Cuando en 1998
Juan Pablo II realizo una visita ecuménica a Cuba,
pronunció una frase a la que entonces se le dio una enorme trascendencia, aunque
luego haya caído en el olvido: “Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a
Cuba”. A la vista de los ejemplos registrados más arriba parecería que el
gobierno de los
Castro ha decidido mantener relaciones cordiales con las
iglesias, o al menos con algunas de ellas. Semejantes concesiones no se
entienden sin tener en consideración las enormes dificultades económicas que
actualmente conoce Cuba, y la necesidad de auxilio de nuevos y viejos
potenciales amigos.
Los dos casos más arriba mencionados no son los
únicos gestos desconcertantes contemplados en la isla. El 8 de diciembre de
2000,
Fidel Castro participó personalmente de la inauguración de una
estatua a
John Lennon, en el Vedado, 20 años después de su asesinato en
Nueva York. Para hacer posible este gesto se presentó ante la opinión pública a
un
Lennon que había sido perseguido políticamente en Estados Unidos por
sus posturas contrarias a la guerra, a la vez que se demostraba como un gran
amigo de la Revolución Cubana.
En 1968 los amantes del flower
power y del peace and love fueron enviados a campos de trabajo para
ser convenientemente reeducados
¡Cómo han
cambiado las cosas desde los años de hierro de la dictadura castrista! Y no
porque en los tiempos actuales la represión hubiera desaparecido. No. Pero en la
década de 1960, cuando los
Beatles arrasaban en todo el mundo, su música
no podía ser oída en Cuba y su difusión prohibida en la radio y la televisión
oficiales, las únicas que existen.
Silvio Rodríguez, posteriormente
exponente de la
Nueva Trova Cubana, estuvo apartado un tiempo de la
televisión por haber hecho pública su admiración por la música de los Beatles.
En los colegios, el reglamento escolar ordenaba combatir las
"desviaciones" (burguesas y pro imperialistas) como el pelo largo, los
pantalones estrechos y la minifalda. La condena del "diversionismo ideológico",
que incluía junto al gusto por la música extranjera otras perversiones como la
homosexualidad y la hostilidad a la Revolución era constante. En 1968 los
amantes del
flower power y del
peace and love fueron enviados a
campos de trabajo para ser convenientemente reeducados.
Los valores que ahora se defienden,
que por supuesto siguen siendo revolucionarios y, por lo tanto, vale la pena
morir por ellos, no son los mismos que los del
pasado
Si bien el
cerrado
discurso de la revolución permanece incólume, y sólo basta
seguir con cierto detenimiento los escritos periodísticos de
Fidel Castro
para confirmarlo, lo interesante es analizar el giro semántico que se ha
producido. Los valores que ahora se defienden, que por supuesto siguen siendo
revolucionarios y, por lo tanto, vale la pena morir por ellos, no son los mismos
que los del pasado.
Las diferencias entre el proyecto de
hombre
nuevo, defendido e impulsado por el
Che Guevara, y el impreciso e
indefinido
socialismo del siglo XXI, de matriz bolivariana, son
abismales. Pese a ello, y gracias a los 100.000 barriles diarios de petróleo que
Hugo Chávez
manda a Cuba, Venezuela se ha convertido en una pieza esencial del discurso
cubano, por más que en privado algunos jerarcas del régimen despotriquen sobre
el estilo y los modos
pachangueros del dirigente venezolano.
Que el régimen modifique su discurso
y lo adapte a los tiempos no implica que la represión haya desaparecido en
Cuba
Sin embargo, lo que se tolera puertas
afuera de la revolución no tiene lugar en casa. Las constantes trabas puestas a
Yoani Sánchez, la bloguera de
Generación Y, son un claro ejemplo
al respecto. Precisamente, en relación a los
nuevos amigos de Cuba y a
los esfuerzos de su diplomacia,
Yoani Sánchez ha escrito: “
En el
último año, el ballet presentado por “nuestra” diplomacia ha tenido mucho de
danza de la seducción. Con medias rojas han salido a bailar y sus promesas de
aperturas han encandilado a unos cuantos. Sin embargo, desde el tercer balcón,
donde estamos sentados los ciudadanos, cada fouetté nos ha
parecido encartonado y los nuevos giros -tan predecibles- que generan
bostezos”.
El líder del grupo punk
Porno para Ricardo,
Gorki Luis Águila Carrasco, fue detenido hace unos meses por
peligrosidad, un concepto tan vago como comprometedor. La estética del
grupo suena claramente contradictoria con el estilo acartonado que preside la
gestión gubernamental en Cuba. De ahí que estas muestras de cultura alternativa
se conviertan en símbolo de aquellos que dentro de la isla luchan por ampliar
los espacios de libertad. Porque en definitiva, que el régimen modifique su
discurso y lo adapte a los tiempos no implica que la represión haya desaparecido
en Cuba.