Tyrannosaur
trata de la supervivencia de dos almas a la deriva que se aferran a la vida a
pesar de que no hallen razones para ello. Violencia, crueldad, maltrato y
autodestrucción. Miseria, abyección. No existe un momento adecuado para ver esta
película. Hay que ir preparado para visualizar escenas extremadamente incómodas
y angustiosas y, sin embargo, Redención – traducción española del
título original - es tan excepcional como intensa y acaba dejando un poso
ligero de esperanza a pesar de toda la podredumbre humana que describe.
Tyrannosaur es, precisamente, esa pequeña luz de esperanza que titila a
lo lejos y que hace que seguir con vida tenga sentido.
La redención de Joseph a través de Hannah, que desafortunadamente la
traducción desvela antes de tiempo, y la salvación de ésta gracias a Joseph,
hacen que en este drama oscuro y despiadado pueda existir una salida digna a la
miseria humana y al dolor a los que los personajes parecen estar condenados.
Entre tanta desolación, sin embargo, no existen milagros ni atajos y ambos
tendrán que purgar las culpas cumpliendo las condenas que conllevan.
A
Peter Mullan lo conocíamos de My name is Joe (1998), sobresaliente film
de Ken Loach que describía con crudeza la vida de este personaje, Joe,
intentando salir a flote en las barriadas de Glasgow, o de la más reciente
Neds – Non-Educated Deliquants (2010) - que dirige e
interpreta. Su actuación es aquí, una vez más, impecable y sobrecogedora pero la
gran revelación es la excepcional Olivia Colman, actriz hasta ahora desconocida,
y que, sin duda, acaba de dar el gran paso de su carrera con el dificilísimo
personaje de Hannah. Los premios que ha obtenido Tyrannosaur en los British
Independent Film Awards y en el Festival Internacional de Sundance 2011
atestiguan la calidad tanto del film como los deslumbrantes trabajos de sus dos
protagonistas.
Tráiler
subtitulado de Tyrannosaur (Redención), película de
Paddy Cosidine