No es cuestión de repetir aquí el
conjunto de sandeces
que vomitó un
Maradona llenó de rabia tras la
clasificación argentina para el Mundial de Sudáfrica de 2014. Sólo recordar que
no fueron unas palabras espontáneamente lanzadas al aire, así como así, con
motivo de un calentón pasajero provocado por la adrenalina liberada durante el
partido, único gol incluido. Si bien ésta es la explicación oficial que la
defensa del ex jugador quiere vender a la FIFA, la federación internacional de
fútbol, la realidad es muy distinta. En sus propias palabras, recogidas en un
canal de televisión porteño, se trató de un acto perfectamente meditado: “Lo que
dije –`Que la chupen´- lo venía masticando toda la semana. Si nosotros nos
quedábamos afuera del Mundial, yo me tenía que ir a vivir a Haití. Era el primer
fusilado en el paredón, no tengan dudas. Lo dije en horario de protección al
menor”.
Lo peor del caso, desde mi punto de vista y como se señala más
arriba, vino después. Una vez calmo y sereno, pasado el momento de tensión,
remachó que no tenía que pedir perdón a nadie: “No voy a volver atrás, cada uno
sabe lo que dijo. Parecía que muchos periodistas querían que la selección se
quedara afuera del Mundial. No tengo por qué disculparme, fue un desahogo contra
los que hablaron y dijeron muchas cosas, nada más que eso”. Pero su desahogo
estaba cargado de razón y por eso se vistió con la bandera albiceleste de su
país y siguiendo el mejor guión del
discurso
populista calificó como antiargentinos a todos sus
críticos: “Los que hablaron saben muy bien que se comportaron como
antiargentinos y eso no lo perdono. Con Argentina en el Mundial ellos también
ganan. Si ayer no clasificábamos hubieran viajado 10 periodistas. Ahora van a ir
un montón”.
Olvidada su etapa neoliberal,
con su toque castro guevarista, Maradona ahora va de contestatario por la
vida, tras su reconversión al kirchnerismo y al
chavismo
El
viejo discurso
de las antinomias, el de la patria o la antipatria, el de
la patria sí y la colonia no. Un discurso que, una vez más, lo acerca al poder.
Porque el modelo del transgresor argentino vivió siempre a la sombra del poder,
desde el Campeonato Mundial de Fútbol celebrado en 1978 en Argentina, regida por
la más sangrienta dictadura militar que nunca conoció el país a los años del
glamour menemista. Olvidada su etapa
neoliberal, con su toque castro
guevarista,
ahora va de contestatario por la vida, tras su reconversión
al
kirchnerismo
y al
chavismo.
De ahí entonces las respuestas dicotómicas expresadas tras sus palabras. Fueron
muchos quienes lo condenaron y muchos también quienes lo defendieron. Entre
estos últimos habría que mencionar en primer lugar a
Julio
Grondona, presidente de la AFA (Asociación del Fútbol Argentino), con
una trayectoria similar a la de Maradona, salvo en su vertiente castrista, que
convive con el poder desde 1978, y que justificó plenamente las palabras del
director técnico de la selección.
También destacó en su defensa el
cantante
Andrés Calamaro, que
en su
blog señaló: “Cuesta creer que muchos esperaban que
Argentina se quede afuera del Mundial africano para darse el gusto de enterrar
al ídolo más grande que nos dio el football; no sé a qué mecanismos responde una
reacción tan miserable, no entiendo por qué el país no está celebrando, porque
no se escuchan bocinas y petardos… Qué esperaban los que esperaban un fracaso
del querido
Diego Maradona; que nos dio más alegrías que
Walt Disney... Qué psicología podrida 'tenemos' que estábamos
(yo no!!) esperando un fracaso de aquel que nos dio las glorias mundiales (?);
el engranaje criticón facilongo; the ultimate miserable human being: el sorete
nacional que prefiere perder para enterrarse (de miércoles) en el odio... Nos
clasificaste y la gente se está comiendo las ganas que tenían de descuartizarte,
Piazzolla diría que a él le pasó lo mismo,
San
Martín también... Padres de una patria huérfana de gratitud”.
