Mi corazón espera
Mi corazón espera quieto y henchido de
ternura,
que la mañana ardiente rompa,
regrese de la luna, con la luz de
mi locura.
Dibujarme la piel a trozos con tus pinceles morenos,
regustar los sabores ocultos de lascivos fluidos secretos
y recordar de
tus labios la espléndida espesura...
Eso quiero.
Correr aprisa y
parar el tiempo,
sentir cómo recala el agua en tu espalda,
girar en
remolinos y recoger del aliento,
suspiros que el aire mata,
tal cruel
guadaña de plata.
De tus manos salgan pétalos para rozar mi cintura,
de mis labios, la calada.
De misterios escondidos, unas notas;
la
humedad suave y salada.
Y ese deseo que a mi carne
tal si fuera el
viento, a las tardes azota,
salta hacia ti, y en mi boca,
bebe de ti,
hasta que ausente de mí...
Nos agota.
Mi sueño vuelve a deparar en ti
Como caracolas que
reposan en la orilla,
mi sueño viene a deparar en ti.
Como los
recuerdos vienen a caer en el olvido,
mi sueño vuelve a deparar en ti.
Como la noche...
que me dormí en tus brazos,
mi sueño vuelve y
vuelve a deparar en ti.
Como el anhelo viene a la esquina del reposo,
como las aguas quietas,
a mi alma,
yo te nombro...
Y mi sueño
vuelve a deparar en ti.
Sol de tus ojos
Mándeme Dios el sol de tus ojos,
quieto de dudas,
sabor pesado.
Arrastre yo la carga, como las
alas,
pies de cometa,
pasos cansados.
Infinita presencia de
abedules dorados
en la tarde tranquila de calor de leña,
pasando
suspiros del leño a la hoguera,
de la hoguera al cielo,
del cielo a tu
esfera.
Despacito me quedo quieta.
Nota de la Redacción: agradecemos a
Ediciones
Carena en la persona de su director,
José
Membrive, la gentileza por permitir la publicación de esta
selección de poemas del libro de
Montserrat del Carmen Samper
Henarejos,
Mi corazón
espera (Carena, 2010).