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Maya Goded: "Plaza de la soledad" (Lunwerg, 2006)

Maya Goded: "Plaza de la soledad" (Lunwerg, 2006)

    AUTOR
Maya Goded

    GÉNERO
Fotografía

    TÍTULO
Plaza de la soledad

    OTROS DATOS
Barcelona, 2006. 128 páginas. 25 €

    EDITORIAL
Lunwerg Editores S. A.



Maya Goded

Maya Goded


















Reseñas de libros/No ficción
Maya Goded: "Plaza de la soledad" (Lunwerg, 2006)
Por Bernabé Sarabia, lunes, 4 de diciembre de 2006
Las setenta y cinco instantáneas en blanco y negro que componen este volumen están acompañadas de un texto que refleja con eficacia y concisión la vida cotidiana de la prostitución tradicional y escasa de recursos de La Merced, un espacio urbano de Ciudad de México situado detrás del Palacio Nacional. Su autora, Maya Goded, es una fotógrafa de carrera brillante que ha recibido un buen número de becas y premios por su trabajo. Su fotografía, claramente dentro del género documental, entronca con el viejo interés fotográfico por la prostitución. Fotógrafos como Eugène Atget, Henry Cartier-Bresson o, entre nosotros, Joan Colom (véase Izas, rabizas y colipoterras) forman parte de esa multitud de artistas atraídos por la estética vital de las prostitutas.
Lo novedoso en este caso es que sea una fotógrafa la encargada de investigar el universo de la prostitución más pobre. Si bien es cierto que fotógrafas como Dorothea Lange han llevado a cabo un excelente trabajo de registro gráfico de la pobreza -en este caso de la norteamericana-, la prostitución ha sido siempre un tema apenas tocado por fotógrafas. Maya Goded viene a romper un viejo tabú y lo hace ateniéndose a criterios fotográficos clásicos. Su elección del blanco y negro, su rechazo de la iluminación artificial, sus encuadres y, en definitiva, su mirada responden a un virtuosismo que no pretende romper con la estética fotográfica tradicional. No espere el lector unas imágenes con las licencias de enfoque o de encuadre que se permite el William Klein que fotografía el Nueva York de los años cincuenta.

Nacida y criada en la capital de México, Maya Goded sabe muy bien lo que se va encontrar en La Merced, un espacio urbano como El Paralelo en la Barcelona de los años cuarenta y cincuenta, un barrio situado en el centro del de efe, como se le llama coloquialmente al ingente monstruo capitalino. La autora de este volumen sabe que se va encontrar un mundo en el que se cruzan el deseo sexual, la necesidad, la droga, la delincuencia y un obscuro juego de fuerzas entre las prostitutas y sus chulos.
Las fotos seleccionadas para este volumen recogen una bien escogida tipología del submundo de la prostitución. Distintas edades, grados variados de fealdad, algún destello de belleza. Las prostitutas y sus clientes, las trabajadoras del sexo y sus chulos o ellas y sus vínculos familiares

La fascinación por su objeto de estudio le conduce un día a “llevar a cabo una fantasía. Me acerqué a la sexo-servidora con el aspecto más maternal de la plaza, le pagué y nos metimos en un hotel de paso. El dueño del hotel, un vasco ya mayor, con un peluquín rubio, y que conocía bien a las mujeres del lugar, me lanzó una mirada enjuiciadora y nos atendió de mala gana, arrojándonos las llaves de la habitación. La mujer que elegí –que cubría su vientre voluminoso con un mandil- me condujo al cuarto, dejando atrás a la mujer maternal y transformándose en una puta. En el cuarto le tomé fotos”. A partir de ese momento Maya Goded inicia un largo recorrido, tanto interior como de reconocimiento de un mundo censurado, que dura varios años y le hace recorrer las plazas y calles de La Merced.

Las fotos seleccionadas para este volumen recogen una bien escogida tipología del submundo de la prostitución. Distintas edades, grados variados de fealdad, algún destello de belleza. Las prostitutas y sus clientes, las trabajadoras del sexo y sus chulos o ellas y sus vínculos familiares. Las fotos, magníficamente positivadas por Castro Prieto con ese contraste entre luces altas y bajas que con tanta maestría sabe producir, llevan la impresión hasta el borde de las hojas de 39x39 cmts. De este modo el dramatismo de las imágenes mete al lector en el interior de las fotografías. La edición, muy cuidada, contribuye a crear un clima de lujo que contrasta con fuerza el contenido de las fotos y mueve los sentimientos del lector.

El texto incluido en este volumen no es un mero acompañamiento. Tiene un enorme valor en sí mismo. Incluye una historia de vida en la que una joven narra en primera persona cómo la introdujo “Chucho” en lal prostitución. Relata su salida de casa, su embarazo y su transformación en servidora sexual a base de trucos y de astutos tira y aflojas a cargo de su chulo y explotador.
De enorme interés es la reflexión, ilustrada con textos de las propias trabajadoras del sexo, en torno a si el ejercicio de la prostitución es o no voluntario

Las páginas dedicadas a los “padrotes” –los hombres que explotan a las mujeres- no tienen desperdicio. Constituyen un verdadero manual de cómo producir chulos. Junto con sus propias reflexiones, Maya Goded recoge fragmentos tomados de sus entrevistas: “Mira: el padrote debe tener un carácter fuerte, saber pelear, saber defender a la mujer y tenerla bien cuidada en el lugar que él la ponga, dándole seguridad. Tiene que ser una persona “carita”, que le llame la atención a la mujer, por alto, por fornido, por su carita que tiene. A los padrotes los mandan a los pueblos a buscar muchachas que vivan en condiciones extremas. Se las traen aquí a México y aquí las dejan. Las explotan aquí hasta que se mueren”. De enorme interés es la reflexión, ilustrada con textos de las propias trabajadoras del sexo, en torno a si el ejercicio de la prostitución es o no voluntario.

Tras contemplar y leer este volumen tan abrasador cabe preguntarse, en primer lugar, cómo consiguió Maya Goded introducirse con una cámara fotográfica en un mundo tan cerrado y tan violento. La autora explica que estaba embarazada cuando comenzó a entrar a La Merced y que ese hecho la protegió de la violencia. Lo que no aclara es si tras el éxito de su trabajo tiene intención de repartir sus ganancias con el universo que ha observado, retratado y entrevistado. ¿Le ha quedado mala conciencia?

En todo caso, un volumen que arroja una potente luz, que disecciona una obstinada realidad con profundidad y que se añade a esa larga lista que recoge trozos de un México que espeluzna. El de Los hijos de Sánchez de Oscar Lewis, el de Bajo el volcán de Malcom Lowry,...
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