Junto
a Irene Hastings (Soledad Villamil), la abogado jefe, y Pablo Sandoval
(Guillermo Francella), su ayudante, recorremos la historia de aquel asesinato a
medida que Espósito va recordándolo paso a paso. Sin forzar el ritmo, que no
decae en ninguna secuencia, las piezas van componiendo el puzzle.
La
crudeza de la tragedia, narrada en primera persona por Darín, se ve aliviada
acertadamente por los destellos de humor inteligente del guión. Darín y Villamil
se apoderan de la pantalla a medida que transcurre el film, y entre ellos se
establece un magnetismo intenso, cautivador, como ya había ocurrido en otra
ocasión (
El mismo amor, la misma lluvia 1999).
El secreto de
sus ojos es una película realista, de factura impecable, que funciona de
principio a fin con un trío de excelentes actores capaces de saltar de la
comedia a la tragedia con soltura y naturalidad. Fluida, tan argentina en su
humor porteño – sin duda huella del director - como universal, esta cuarta
película de Juan José Campanella que se estrena en nuestro país después de los
éxitos
Luna de Avellaneda (2004),
El hijo de la novia (2001) y
El mismo amor, la misma lluvia (1999), merece nuestra atención.
Asesinato, corrupción, amistad y amor son los ingredientes que,
mezclados en cantidades justas, hacen de éste un film creíble y trepidante, cuyo
desenlace final frente a la injusticia nos enfrenta al castigo máximo al margen
de la ley. Es una pena que no se reconociese, en ninguna de sus posibles
variantes en el último festival de San Sebastián, el buen hacer de Campanella y
su elenco en este trabajo impecable.
Tráiler de El secreto de sus ojos, película del director
Juan José Campanella (vídeo colgado en YouTube por
elsecretodesusojos)