En realidad el texto bíblico hacía referencia a un diablo de la
mitología hebrea, que podría identificarse con la deidad cananea Aziz. El Día de
la Expiación o de la Reconciliación (el Yom Kippur hebreo, Day of
Atonement de las versiones al inglés de la Biblia), tras echarlo a suertes,
se elegía a un carnero como portador simbólico de las culpas del pueblo para
consagrarlo a Azazel, expulsándolo hacia el desierto. El caper emissarius
de San Jerónimo se metió de lleno en muchas lenguas europeas a través de las
primeras traducciones de los textos bíblicos a lenguas vulgares. Martín Lutero
en su traducción de la Biblia al alemán perseveró en el error (der ledige
Bock). La expresión fue vertida al inglés como scapegoat y al francés
como bouc emissaire.
En castellano el sintagma caper
emissarius no tomó carta de naturaleza como en otras lenguas y la expresión
española con el significado “alguien que es culpado o castigado por los errores
o pecados de otros” es “chivo expiatorio”
Casiodoro de la Reina en su traducción de la Biblia publicada en
Basilea en el año 1569, conocida como “La Biblia del Oso” (la primera traducción
al castellano), corrigió el error de San Jerónimo: Vulgata, Levítico 16.8:
mittens super utrumque sortem unam Domino et alteram capro emissario
(Casiodoro de la Reina: “Y echará suertes Aarón sobre los dos cabrones: la una
suerte por Jehová y la otra suerte por Azazel.”); Vulgata, Levítico 16.10:
cuius autem in caprum emissarium statuet eum vivum coram Domino ut
fundat preces super eo et emittat illum in solitudinem (Casiodoro de la
Reina: “y el cabrón sobre el cual cayere la suerte por Azazel, presentará vivo
delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel
al desierto.”); y Vulgata, Levítico 16.26: ille vero qui dimiserit caprum
emissarium lavabit vestimenta sua et corpus aqua et sic ingredietur in
castra (Casiodoro de la Reina: “Y el que hubiere llevado al cabrón a Azazel
lavará sus vestidos y su carne lavará con agua y después entrará en el real”).
En castellano el sintagma caper emissarius no tomó carta de
naturaleza como en otras lenguas y la expresión española con el significado
“alguien que es culpado o castigado por los errores o pecados de otros” es
“chivo expiatorio”.
Este rizo de malentendidos fue rizado de un modo
ya insuperable por un corresponsal de Radio Televisión Española en París que
hizo referencia en una de sus crónicas a un “buque emisario” (sic.), traducción
mesetaria del francés bouc emissaire, quedándose tan pancho y dejando que
aquel chivo expiase otras culpas.
He parado mientes en todo esto
leyendo una novela del ruso Boris Akunin titulada precisamente El ángel
caído, cuyo título original en ruso es Azazel, considerado en otros
pagos, desde un error cometido hace siglos, como “el chivo que parte”. De vez en
cuando hasta San Jerónimo dormita.