Héroes alfabéticos es, en esencia, un elogio y defensa de la lectura
y, de manera interpuesta y lógica, de los lectores, de los buenos lectores. Ya
dijo en su día Jorge Luis Borges algo así como que un buen lector es una
rara
avis que necesita de muchos más “cuidados” que los buenos escritores para
sobrevivir, entre otras cosas porque los últimos no son posibles sin los
primeros. Pues bien, Justo Serna emplea parte de su sobresaliente esfuerzo en
dar razones concretas y ponderadas de porqué fue, es y seguirá siendo en el
inmediato futuro tan imprescindible leer, leer bien, se entiende. Me quedo con
tan sólo dos para plantar en este comentario, y así no ahorrarles la
satisfacción de leer a Justo Serna y todas sus razones. Pero las dos que dejó
aquí presentan la contundencia del puñetazo de un campeón mundial de los pesos
superpesados: primera, leer ensancha siempre nuestras vidas obligadamente
alicortas; y segunda, leer favorece, posibilita una más rica y variopinta idea y
comprensión del mundo.
De todas las lecturas posibles Justo Serna se
decanta y recomienda cualquier variante de la prosa de ficción, en especial,
cuentos y novelas. Y lo hace porque es en estos géneros donde el autor encuentra
que las razones más arriba plasmadas se cumplen mejor, se materializan de manera
más inmediata y directa.
En efecto, Justo Serna nos induce a leer
novelas y cuentos, ya que, además de otros muchos efectos a corto, medio y largo
plazo, ensancharemos así nuestra existencia y tendremos una idea más concreta y
amplia del mundo y sus innumerables circunstancias. Las novelas están habitadas
y protagonizadas por personajes, hombres y mujeres, que viven sus existencias
para que nosotros, lectores, las vivamos con ellos, como ellos. Es decir, las
novelas nos permiten vivir otras vidas, a menudo muy distintas a las nuestras, y
así conocer más y mejor el mundo, más y mejor también nuestro propio contexto,
nuestro propio interior. Leyendo novelas gozamos de la posibilidad real de vivir
diversas vidas al poder identificarnos con los personajes que pueblan la
narración, y así acceder, de manera interpuesta pero muy vívida, a sus avatares
y experiencias, que de alguna manera acaban siendo también los nuestras.
Justo Serna escribe con razón y
corazón de novelas, de películas, de escritores, de personajes que nacieron a la
vida en el blanco y negro de las páginas impresas…, escribe del amor a los
libros y a la lectura, del amor a la vida, y a la posibilidad real, tangible de
vivir más y mejor a través de los libros, de conocernos mejor por dentro y por
fuera gracias a los grandes escritores y sus
personajes
En
Héroes alfabéticos Justo
Serna ha categorizado diversos tipos de personajes, y en cada categoría ha
situado a uno o varios personajes protagonistas de cuentos o novelas que vienen
a ejemplarizar, a resumir en ellos mismos los principales elementos definitorios
de su categoría. Adúlteros, amotinados, detectives, espías, fundadores, héroes,
híbridos, impostores, licántropos, marcianos, monstruos, neuróticos,
oficinistas, psicópatas, robinsones y vampiros, tales viene a ser las
categorías, los cajones de un armario bien abierto (la novela moderna), en los
que con afán curioso y científico Justo Serna ha colocado a los personajes, las
novelas y a sus autores para analizarlos, para destilar su esencia, las gotas
claves de su aromático perfume, y también para amarlos, comprenderlos,
justificarlos, darles todo su cariño de lector ya veterano, de excelente lector.
Por las páginas de
Héroes alfabéticos desfilan Drácula,
Frankenstein, Madame Bovary, el capitán Alatriste, Orson Welles, Spielberg,
Javier Marías, Lovecraft, Pessoa y sus heterónimos, Kafka…, y el propio Justo
Serna. Sí, nuestro autor también, y de forma principal, de ahí el apunte a vuela
pluma hecho más arriba de que este libro es, además de un ensayo literario,
además de un compendio de reseñas y críticas, además de un muy particular manual
de historia de la novela moderna y contemporánea, es, insisto en ello, una
autobiografía de Justo Serna lector.
Sí,
Héroes alfabéticos es
una antología de reseñas críticas escritas por Justo Serna entre 1996 y 2007, y
publicadas en medios tan distintos como estos
Ojos de Papel, El País, Claves
de razón práctica o el propio blog del autor (
Los archivos de Justo
Serna). Hablo de reseñas sabiendo que soy impreciso y, sobre todo, injusto.
Estas páginas que aquí recomendamos y que han experimentado mejoras y
correcciones con respecto a sus originales, no pueden estar más alejados en su
concepto y en su construcción de las reseñas de libros al uso, enclenques líneas
volanderas confeccionadas la mayoría de los casos para salir del paso en la
obligación periódica de tener que escribir sobre libros.
En resumidas cuentas, la lectura de
Héroes alfabéticos me ha descubierto una crítica literaria en español de
un nivel infinitamente superior al habitual; una crítica realizada con gusto,
claridad, razón y templado sentimiento, además de con un envidiable y sólido
bagaje cultural, y una pluma amena, plástica,
estética
No, estamos ante verdaderos y muy
meditados ensayos en los que a partes iguales se mezclan la escritura de
calidad, la reflexión, el novedoso punto de vista, el esfuerzo intelectual de
buena ley, una cultura literaria y cinéfila de muchos quilates, el gusto por
contar, y el horror a aburrir, a ser sentencioso, pedante, insufrible,
académicamente plomizo. Justo Serna escribe con razón y corazón de novelas, de
películas, de escritores, de personajes que nacieron a la vida en el blanco y
negro de las páginas impresas…, escribe del amor a los libros y a la lectura,
del amor a la vida, y a la posibilidad real, tangible de vivir más y mejor a
través de los libros, de conocernos mejor por dentro y por fuera gracias a los
grandes escritores y sus personajes. Y escribe de él, sobre él, pues estos
“héroes alfabéticos” no dejan de ser una biografía como lector del propio Justo
Serna, un autorretrato perfecto como lector.
A mi la literatura española
actual por lo general no me interesa nada, quizá por mi esnobismo congénito,
entono el
mea culpa. Por eso las reflexiones de Justo Serna partiendo de
ejemplos y personajes creados por Landero, Millas, Muñoz Molina, etc…, me han
interesado mucho menos que las sustentadas en textos y personajes, en mi
opinión, de mucha mayor enjundia, de mucho mayor y mejor peso. He de reconocer,
sin embargo, que algunos párrafos de nuestro autor referidos a novelas
contemporáneas españolas no sólo me han iluminado determinados recovecos de
comprensión (o incomprensión, según se mire), sino que me han animado a
emprender la lectura paciente de algunos de los autores mencionados.
En
resumidas cuentas, la lectura de
Héroes alfabéticos me ha descubierto una
crítica literaria en español de un nivel infinitamente superior al habitual; una
crítica realizada con gusto, claridad, razón y templado sentimiento, además de
con un envidiable y sólido bagaje cultural, y una pluma amena, plástica,
estética.
Héroes alfabéticos es un gran libro sobre literatura y de
literatura, unas páginas inolvidables sobre muchos de los héroes y antihéroes
cuyo contacto en letra impresa le hace crecer a uno, le hace ser más uno mismo y
más otros diferentes. Un libro estupendo que impone “miedo escénico” y respeto
intelectual con mayúsculas a quienes tenemos la fortuna y la responsabilidad de
compartir páginas (electrónicas) con Justo Serna.
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