“No le perdonan a Diego su relación
con Fidel Castro, con Hugo Chávez y su participación en la contra cumbre de Mar
del Plata cuando le dijimos No al ALCA”
Desde las filas del oficialismo también se hizo una cerrada
defensa del
Pelusa, a tal punto que se habló de una campaña en su contra
del grupo Clarín, por su actitud ante la ley de prensa que reglamenta el negocio
audiovisual. Los
piqueteros
kirchneristas Edgardo Depetri y
Luis D‘ Elía
justificaron sus insultos, exabruptos, al ser consecuencia de la presión
provocada por algunos sectores corporativos de los medios de comunicación. Según
Depetri: “Las declaraciones son producto de todas las presiones que viene
recibiendo a partir de haber apoyado públicamente la decisión del Gobierno
Nacional para que todos los argentinos podamos ver fútbol gratis por los canales
de televisión de aire y por su apoyo a la Ley de Servicios Audiovisuales
recientemente sancionada…
Maradona siempre ha optado por estar al lado
del pueblo y eso es lo que no le perdonan los que pretender imponer, mediante su
poderío económico y mediático, las políticas que favorezcan a unos pocos en
detrimento de las mayorías populares y son los que tampoco le perdonan a
Diego su relación con
Fidel Castro, con
Hugo Chávez y su
participación en la contra cumbre de Mar del Plata cuando le dijimos No al
ALCA”.
Luis D‘Elía, en un comunicado, comparó las palabras de
Maradona con las del senador
Carlos Reutemann, cuando hace algunas
semanas, hablando de su candidatura, dijo que podían “metérsela en el medio del
culo” y que no había escuchado “a ningún grupo comunicacional pedir la cabeza de
Reutemann y a ningún periodista del establishment rasgarse las vestiduras
por semejantes declaraciones. Claro: Reutemann es blanco, tiene plata y es un
soldado de los poderosos
”. Ya se sabe, continuó, “los grupos
hegemónicos de la comunicación son una verdadera raza de víboras” y
“
Diego tiene prohibido decir que se la `chupen´ los que los bastardearon
durante largas semanas, sencillamente porque es negro, tiene origen villero y
fundamentalmente, porque es un rebelde y jamás se va a someter a los cánones de
los imperios y de sus lacayos”.
En Argentina se repiten una y otra
vez los conceptos, como si el tiempo no pasara. En el caso de Maradona se vuelve
a situaciones conocidas y el fervor y el antifervor que despiertan sus hechos y
sus actos son similares a los de tiempos
pretéritos
El periodista
Leandro
Zanoni, autor del libro
Vivir en los medios. Maradona off the record,
hizo una cerrada defensa del ex jugador: “
Maradona siempre llevó todo
hasta los extremos más lejanos: su fútbol, sus goles, sus dichos, su cuerpo, su
fama y también a los medios y a los periodistas. Los pone en un lugar incómodo y
los desafía constantemente, anulando cualquier manual de estilo, de ética y
moral.
Maradona sabe de medios. Los usa y se deja usar. Conoce las reglas
del juego, tan desiguales, tan perversas. Él solito eligió siempre meterse y
nadar en un océano salvaje de poder y se da el lujo de hacer y decir lo que se
le canta. Y eso, en los tiempos que corren, no es algo para descartar tan de
cuajo”.
En Argentina se repiten una y otra vez los conceptos, como si el
tiempo no pasara. En el caso de
Maradona se vuelve a situaciones
conocidas y el fervor y el antifervor que despiertan sus hechos y sus actos son
similares a los de tiempos pretéritos. Esta vez, sin embargo, el respaldo
popular cosechado fue menor porque el trabajo del seleccionador puso en peligro
el honor nacional. Sin embargo, creo que siguen siendo válidas una palabras que
escribí cinco años atrás: “El
par
Argentina-Maradona funcionaba aceitadamente y, en alguna
medida, uno se reflejaba en el otro. El ídolo Maradona expresaba claramente el
sentir de muchos argentinos que lo habían adoptado como símbolo y como bandera…
La
imagen de
Maradona contra el mundo es equivalente a la de la
Argentina contra el mundo, una idea fuertemente presente en la ideología
argentina. Los Estados Unidos, Inglaterra, el Fondo Monetario, todos roban y
están contra el país y la Argentina, como su Selección nacional o el propio
Maradona, son constantemente perseguidos y traicionados”.