Juan Antonio González Fuentes
Estamos ya inmersos en fechas navideñas, y mi buzón particular empieza a ofrecer un día sí y otro también sobres de muy diverso tipo con las felicitaciones institucionales correspondientes. Uno va cumpliendo años y procura trabajar en cualquier lugar en el que le ofrezcan la oportunidad, por lo que cada año son más numerosas y variopintas las referidas felicitaciones enviadas por las instituciones con las que ha mantenido relación en algún momento.
El otro día he realizado un pequeño y curioso experimento. He colocado las felicitaciones institucionales que me han ido llegado hasta ahora todas juntas sobre una mesa y las he examinado por delante y por detrás. Todas tienen un denominador común: felicitan y desean un próspero y feliz 2008, pero ninguna felicita explícitamente la Navidad, y por supuesto ninguna de ellas cae en la “incorrección política” de ofrecer en su formato una imagen religiosa alusiva a lo que supuestamente se celebra estos días en todo el occidente cristiano, o sea, el nacimiento de Jesucristo.
Hagamos un rápido repaso. El Museo Nacional de Altamira localizado en Santillana del Mar, museo estatal dependiente del Ministerio de Cultura, me desea en su tarjeta un feliz 2008, y me incluye un señala páginas con la figura a todo color del famosísimo bisonte pintado en las susodichas cuevas. El Rector de la Universidad de Cantabria estampa en su díptico una hoja otoñal y un manchón dorado, y en dieciséis idiomas me felicita las fiestas (qué fiestas); dentro del díptico me muestra sus deseos de que “desde los verdaderos valores” (literal) el 2008 me invada (literal) de libertad, seguridad, paz y felicidad. El Consejero de Cultura del Gobierno de Cantabria me ha enviado un díptico bien grande con la reproducción de una pintura del artista y arquitecto cántabro Juan Navarro Baldeweg; con letras doradas y dentro del díptico también me desea y feliz y próspero año 2008. En una sencilla tarjeta en la que está reproducida la escultura de la diosa Minerva pescando con una caña una estrella, el director del Círculo de Bellas Artes me desea un feliz 2008. En un díptico de color blanco en cuya portada se reproduce un dibujo original de Pablo Palazuelo, el Ministro de Cultura César Antonio Molina me desea feliz 2008 y me regala impresos en el cartón las “Cantigas de Alén” del poeta José Ángel Valente, en gallego y en castellano.
Para el final dejo lo mejor: la felicitación del Presidente del Parlamento de Cantabria. Una gran hoja desplegable impresa a todo color por la legendaria imprenta Bedia de Santander. Además de desearme salud y prosperidad para el año 2008, Miguel Ángel Palacio, el Presidente, me obsequia nada más y nada menos que con la respuesta que en 1854 le dio el jefe indio Seatlle, jefe de los indios duwamish, al Presidente de los EE.UU, Franklin Pierce; una respuesta “ecologista” con la que se negaba a que el gobierno federal les comprase las tierras para construir el ferrocarril. ¡En esto consiste la felicitación navideña del Presidente del Parlamento de Cantabria!
Insisto, seis felicitaciones institucionales por Navidad, seis, tres regionales y tres estatales. Rectores, ministros, consejeros, presidentes de Parlamento, directores de museos... En ni una sola se felicita la Navidad (lo que realmente celebramos estos días), en ni una sola hay una alusión mínima, minúscula al cristianismo, al nacimiento de Cristo. En todas sólo se festeja el año nuevo, la paz, la prosperidad, la felicidad..., es decir, lo que debemos entender como los supuestos “verdaderos valores”. Ah, y también se celebran los valores inherentes a la ecología.
¿Todo es casual? ¿No hay un claro y palpable discurso ideológico y político detrás? ¿No se apela a unos “valores” y se “entierra” o “destierran” otros” No haré más preguntas señor juez, creo que sobran los comentarios.
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.