Juan Antonio González Fuentes
Conocí a
César Antonio Molina hace justo ahora siete años, en el verano del 2000. Viajé entonces hasta Almería, donde la
Universidad Juan Carlos I en Almería organizaba, y no sé si lo sigue haciendo, sus cursos de verano.
Estaba yo inscrito en un curso sobre poesía española contemporánea, y en el aula de al lado se desarrollaba otro sobre casi el mismo asunto dirigido por César Antonio y la que más tarde sería mi amiga, la poeta y periodista
Amalia Iglesias, que ya entonces coordinaba la edición de
Revista de Libros, páginas en las que yo ya había colaborado gracias a las gestiones de otro buen amigo,
Dámaso López García.
Fue Amalia quien me presentó a César Antonio. Eran muy amigos desde los tiempos en que ambos escribían en las páginas de cultura del extinto
Diario 16, y en ese momento colaboraban en el
Círculo de Bellas Artes madrileño. Tomamos café juntos y charlamos un buen rato. César Antonio Molina me pareció un tipo serio, de maneras tranquilas pero vehemente en la defensa de sus posturas estéticas, con una formación muy sólida y un conocimiento del mundo de la creación escrita en España sobresaliente, además parecía una persona muy concectada con todos los ambientes creativos del país. Al poco se acercó hasta nosotros
Antonio Gamoneda, a quien yo ya conocía de Santander, con quien mantenía una correspondecia escrita no interrumpida hasta hoy, y quien había escrito unas breves notas de presentación a mi libro
Además del final.
César Antonio Molina
Parte de la tarde transcurrió en torno a ese café, y a la hora de la despedida, César Antonio Molina, afable y atento, me dio su dirección y número de teléfono, y se mostró cálido a la hora de insistir en mantener el contacto; un contacto que se diluyó en el tiempo más por mi conocida desidia que por otra cosa.
Tanto me interesó la conversación de César Antonio y las ideas que expuso tomando café, que dejé de ir a mi curso universitario y me pasé con armas y bagaje al de César y Amalia. No me arrepentí en absoluto, y de aquellas charlas obtuve multitud de pistas para seguir avanzando en el intento de escribir dentro de un contexto de pensamiento moderno y actual.
A César Antonio le envié un libro con mis poemas (supongo que
Además del final) y creo que me contestó unas líneas más o menos elogiosas. En mi archivo personal debo tener su carta. No he vuelto a tener un trato personal con él, aunque sigo su pista gracias a lo que me cuenta Amalia y a lo que leo y veo en los medios de comunicación: director del Círculo de Bellas Artes, director del
Instituto Cervantes…
Después de conocerlo compré algunos libros de César Antonio. Un diario,
Vivir sin ser visto (Península, 2000), y varios de sus libros de poesía, culminando recientemente con la adquisición de
El rumor del tiempo (Galaxia Gutenberg y Círculo de Lectores, 2006), título que recoge buena parte de su obra poética publicada hasta la fecha. La obra de César Antonio es sólida. Tanto como ensayista y como poeta los escritos del autor muestran altura intelectual, rigor seriedad en los planteamientos.
A nuestro hombre el presidente
Zapatero lo ha nombrado
Ministro de Cultura. Visto lo visto César Antonio Molina es probablemente el ministro de cultura más inatacable de la historia de la democracia española reciente. Es un verdadero hombre de cultura, un escritor con una cristalina vocación humanista. Insisto, desde un punto de vista curricular y de trayectoria, César Antonio Moilina lo tiene todo para ser un ministro de cultura de primer nivel. ¿Bastará con ser un buen poeta, un buen ensayista, para ser un buen ministro de cultura? El tiempo lo dirá, nos quedan unos cuantos meses de ejecutoria por delante, no sé si los suficientes.
De momento yo me alegro por César Antonio Molina, y también por la administración de la cultura estatal española. Estaremos atentos a la jugada, al esfuerzo, seguro que entregado, del poeta ministro.
______________________________________________________________________
NOTA: En el blog titulado
El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.