenciendo a otro para que inicie una investigación con la promesa de publicarla… y con la intención de hacer del nuestro un país líder en investigación gratuita. El que una mujer, o un hombre, te destrocen el corazón por una promesa incumplida es jodido pero no deja de ser normal, pero el que entre uno y otra te tengan seis años currando como un loco, te roben la cartera y manden a la ruina a la pequeña editorial de un amigo, es toda una señora putada. Claro que el método de investigación propio de nuestros gobernantes hay que patentarlo.
 

NOTA: En el blog titulado Besos.com se pueden leer los anteriores artículos de José Membrive, clasificados tanto por temas (vivencias, creación, sociedad, labor editorial, autores) como cronológicamente.

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