Título:
Los tiempos hipermodernos
Autor: Gilles Lipovetsky
Editorial: Anagrama
Lugar y fecha: Barcelona, 2006
Páginas: 144
Precio: 14,50 €
En este último libro, que incluye una introducción al pensamiento del autor y una entrevista al mismo,
Gilles Lipovetsky retoma su itinerario intelectual, pero aporta un elemento suplementario: lo «posmoderno» ha llegado a su fin; hemos pasado a la era «hipermoderna». Esta época se caracteriza por el hiperconsumo y el individuo hipermoderno: el hiperconsumo absorbe e integra cada vez más esferas de la vida social y empuja al individuo a consumir para su satisfacción personal; el individuo hipermoderno, aunque orientado hacia el hedonismo, siente la tensión que surge de vivir en un mundo que se ha disociado de la tradición y afronta un futuro incierto. Los individuos están corroídos por la angustia, el miedo se ha superpuesto a sus placeres y la ansiedad a su liberación.
Gilles Lipovetsky (1944, Millau, Francia) es sociólogo y diplomado en Filosofía. Es profesor en el Liceo Emmanuel Mounier de Grenoble. Su fecunda obra de investigación ha sido plasmada en obras de enorme difusión:
La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo (1983),
El imperio de lo efímero (1987),
La grande boulange (1991),
El crepúsculo del deber. La ética indolora de los nuevos tiempos democráticos (1992),
La tercera mujer (1998),
Métamorfhoses de la culture libérele. Éthique, médias, entreprise (2002).
Hemos recogido los siguientes comentarios del catedrático de Sociología
Bernabé Sarabia en su reseña del libro de Gilles Lipovetsky para
El Cultural (18-1-2007):
Cuando Lyotard acuña el concepto de “postmodernidad” a finales de los años setenta y escribe que ya “se han acabado los grandes relatos”, se palpa en las sociedades desarrolladas de todo el mundo una potente sensación de liberación. El “narciso” cool,
individualista y consumista que tan bien retrata Lipovetsky en La era del vacío
y El imperio de lo efímero
es un ser optimista en su gozo, un individuo que vive el presente, olvidado del pasado y sin preocupación por el futuro. Veinte años después, esa euforia de los años postmodernos ya no es la misma. En Los tiempos hipermodernos,
Lipovetsky advierte al lector del fin de la euforia. El hedonismo del presente que caracterizó los años ochenta –la movida madrileña constituye una magnífica ilustración– ya no existe. En la hipermodernidad, el desempleo, la preocupación por la salud, las crisis económicas y un largo sinfín de virus que provocan ansiedad individual y colectiva se han introducido en el cuerpo social.
El análisis del cambio ocurrido en las dos últimas décadas es el objetivo de este volumen. Para Lipovetsky el desarrollo de la globalización y de la sociedad de mercado ha producido en estos años nuevas formas de pobreza, marginación, precariedad del trabajo y un considerable aumento de temores e inquietudes de todo tipo. Sin embargo, la sociedad hipermoderna no ha supuesto la aniquilación de los valores. Al contrario, el hedonismo ya no estimula tanto, la extrema derecha no ha tomado el poder y el conjunto de la sociedad no ha caído en desviaciones xenófobas y nacionalistas. La dinámica de la individualización personal no ha supuesto que la democracia pierda firmeza o se aleje de sus principios humanistas y plurales. Los derechos humanos siguen constituyendo uno de los principios morales básicos de la democracia. La dinámica del individualismo refuerza, en opinión de Lipovetsky, la identificación con el otro. El culto al bienestar conduce, aunque parezca paradójico, a que los individuos sean más sensibles al sufrimiento ajeno.
Tal como leemos en las páginas finales de este volumen, en la sociedad hipermoderna el peligro no viene por algo que precisamente la caracteriza, lo que Lipovetsky denomina hiperconsumo. “Cuanto más se impone la comercialización de la vida, más celebramos los derechos humanos. Al mismo tiempo, el voluntariado, el amor y la amistad son valores que se perpetúan e incluso se fortalecen”. El peligro viene para Lipovetsky de otra parte. Procede de lo que él denomina una inquietante fragilización y desestabilización emocional de los individuos. La debilidad de cada uno tendría su origen en el hecho de que cada vez estamos menos pertrechados para soportar las desgracias de la existencia, y ello no porque el culto al éxito o al consumo provoque esa fragilidad, sino porque las grandes instituciones sociales han dejado de proporcionar la sólida armazón estructuradora de antaño. De ahí vendría la ola de trastornos psicosomáticos, depresiones y demás angustias con las que las distintas industrias que producen psicofármacos se enriquecen.
Sobre este libro,
Los tiempos hipermodernos, también se puede encontrar un interesante comentario en el
blog de Justo Serna.
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NOTA: Este blog es una suerte de
Escaparate dedicado a los libros y revistas, pero no a la crítica, sino a dar noticia de ellos a través de la información que proporcionan las editoriales, la prensa y las revistas y suplementos culturales.